jueves, 21 de septiembre de 2017

Titulares de los Principales Medios de Circulación Nacional.


Toman riendas los ciudadanos

 
SOLIDARIDAD PESE A LA LLUVIA. Los voluntarios trabajaron anoche bajo la tormenta que azotó a la CDMX. Foto: Alejandro Velázquez
REFORMA / RedacciónCd. de México (21 septiembre 2017).- Al menos un millón de ciudadanos, según estimaciones de autoridades gubernamentales, tomaron las riendas de la emergencia en la Ciudad de México tras los daños causados por el sismo del martes de magnitud 7.1.

De acuerdo con las mismas fuentes oficiales, otras 200 mil personas prestaron servicios como voluntarios en Morelos y Puebla.

Los capitalinos se volcaron a las calles para remover escombros, coordinar entrega de víveres, apoyar en albergues e incluso dirigir el tránsito en los sitios donde no había autoridad.

El Gobierno federal desplegó a poco más de 4 mil militares en las zonas de desastre en la capital para la implementación del Plan DNIII, quienes trabajan hombro con hombro con los ciudadanos.

También participan elementos de la Marina y del Gobierno de la CDMX.

Además, 2 mil elementos de la PF -700 en la CDMX- realizan actividades de apoyo.

En el corredor Roma-Condesa los restaurantes se convirtieron en centros de acopio, mientras que en las colonias Narvarte y Del Valle los colegios abrieron sus puertas como albergues.

En uno de los campamentos más grandes, ubicado en las calles Nuevo León y Aguascalientes, en la Condesa, había por lo menos 500 personas preparando comida, separando víveres y organizando las herramientas para los rescates.

La calle de Nuevo León se cerró parcialmente al tránsito y fue ocupada por motociclistas, ciclistas y vehículos que descargaban y llevaban ayuda a otros lugares.

En la Colonia Del Valle, el voluntariado se concentró en las inmediaciones de Gabriel Mancera y Escocia, donde cayeron dos edificios.

A lo largo de dos cuadras, aproximadamente mil personas hicieron cadenas humanas para la remoción de escombros. Eran relevadas cada hora por otros voluntarios.

La Asociación de Scouts de México reportó el apoyo de 4 mil jóvenes que participaron tanto en labores de rescate, como en el acopio de víveres y en albergues.

En otro de los centros de acopio, en la entrada del Bosque de Chapultepec, a un costado de la Estela de Luz, se presentaron más de 30 mil voluntarios.

La UNAM, el Tec de Monterrey y la Universidad Anáhuac, entre otras instituciones de educación superior, como el Centro Universitario México, organizaron sitios para recibir víveres y materiales de rescate.

Como es costumbre, los ciudadanos abarrotaron la sede nacional de la Cruz Roja, en Polanco.

Ingenieros civiles y arquitectos urbanos se sumaron a las labores de inspección de daños en inmuebles, pues, de acuerdo con las autoridades capitalinas, hay decenas de edificios que podrían colapsar en las próximas horas.

"Lo que estamos haciendo es evaluar la seguridad de los edificios", dijo la ingeniera Pamela Hernández, de 28 años, en un campamento ubicado en la Colonia del Valle.


“Estoy bajo una mesa muy fuerte”: Frida Sofía

 

 Rescatistas buscan salvar a una niña y quizá a otros cuatro adolescentes de entre los escombros de lo que fue el colegio Enrique Rébsamen, cuyas instalaciones sucumbieron ante el embate del terremoto
La remoción de escombros en la zona de la escuela no ha cesado desde el pasado martes. (Araceli López)
CRÓNICA POR PEDRO DOMÍNGUEZ, SELENE FLORES Y RUBÉN MOSSO
México

Bajo una mesa de granito. Un triángulo de vida, le llaman los rescatistas. Ella y dos compañeros más. Frida Sofía no se podía mover muy bien y en algún momento dijo que no sabía, que no estaba segura si los otros dos menores estaban vivos. Pero sí: los grupos de rescatistas de la Marina, del Ejército y de civiles hicieron pruebas térmicas e incluso usaron infrarrojo y sí: hasta la noche de ayer Frida Sofía y dos niños más resisten la tragedia. Y no solo ellos tres: otros dos menores más que permanecían atrapados más lejos, a unos metros de distancia.

Cinco niños que hasta ese momento le arrebatan muertes a la tragedia.

Aunque Frida Sofía, de 12 años, tenía razón: también había dos cuerpos inertes muy cerca de ella.

Pero sí, la esperanza había vuelto al colegio Enrique Rébsamen, en Coapa, al sur de Ciudad de México. Este lugar había sido símbolo de la tragedia, por la muerte de 21 niños y cuatro adultos a causa del terremoto que sacudió a la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre. La noticia de un posible milagro cambiaba todo, cuando marinos y soldados informaban a sus superiores de la presencia de cinco menores con vida, sepultados entre los escombros, que fueron ubicados por medio de un sensor térmico.

Bajo la conducción del subsecretario, el jefe del Estado Mayor y del contralor e inspector de la Secretaría de Marina-Armada de México, Ángel Enrique Beltrán Sarmiento, José Luis Vergara y José Rafael Ojeda Durán, se daba la orden de rescatar lo más pronto posible a los menores.

Tres de los niños, informaban marinos y soldados, lograron ocultarse bajo aquella mesa de granito con patas de herrería, que soportaba el embate de la naturaleza, de kilos de concreto, de lluvia, y resguardaba a los pequeños.

Para no entorpecer los trabajos, la Marina ordenaba requisar drones que comenzaban a sobrevolar la zona afectada, porque los operadores no respetaban el llamado de las autoridades de hacer descender sus aparatos: el ruido de sus vuelos impedía trabajar cuando los rescatistas exigían silencio para escuchar los movimientos de los niños.

Enrique Velázquez Gutiérrez, capitán del Ejército, responsable de operar el sensor térmico que se coloca contra los muros caídos para revelar lo que hay detrás del concreto, confirmaba la existencia de los vivos, y también de los muertos.

Los padres y maestros de los niños lloraban y rezaban para que rescataran a los menores lo más rápido posible. La coordinación entre los rescatistas y policías capitalinos, así como con elementos de la Policía Federal y de la Procuraduría General de la República, era vital conforme pasaban las horas.

Las noticias que devolvieron la esperanza comenzaron a correr a la una de la tarde, cuando se habló de una menor con vida; a las cuatro con diez minutos el número de menores subió a tres; casi a las seis de la tarde se hablaba de cuatro niños, y minutos más tarde se dijo que eran cinco.

Al lugar arribaban personas para poner a disposición de las fuerzas armadas gatos hidráulicos y tubos para introducirlos en los boquetes que se realizaron con el propósito de que los rescatistas se introdujeran en ellos y sacaran a los niños.

Después de las 11 de la noche un aire pesimista envolvía de nuevo el ambiente: el oficial mayor de la Marina, el almirante José Luis Vergara, decía en MILENIO Televisión que Frida Sofía estaba viva, pero que a sus hombres no “les consta” que haya más niños vivos ni cuántos serían. Se mostraba optimista por el inminente rescate de la niña, pero nada más.

Era un vaivén. Un bamboleo emocional. De pronto los rescatistas se mostraban optimistas, pero los demás no. Conforme pasaban las horas la esperanza de encontrar con vida a los niños disminuía.

Y venía lo más feo. Después de la 1 de la mañana del martes 20 de septiembre ya no había buenas noticias: los cuerpos de varios pequeños que estaban bajo los escombros se encontraban sin vida. Uno a uno los padres de familia eran llamados para identificar los cadáveres. Caras desencajadas rompían en lágrimas y gritos de dolor al reconocer un zapato, alguna ropa, o cualquier parte de los pequeños cuerpos.

Se lanzaban maldiciones lo mismo que plegarias a Dios pidiendo que lo que estaban viviendo no fuera cierto porque, gritaban, “los padres no deben enterrar a sus hijos”.

“Era la mejor de la clase”, lamentaba el padre de Paola Mirella Jurado. Ella fue encontrada a las 5 de la mañana, 16 horas después del sismo de magnitud 7.1.

Pero no todo era dolor por niños. Otro hombre buscaba a su esposa, María Reina Dávila, de 32 años de edad. Ella era la trabajadora de limpieza, no solo del colegio que albergaba a casi 400 alumnos, sino de la casa de la directora y dueña del colegio, que se encontraba en el cuarto piso del mismo lugar. Habían pasado más de 24 horas y de María no se sabía nada.

Lo mismo pasó con Mónica Blanquet, de siete años, quien estudiaba segundo grado de primaria: su madre pasó por la calle Rancho Tambirero gritando su nombre, buscándola, reclamando verla, como si las escombros se la pudieran devolver. Al transcurrir las horas, la madre de Mónica se paseaba por la calles, pálida, como un fantasma.

Todos sufrían. La atención por crisis nerviosas no solo se brindaba a padres y familiares de las personas atrapadas; un paramédico requirió apoyo psicológico y tanatológico en el lugar porque no pudo soportar que de las nueve personas que rescató, ocho estuvieran sin vida.

Esto quebraba hasta a los más duros. Algunos soldados dejaban rodar lágrimas por sus mejillas y una joven marino fue atendida por crisis nerviosa al pasar de las horas oscuras de los cuerpos sin vida. Paramédicos y voluntarios se abrazaron en algunos momentos, rezaron y lloraron juntos por los pequeños del sismo. Eran las lágrimas que nadie contuvo.

El hombre de casco y tapabocas ponía los puños en alto y hubo un silencio total. Quince minutos después lo volvía a hacer. Dos, tres, cuatro y hasta 15 veces repetía el ademán en menos de una hora. La multitud que lo rodeaba lo imitaba y todos callaban con la esperanza de salvar al menos una vida.

Es el lenguaje que emerge de la tragedia. Cientos de personas siguen congregadas aquí para remover los escombros que dejó el terremoto del martes pasado. Todos tienen la urgencia de quitar piedras y sacar niños que no pudieron escapar del edificio.

Pero en esta misma urgencia se necesita orden y los puños en alto es señal de silencio absoluto para identificar si entre las toneladas de cemento hay un grito de ayuda, un quejido, un llanto, hasta un ligero suspiro. Por eso todos obedecen, callan y no se mueven ni un paso. Aquí se oyen caer hasta unas llaves. El silencio estremece. Hay padres de familia desesperados, empleados del colegio, voluntarios, soldados, marinos, vecinos, reporteros, fotógrafos, camarógrafos, perros, picos, palas, trascabos, camiones, plantas de luz.

Y no hay ruido.

Luego los rescatistas se agachan y meten medio cuerpo entre los escombros para intentar escuchar mejor. Sin suspender el silencio verbal apuntalan estructuras a toda prisa, se meten más en las fauces del infierno sísmico, e intentan escuchar algo. Nada.

Cuando el rescatista baja los puños se pierde el hechizo. En automático, se encienden las plantas de luz, reanudan las cadenas humanas que sacan piedras con cubetas, los motores se reinician, la gente vuelve a gritar pidiendo herramientas, ofreciendo comida, formando múltiples brigadas de apoyo o enlistando el material médico que se necesita.

Y luego vuelve el silencio otra vez. El silencio del rescate. De la esperanza de un rescate.


 Suman 233 las personas fallecidas; hay 200 desaparecidas en la CDMX

 

 Fabiola Martínez

Entre 200 y 500 inmuebles en la Ciudad de México tienen fracturas que significan un riesgo para la población, afirmó Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (SG).

Ante el daño económico que esto significa, anunció la creación inmediata de un fideicomiso humanitario, con recursos privados y administrado por la Secretaría de Hacienda, para el proceso de reconstrucción. Además, se inició la recepción de ayuda internacional, particularmente de especialistas en estructuras.

“Tenemos de 200 a 500 viviendas registradas con fracturas de toda índole, que en este momento están siendo evaluadas.

Realizaremos el censo hasta que hayamos considerado que las estructuras colapsadas ya no tienen personas dentro y las otras que están en muy malas condiciones pueden colapsar. Estamos con el riesgo de muchas viviendas y edificios que quedaron bastante dañados en la capital de la República, y que de alguna manera las tenemos que evaluar con un grupo de estructuristas, dijo.

A las 20 horas, Luis Felipe Puente informó que el saldo del sismo se ubicaba ya en 233 decesos: 102 en la Ciudad de México, 69 en Morelos, 43 en Puebla, 13 en el estado de México, cinco en Guerrero y uno en Oaxaca.

Hasta ahora se reportan al menos 200 personas desaparecidasz en la capital del país, la cual podría ser declarada por Gobernación zona de desastre con la finalidad de que reciba recursos para la reconstrucción.

Cifras y pifias

La noche del sismo, Puente, en su cuenta de Twitter, corrigió o ajustó dos veces la cifra de fallecimientos. Los números de Protección Civil no cuadraban con los del Gobierno de la Ciudad de México y, por momentos, tampoco con los datos difundidos por el titular de la dependencia o el presidente de la República.
Continúan los trabajos de rescate en el edificio ubicado en avenida Emiliano Zapata y calzada de Tlalpan, tras el sismo de magnitud 7.1 que azotó el centro del país el martes pasado Foto Roberto García Ortiz

A las 9 de la noche dijo que se reportaban 195 fallecidos (97 en la capital) y 20 minutos después corrigió a 149. La razón, dijo el responsable de Protección Civil, es que la fuente original de los datos eran las procuradurías estatales.

Al principio de esta terrible emergencia se empezaron a manejar gran cantidad de datos de reportes de personas que habían perdido la vida y, obviamente, en lo que se constituye el plan MX se dijo que sólo la procuraduría (de la Ciudad de México) era la fuente oficial y ahí es cuando se da un proceso de ajuste, explicó.

El número de inmuebles derrumbados fue cambiando en el transcurso del miércoles. Hasta hoy sólo 44 son colapsos (ayer dijo que eran 50). El censo aun no se inicia porque ese trabajo apenas está concluyendo en Chiapas y Oaxaca, afectados por el sismo del 7 de septiembre.

Explicó que de las afectadas por el terremoto del 19 de septiembre tenemos entre 200 y 500 viviendas con fracturas de toda índole que están siendo en estos momentos revisadas.

Puente rechazó que los desastres recientes signifiquen una quiebra en las finanzas públicas, ya que se creará de inmediato el fideicomiso en referencia.

La SG informó anoche que se ha dado atención médica y prehospitalaria a mil 372 personas lesionadas; se habilitaron 46 refugios en la capital, cuatro en Guerrero, 76 en Morelos y tres en Puebla. Se ha restablecido el servicio de energía eléctrica a 92 por ciento de los 4.8 millones de afectados, y en la Ciudad de México se reportan 209 escuelas afectadas, 165 con daños mayores.


Suben los muertos... y también la ayuda; van 251 fallecidos por el sismo de 7.1

 

En un esfuerzo solidario, las manos de los voluntarios no se detienen; el sector Salud permanece abierto a toda la población; 57 personas han sido rescatadas en la CDMX
Auxilio. Rescatistas piden silencio para poder escuchar a personas con vida debajo de los escombros de un edificio en la CDMX.

CIUDAD DE MÉXICO.

El número de muertos a causa del sismo de magnitud 7.1 del pasado martes se incrementó a 251, de acuerdo con cifras de los gobiernos estatales.

Hasta las 2:30 horas de hoy sumaban 115 fallecidos en la Ciudad de México; 73 en Morelos; 44 en Puebla; 13 en el Estado de México; cinco en Guerrero y uno en Oaxaca, de acuerdo con lasautoridaes de esos estados.

En un mensaje emitido anoche en cadena nacional, el presidente Enrique Peña Nieto manifestó que México sigue enfrentando “con entereza y solidaridad” la emergencia provocada por el terremoto.

Por su parte, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, informó sobre el rescate de 57 personas de entre los edificios colapsados.

El titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, informó que en nueve estados se reportan cinco mil 92 escuelas con daños a causa de los sismos del 7 y 19 de septiembre.

El funcionario informó que en la capital del país, Puebla y Tlaxcala se reanudarán las clases hasta el próximo lunes.

En tanto, el secretario de Salud, José Narro, dio a conocer que hasta la tarde de ayer se había atendido a mil 819 lesionados por el sismo, 80 de ellos en unidades de la Secretaría que encabeza; 447 en el IMSS; 364 en el ISSSTE; 881 en los Servicios de Salud de la Ciudad de México y 17 en hospitales de Pemex.

Mencionó que por instrucciones del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, las unidades médicas del sector público Salud atienden a toda persona que solicita servicio médico de urgencias como consecuencia del sismo, sin importar su derechohabiencia.

Además, indicó que se cuenta con 700 camas de urgencias, mil 915 de hospitalización, 243 de terapia intensiva y más de 200 quirófanos, para continuar atendiendo a la población.

Las dependencias de salud de los estados afectados reportan que, conforme al último corte de información, se ha brindado atención médica y prehospitalaria a mil 372 lesionados.

Asimismo, la Cruz Roja Nacional informó que más de mil 500 elementos, 100 de ellos especialistas en búsqueda y rescate en estructuras colapsadas, se sumaron a las labores de rescate.

Restablecen energía

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que hasta las 21:00 horas de ayer se había logrado restablecer el suministro de energía a 4.63 millones de hogares y comercios.

Dicha cifra representa un avance de 95% respecto a los 4.8 millones de clientes que se quedaron sin energía en el Valle de México, Edomex, Puebla, Morelos, Oaxaca, Tlaxcala y Guerrero.

Acciones

Ante la magnitud de los daños por el sismo, Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, anunció que los trabajadores de la CDMX, Morelos, Puebla y Tlaxcala podrán acceder a una bolsa de 650 millones de pesos, a través del Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Infonacot).

En tanto, la Secretaría de Economía llevará a cabo un censo para contabilizar y otorgar apoyos a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que resultaron afectadas por el terremoto.

Con información de Roberto José Pacheco, Ximena Mejía, Karla Ponce y Nayeli González

Daños carreteros

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) reiteró que tras el sismo del pasado martes, la infraestructura carretera, de puertos, aeropuertos, telecomunicaciones y ferroviaria del país opera con normalidad, y subrayó que se presentaron daños muy focalizados y menores en los que ya se trabaja.

Indicó que algunas zonas de la CDMX no tienen servicios de telecomunicaciones o estos seguirán intermitentes por cortes de energía eléctrica como medida preventiva por daños o por trabajos de rescate o demolición.

José de Jesús Guadarrama

Recuento

La SCT informó que la carretera federal México-Toluca está abierta a la circulación, aunque se atiende un desprendimiento que se presentó en el terraplén en el kilómetro 49.

En la carretera federal Toluca-Taxco se retiraron los obstáculos del kilómetro 87+500 y presenta paso normal.

En Morelos, en el distribuidor vial Xochitelpec hay paso y se mantiene el monitoreo.

En los límites de Morelos y Guerrero, en el puente Huajin-tlán, hay paso parcial y no está permitido el tránsito a vehículos pesados.

Apoyo en Chiapas

Luis Enrique Miranda, secretario de Desarrollo Social, informó que permanecerá en Chiapas coordinando las labores para hacer frente a la emergencia en más de 14 mil comunidades de 95 municipios afectadas por el sismo del pasado 7 de septiembre. En dichas actividades participan más de cuatro mil 200 servidores públicos de los tres órdenes de gobierno.

En una reunión de trabajo con el gobernador de la entidad, Miranda Nava dio instrucciones para que Diconsa garantice el abasto de productos de canasta básica a los 414 Comedores Comunitarios de la Sedesol.
RIVERA DESTACA EL VALOR Y LA ENTEREZA DE LOS MEXICANOS

La Primera Dama envió un mensaje de aliento a los damnificados.

Desde Campo Marte la primera dama Angélica Rivera mandó un mensaje de esperanza a los mexicanos más golpeados por el sismo de este 19 de septiembre.

“Enfrentamos mi esposo —el Presidente—, mi familia y yo, y todos los mexicanos, esta grave y difícil situación, pero estoy segura que con todo el amor que tenemos los mexicanos, con entereza, con todo el coraje y el valor que tenemos y con toda la unión y solidaridad que nos caracteriza, todos los mexicanos vamos a salir adelante”, aseguró Rivera de Peña, quien arribó al centro de acopio ubicado en Campo Marte minutos antes de la 1 de la tarde, y pidió un minuto de silencio por las víctimas de la tragedia.

“Desde el fondo de nuestros corazones llenos de tristeza, llenos de angustia, hoy estamos viviendo momentos de mucho dolor todos los mexicanos, nuestros corazones están unidos pidiendo por todas las familias que perdieron a sus seres queridos y por todas las personas que no han podido ser rescatadas”, expresó

Manifestó que no hay dolor más grande que la pérdida de vidas de niñas y niños, hombres y mujeres en este trágico evento, pero se dijo segura de que México se va a recuperar.

“Hoy nuestro México está herido, pero hoy nuestro México nos necesita a todos y estoy segura que México se va a recuperar. México, vamos de pie y vamos a estar bien”, alentó

La primera dama señaló que no hay palabras que puedan consolar a las familias que perdieron a un ser querido, pero les garantizó que todos los mexicanos están para ayudarlos

“Estamos para ayudarlos, aquí están nuestras manos y nuestros corazón para trabajar juntos por ustedes”, dijo.

Alrededor de las 15:30. horas anunció que ya se habían enviado mil toneladas de alimento para Ciudad de México, Puebla y Morelos.

El centro de acopio de Campo Marte se abrió desde el pasado 9 de septiembre para apoyar a las víctimas del sismo del 7 de septiembre en Oaxaca y Chiapas.

 Así va el trabajo de rescate en el colegio Rébsamen

 
 Personal del Ejército en el colegio Enrique Rébsamen habría ubicado a más menores atrapados; por otra parte, autoridades y rescatistas solicitan el contacto y presencia de familiares.

David Vela,
con información de Mariana León,

Un escáner especial utilizado por los rescatistas han detectado que además de la menor presuntamente llamada Frida Sofía podrían haber más niños entre los escombros de la escuela Enrique Rébsamen.

Alrededor de las 3:00 de la mañana, los rescatistas continuaban las labores para lograr sacar a la menor de los escombros.

La hija de la directora del colegio pudo hablar con la niña.

"Estoy muy cansada", dijo la docente que fueron las palabras que le dijo la niña, de quien dijo no estar segura de que se trate de la alumna Frida Sofía, pues tampoco le pudo decir su nombre.

Al respecto, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, informó que no han logrado contacto con los padres de la pequeña.

"De hecho en algún momento para la tarde yo pedí hablar con los familiares de una niña desparecida y desde entonces llevo horas intentando contactar a los padres de una niña y no he tenido éxito. Es algo muy poco común", añadió el funcionario en entrevista.

Agregó que "no hay reporte de ningún padre que reclame a sus hijos del colegio".

Nuño urgió a que la familia se ponga en contacto con las autoridades federales y capitalinas.

Señaló que la directora del instituto educativo no cuenta con las listas completas de los alumnos, las cuales se están buscando para confirmar si realmente existe una Frida Sofía en las listas.

"En cualquier caso más allá del nombre el tema es encontrar familiares de algún niño o niña que esté desaparecido y seguir esperando tener noticias", señaló.

Hasta ahora, los rescatistas sacaron de entre los escombros, el cuerpo de una profesora.

El oficial mayor de la Secretaría de Marina, José Luis Vergara, a cargo de las labores de rescate, dijo que se cuenta con dos rutas para llegar a ella, pero que aún se desconoce cuál es la más práctica.

El mando de la Marina también ha decidido continuar para ver qué mas puede suceder.

CINCO MENORES

Cinco menores con vida fueron localizados entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen, de acuerdo con el capitán primero Israel Velázquez Gutiérrez, quien se ubica en el lugar del inmueble colapsado.

“Ahorita tenemos detectados tres de un lado y dos del otro, desafortunadamente no hemos podido llegar hasta donde están ellos porque la estructura está muy débil y debemos ser muy cautelosos en no hacer algún movimiento que vaya a causar alguna vibración que se colapse”, señaló el uniformado.

Por medio de un escáner que mide temperatura, latidos y movimiento, pudieron ubicar cinco personas vivas y dos cuerpo inertes, agregó el capitán.

Dos de los menores estarían cerca a la niña de 12 años Frida Sofía, ubicada con vida desde la mañana.

“Hicimos contacto con una niña que lloró, de nombre Sofía, y pues estaban algo desesperados”, explicó el militar.

“Alcanzamos a escuchar muy lejanamente el sonido de su desesperación de su llanto, sin matizar mucho en ese sentimiento, pero se percibe la desesperación que tiene la bebé y nuestro trabajo es llegar a donde están ellos”.

En el lugar del rescate se registra lluvia, lo que podría complicar el trabajo de los brigadistas.


Por la mañana, los rescatistas supieron que Frida Sofía estaba viva gracias a un binomio canino del Ejército, y desde entonces, las brigadas trabajan para sacar a la menor removiendo poco a poco los escombros.

Durante el día decenas y decenas de veces se han hecho sonar los silbatos que es la señal para que todos en el lugar guarden silencio; muchos de los presentes ponen el puño alto y en segundos el silencio es total.

"Lo único que le pedimos a Dios es que puedan rescatar a todos nuestros niños, es una plegaria permanente, pedimos que todos oren por ellos, porque estén bien", asegura una mujer que prefiere no dar su nombre.

Con ella, decenas de padres de familia han estado en un domicilio ubicado frente a la escuela, el cual fue habilitado como albergue, en espera de buenas noticias. Hasta el momento se reporta al menos 10 personas atrapadas en esta escuela ubicada en la colonia Prado Coapa, delegación Tlalpan.

En entrevista para Foro TV, el almirante José Luis Vergara, quien coordina las tareas en Enrique Rébsamen, explicó que la niña está en el que era el segundo piso del edificio, que está sostenido sólo por muebles.

El último reporte del Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, señaló que tienen confirmada la muerte de 25 personas, 21 niños y 4 adultos.


Aurelio Nuño
En la escuela Enrique Rébsamen, lamentablemente se confirma la muerte de 25 personas, 21 niños y 4 adultos. Mis condolencias a sus familias.
En la escuela E. Rébsamen se ha logrado rescatar a 11 personas y 3 continúan desaparecidas: 2 niños y un adulto. Su rescate es prioridad.

Pedro Serrano, un médico de 29 años, fue uno de los civiles que se unió a las labores de rescate. Se arrastró por una grieta entre los restos del edificio. “Hicimos hoyos, luego pecho a tierra entramos”, dijo Serrano.

Con muy poco espacio, se movió como pudo para ir lo más profundo posible entre los restos de la escuela destrozada.

“Logramos entrar a un salón colapsado, vimos unos sillones, una mesas de madera”, relató el doctor. “Y de allí lo primero que encontramos fue una pierna. De allí empezamos a mover escombros y encontramos una niña y dos adultos, una mujer y un masculino”. Ninguno estaba vivo.

Los rescatistas los dejaron ahí. No había manera de sacarlos.

Al menos 230 personas fallecieron tras el sismo que este martes golpeó al país. El titular de la Protección Civil, Luis Felipe Puente, señaló que en Ciudad de México suman 100.

Luis Felipe Puente 
Se incrementa a 100 el número de fallecidos en la #CDMX. Suman 230 en total.

 La tragedia mostró su dimensión al otro día

 
 
(ARMANDO MARTÍNEZ. EL UNIVERSAL)
 La magnitud del terremoto de 7.1 grados que sacudió el pasado martes a la Ciudad de México se conoció con mayor precisión 24 horas después, al develarse los estragos que causó en Iztapalapa y Xochimilco, en la capital del país, así como en el municipio de Jojutla, en el Estado de Morelos.

A nivel nacional se tenían registradas 5 mil 92 escuelas con afectaciones y 6 mil 900 viviendas dañadas.

Luis Felipe Puente, coordinador Nacional de Protección Civil, informó desde el C5 que se contabilizaron 233 personas fallecidas en seis estados de la República, 102 en la CDMX, 69 en Morelos, 43 en Puebla, 13 en Estado de México, cinco en Guerrero y uno en Oaxaca.

Las cifras contrastaron con los rescates, a cuentagotas. Alrededor de 27 personas fueron sacadas con vida de un edificio ubicado en Álvaro Obregón 286, en la colonia Roma.

Una persona más salió con vida de la fábrica de textiles en Bolívar y Chimalpopoca, colonia Obrera.

En la escuela Enrique Rébsamen, en División del Norte y Calzada de las Brujas, en Coapa, se tenía la expectativa de sacar a por lo menos cuatro niños atrapados.

A las 22:00 horas, en mensaje en cadena nacional, el presidente Enrique Peña Nieto informó que hasta esa hora más de 50 personas habían sido rescatadas con vida de edificios de la ciudad de México.

El mandatario fijó la ruta, de tres fases, para iniciar la reconstrucción.

La primera, de apoyo a la población damnificada. La segunda, de elaboración de un censo de daños materiales para los trabajos de reconstrucción.

La tercera fase, de reconstrucción, requerirá demoliciones y remoción de escombros. En esta etapa será necesaria la participación de empresarios y de la sociedad, destacó Peña.

El jefe del Ejecutivo federal expresó a los afectados: “No están solos. Trabajando juntos vamos a salir adelante”.

“Si algo distingue a los mexicanos es la generosidad y la fraternidad. Les pido que sostengan la mano que todos estamos dando a México”, llamó.

Por la tarde, el mandatario federal lanzó un plan de emergencia para la reconstrucción y atención a las víctimas de Jojutla, el municipio de Morelos más afectado por el sismo.

Al recorrer la zona afectada, entre escombros y estructuras derrumbadas, el mandatario nacional demandó que nadie saque raja del lamentable hecho.

“Nadie puede lucrar con esta circunstancia, ni quiera sacar raja o ventaja de otro orden que no sea el de ayudar a quien lo necesite”, dijo, y pidió a los morelenses que actúen como vigilantes de los apoyos y los víveres que llegan a la población.

Allí nombró al oficial mayor de la Secretaría de Gobernación, Jorge Márquez, como el vínculo entre el gobierno federal y los damnificados para que se encargue del censo de los inmuebles dañados.

“Les van a entregar un folio, que es un contrarrecibo, y van a censar sus casas por fuera, y eso significará el daño. El censo no nos tomará más de 10 días, estimo, y canalizar los apoyos. El plan de emergencia ya lo hemos activado y esto nos permite alimentar de información el mecanismo de apoyo”, expuso.

Daños en la capital. Una de las demarcaciones más afectadas fue Benito Juárez, donde hay 40 edificios irreparables y 27 muertos. Hasta anoche en inmuebles de esta demarcación los cuerpos de rescate continuaban trabajando en la búsqueda de más víctimas.

Según datos de los gobiernos delegacionales, en Cuauhtémoc hay 28 edificios dañados, 20 en Xochimilco, al menos cinco en Coyoacán, con decenas de viviendas, y uno en Gustavo A. Madero.

En esta última, en Coquimbo, Lindavista, el delegado Víctor Hugo Lobo informó que se han rescatado siete personas, pero hay cinco más atrapadas “aunque no se han tenido señales de vida”.

En Coyoacán se logró el rescate de tres personas más en el multifamiliar Tlalpan en Ciudad Jardín y continuaban las labores de rescate en dos edificios del condominio Los Girasoles en Miramontes y Calzada de Tlalpan, indicó el titular de la demarcación, Valentín Maldonado.

Ayer, miles de personas se volcaron a ayudar a la delegación Xochimilco, debido a afectaciones por 20 casas colapsadas, 30 con riesgo de caída y 141 más dañadas, sobre todo en los pueblos de San Gregorio Atlapulco, San Luis, Santa María Nativitas, San Marcos y Santa Cruz Acalpixca.

En Benito Juárez, el delegado Christian Von Roehrich reportó 26 fallecidos y se continuó con el rescate en los edificios colapsados en Escocia y Gabriel Mancera, y en Gabriel Mancera y Eugenia.

También en Petén y Emiliano Zapata, donde se encontraron tres personas más con vida y una mujer fallecida;sin embargo, se usaba equipo como cámaras fotolumínicas y de escáner sonoro, pues se piensa que hay por lo menos tres personas más atrapadas.

En Iztapalapa, la delegada Dione Anguiano informó que hubo 8 mil inmuebles con daños, el más crítico en Lomas Estrella, el cual será demolido, además de que hubo problemas de abasto de agua.

El gobierno capitalino también informó que al menos 700 mil personas se han visto afectadas por el desabasto de agua, principalmente en las delegaciones Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco.

El jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, anunció que este jueves emitirá la declaratoria de desastre para la Ciudad de México, a fin de acceder a recursos federales.

“En seguimiento a la declaratoria de emergencia de la Ciudad de México, estaré elaborando y publicando la declaratoria de desastre. Sé que suena fuerte, sé que suena como algo muy duro, pero así es el proceso administrativo. Debo hacerla porque eso nos permite acceder a beneficios de ayuda y apoyo de seguros de cobertura que tiene el gobierno federal, que se tienen con Nafinsa”, indicó.

 Van 30 personas rescatadas en Álvaro Obregón 286

 

 por ADRIANA GONZÁLEZ

“Estamos felices de que mi prima esté en el hospital, pero se nos parte el alma verla toda rota”. Al menos 24 atrapados más dan señales de vida; gritan su nombre una y otra vez para orientar a los brigadistas

En Álvaro Obregón 286 se logró rescatar a por lo menos 30 personas. Sus nombres se incluyeron en listas que fueron colgadas en las vallas que delimitan el área de desastre.

Y la cifra de supervivientes aumentará. Al menos 24 personas más que están atrapadas entre los escombros han hecho contacto con los rescatistas: gritan su nombre una y otra vez para orientar a quienes deben llegar hasta ellos.

En el lugar se vivieron momentos de tensión y esperanza; en la mirada de las personas se reflejaba la angustia de la espera y la alegría cuando los brigadistas anunciaban que una persona había sido encontrada con vida.

Alzando el puño derecho un primer brigadista anunciaba que había descubierto algo e inmediatamente los demás en la zona replicaban la acción. Esa es la señal para guardar silencio absoluto y así confirmar el hallazgo.

Afuera, en los listados colgados en las vallas, algunos nombres son acompañados por el dibujo de un ojo: eso indica que la persona desaparecida ya dio señales de vida durante el día.

En la misma lista aparecen los nombres de las 30 personas que fueron rescatadas del edificio en ruinas y que han sido trasladadas a los hospitales Ticomán, Cruz Roja Polanco o Dalinde.

“Estamos felices de que mi prima esté en el hospital, pero se nos parte el alma verla toda rota, toda lastimada”, dice Saúl, primo de una contadora que laboraba en el piso 4 del edificio al momento del colapso.

Los habitantes de la Roma siguen mostrando su solidaridad con los vecinos (en este caso oficinistas) en desgracia. Los colonos formaron brigadas con médicos, electricistas y plomeros que llegaron a ofrecer su ayuda. También instalaron centros de acopio para recibir el material pesado, medicamentos y comida que se necesita en el rescate de las personas atrapadas.

Al paso de brigadistas, policías y marinos, un vecino suele ofrecer alimentos, bebida o chocolates.

“Desde ayer estoy aquí apoyando en todo momento a los militares”, comenta con orgullo José, un electricista que vino desde el Estado de México para unirse a las labores del rescate; “es un trabajo enorme el que hacen y lo valoramos mucho, no tengo familiares o amigos aquí, para apoyar y resistir es suficiente saber que hay vidas que nos necesitan, nos estamos apoyando como hermanos y este momento pasará a la historia, no se podrá olvidar nunca”.

Con el paso de las horas la tarea se torna complicada por la falta de material. Además este miércoles amenazó la lluvia, aunque al final no se presentó.

Al ingresar más profundo se descubre que nadie pensó que serían necesarias extensiones eléctricas para seguir utilizando la maquinaria. “Por favor, necesitamos una extensión de 15 metros; cómprenla antes de que cierren la tlapalería”, se escuchó desde el interior de los escombros.

Ciudadanos, por cientos o miles, se acercaron al lugar tratando de participar en el rescate. No era posible que todos lo hicieran, así que formaron cadenas humanas para pasar los víveres, vigas de madera de más de tres metros de longitud, palas, picos, cubetas para los escombros y carretillas.
 

El país contiene el aliento ante el largo rescate de la niña Frida

Labores de rescate, ayer, en el Colegio Rébsamen. Foto: AP
 Carlos Jiménez
Los ojos de aquel rescatista de pronto parecieron salir de su órbita. El rostro empolvado y desencajado tras seis horas continuas de trabajo, cambió ayer pasadas las 9:30 de la mañana. A esa hora, su voz despertó la expectativa, y revivió los ánimos de las centenares de personas que estaban aquí, en el derrumbado colegio Enrique Rébsamen.

“¡Si nos escuchas, mueve la mano!”, gritó el hombre. El silencio invadió por segundos el lugar; todas las miradas se clavaron en él… y en un instante vino un nuevo grito: “¡La movió, la movió!”

Así recargaron fuerzas todos los que estaban aquí, y revivieron las esperanzas de encontrar a alguien con vida bajo los escombros, esas esperanzas que hasta el cierre de esta edición, —a la 1:00 de la mañana de este jueves— no terminaban y mantenían en vilo a todos los que buscaban salvarla.

Horas después del hallazgo, se difundiría un nombre: Frida Sofía, de 12 años, alumna de secundaria.

Durante todo el día así se le llamó; sin embargo, ayer a la medianoche, el nombre fue puesto en duda. El motivo: a esa hora ningún padre, ninguna madre, nadie se había acercado a la escuela a buscar o pedir informes de alguien llamada Frida Sofía.

“No estamos seguros de cómo surgió el nombre. Decían que ella lo había dicho, pero puede ser que escucharon mal o que se confundieron en el momento de la emoción de tener contacto con ella”, comentaba anoche uno de los rescatistas.

Una mujer que aseguró ser hija de la directora del lugar dijo esta madrugada que no estaba segura de que la niña se llamara Frida Sofía. Contó que ya había hablado con ella, y que le había dicho que estaba muy cansada. Pero no pudo confirmar quién era la pequeña.

Por la mañana, cuando se tuvo la primera confirmación de vida, cuando la niña movió la mano, los aplausos y gritos estallaron; hubo quien lloró.

Y es que acababa de descubrir que ahí, bajo toneladas de escombros, donde ya habían hallado más de 22 cuerpos sin vida, una mesa de granito alcanzó a cubrir y proteger el cuerpo de una niña.

Estaba ahí, al fondo de un “túnel” de más de seis metros de profundidad y apenas 45 centímetros de ancho, que escarbaron los rescatistas. No podía moverse, apenas podía hablar, pero estaba viva.

Aprisa, un perro de rastreo fue llevado al lugar, y de inmediato dio la señal de confirmación de vida: ladró para avisar lo que había percibido.

Una manguera fue introducida al lugar entre el concreto destrozado. Por ahí, los rescatistas escurrieron agua que le enviaron a la pequeña que para ese momento llevaba ya más de 20 horas sepultada.

“Es con la esperanza de que pueda hidratarse, para que le ayude a vivir”, explicaba Miguel Fuentes, uno de esos rescatistas.

Una mujer de cuerpo menudo, y un hombre delgado al que todos llamaban “el de la sudadera de Houston”, por la ropa que llevaba puesta, fueron los primeros que entraron y salieron por el pequeño túnel.

Tenían que ir de cabeza y regresar sin poder girar. En un principio, debido a lo reducido del espacio, sólo ellos podían acceder por ahí de esa manera.

Todos los que estaban aquí comenzaron a trabajar para abrir más y más ese túnel. Serrucharon maderos para hace polines que lo sostuvieran, y taladraron pequeños pedazos de concreto con el cuidado necesario para no provocar un derrumbe mayor.

En una hoja, una maestra hizo un croquis para explicarles cómo era la escuela. Y les detalló que ahí, donde buscaban a la niña había una cocina. Los puños arriba pedían silencio. Una y otra vez. Sólo se escuchaba a un hombre que gritaba.

“¡Mi´ja, tranquila, ya vamos por ti… chiquita, no te me desesperes mi amor, ya te vamos a sacar!”, le gritaba de vez en vez.

Al cierre de esta edición, los elementos de la Marina encabezados por el almirante José Luis Vergara, reportaron que tenían ya un túnel de mayor tamaño para poder entrar por ahí para rescatar a la niña… y quizá a dos o tres niños más.

Y es que los escáners de calor, esos aparatos que permiten detectar movimientos debajo de muros de concreto, marcaron que cerca de Frida, había más niños aparentemente con vida.

Además, un par de rescatistas aseguraron que la pequeña les había dicho que junto a ella había algunos otros compañeros.

“No sabemos si hay dos o tres o más, nos han dicho que las pruebas de los escáners demuestran que son tres. Pero hasta ahora no podemos confirmarlo con certeza”, comentaba uno de los rescatistas.

Mientras ellos trabajaban, en los salones que no se vinieron abajo quedaron las mochilas de los niños que estudiaban aquí. Las de figuras de princesa, las de Hello Kitty, las de Cars… todas estaban ahí. También sus cuadernos y sus loncheras.

En la parte alta de la escuela alguien colgó una manta en la que escribió: “La Unión hace la fuerza, ¡Viva México!”, y debajo la bandera tricolor.

Con pintura en aerosol rayaron “Silencio retírate”. Y es que en un principio decenas de personas sin preparación intentaron entrar al lugar.

Por eso hubo una especie de división en el rescate. El túnel que se abrió para llegar a los niños fue en el interior de la escuela. pero afuera hubo uno más.

“Nosotros no venimos con la gente de la Marina, nosotros tenemos nuestro propio plan de rescate, pero sabemos que la niña está dos pisos debajo de donde pensábamos en un principio y seguramente tardaremos mucho más”, dijo el rescatista Roberto.

Él formaba parte del grupo de rescatistas que hicieron su propio túnel. Pusieron polines y acomodaron maderos para evitar que el balcón de la escuela cayera por completo. Una camioneta quedó aplastada ahí.

“¡SACAMOS A OCHO NIÑOS!”. Precisamente esa camioneta de una señora que la tarde del lunes, cuando se registró el sismo, acababa de llegar por sus hijos a la escuela, les dio unos minutos más de tiempo… y de vida a otro grupo de pequeños.

La camioneta aún destrozada, permitió que al menos ocho niños del colegio se salvaran de quedar bajo los escombros.

La losa de la escuela cayó sobre la unidad, y eso dejó un espacio de unos 50 centímetros por donde una pareja de hermanos pudo sacarlos.

Roberto y su hermana, Isabel Miranda de Wallace, fueron los primeros en llegar al colegio derrumbado. Su oficina está a metros del Rébsamen y estaban en una junta.

“¡El gas se está escapando, rápido, el gas se está escapando, necesitan sacar a los niños, saquen a todos, el gas se está escapando…!”, gritaba Roberto apenas unos segundos después de que todo se viniera abajo.

El hombre corrió de un lado a otro mientras las maestras sacaban a algunos niños. De pronto salió de la escuela y vio a su lado izquierdo una mujer llorando. Tenía la cara empolvada y acababa de salir de su camioneta, de esa camioneta que aguantó por instantes la estructura del edificio.

Roberto e Isabel corrieron hacia allá.
“¡Maestra, ¿cuántos hay, maestra cuántos hay?!”, gritaba la señora Isabel a una profesora que como pudo le pasó a ella y a su hermano a los niños.

“Me metí por el hueco porque lo que quería era sacarlos, pero luego la estructura se empezó a caer y tuvimos que irnos. Sacamos a ocho niños antes de que se cayera”, contó ayer Roberto a La Razón.

La maestra que estaba bajo los escombros que aún no colapsaban les pasó a los pequeños, pero cuando la camioneta comenzó a doblarse, Roberto e Isabel tuvieron que salir de ahí.

“Tuvimos que dejarla ahí, intentamos sacarla pero el hueco era muy pequeño y ya no pudimos ayudarla. Se estaba ya cayendo todo y tuvimos que dejarla ahí, parece que después la sacaron los rescatistas”, recordó Isabel.

LA NOCHE Y LA LLUVIA LLEGARON. Pasaban de las 19:30 horas de ayer cuando aquí comenzó a llover. Primero fue un aguacero, después una leve llovizna, los rescatistas corrieron a colocar algunas lonas para cubrir la zona en la que estaban escarbando.

“Tenemos que proteger la zona. Si continúa lloviendo esto se puede reblandecer y el trabajo de horas puede venirse abajo. Esperemos que ceda la lluvia para que nos permita trabajar”, dijo el rescatista Marco Morales.

Y así sucedió. Después de la llovizna el cielo se aclaró en medio de la noche. Las plantas de luz iluminaban ahora la zona de trabajo.

De pronto los gritos comenzaron de la nada: “Salgan, salgan…”, gritó un hombre. Bájense de ahí, bájense en chinga todos para afuera”, gritó otro. “Alerta sísmica, alerta sísmica”, explicó uno más.

“Tuvimos el reporte de una alerta sísmica, y tenemos que desalojar y parar los rescates para evitar cualquier derrumbe mayor y daño para los propios rescatistas, o para las víctimas que intentamos aún recatar”, explicó uno de los hombres de casco.

Al final, nadie pudo explicar qué fue lo que sucedió. Hubo quienes dijeron que sí tembló y que por eso se dio la alerta. La realidad es que nadie sintió ningún movimiento más.

Apenas volvió la calma, los rescatistas regresaron al lugar de búsqueda. De nuevo encendieron las plantas de luz y una vez más se metieron por aquel túnel que ya tenían taladrado en el lugar.

Los puños arriba ordenaban de nueva cuenta el silencio. Los rescatistas que estaban en el túnel necesitaban explicar lo que veían al fondo y necesitaban silencio en el lugar.

A la 1:00 de la mañana de este jueves la esperanza continuaba en el Rébsamen. Nadie se quería ir de aquí.

Los rescatistas, encabezados por la Marina en el interior, y los rescatistas independientes en el exterior. Cada quien con su túnel, cada quien con su trabajo. Todos con un solo fin. Rescatar con vida a aquella niña que, sin estar seguros, todos llaman ya Frida Sofía.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario