jueves, 29 de junio de 2017
Las fobias de AMLO; ni Chuchos ni Bejaranos
Francisco Garfias
Las fobias de AMLO: ni Chuchos ni Bejaranos
Oaxaca de Juárez, 29 de junio. Dejar fuera del PRD a Los Chuchos y a René Bejarano es la condición que Andrés Manuel López Obrador habría puesto al sol azteca para ir en una alianza de las izquierdas en las presidenciales de 2018, nos dijeron fuentes cercanas a las negociaciones.
El Peje puso la vara muy alta intencionalmente. Sabe que no se puede negociar con base en exclusiones. Está claro que el tabasqueño nunca quiso la alianza. No sabe construir en la diversidad.
Por lo pronto mantiene su postura de que con el PRD ni a la esquina porque, repite, “son miembros de la mafia en el poder”.
En un video que hizo público, dijo que una alianza PAN-PRD significa la ambición del poder por el poder, los cargos, y frenar a Morena en las presidenciales.
Pero ya verá usted que, si las cuentas no le alcanzan para ganar en el 18, volverán las presiones para que los perredistas declinen por él, como lo hizo con Delfina Gómez en el Estado de México.
Del tema hablamos con Jesús Ortega, coordinador de la corriente Nueva Izquierda del PRD y moneda de cambio en la negociación de la fallida alianza de las izquierdas “Tiene razón Andrés Manuel en decir eso. Lo estamos confrontando. Es populista y autoritario. Confunde tareas del Estado con prédicas evangélicas”, nos dijo.
Chucho, además, negó categórico los dichos de Dolores Padierna en el sentido de que la presidencia nacional del PRD ya está negociada para el mexiquense Juan Zepeda, a cambio de que la corriente ADN, una de las más fuertes en el sol azteca, votara en favor de una alianza con el PAN en el 18.
“Dolores miente, no hubo ninguna negociación sobre eso”, aseguró.
En la izquierda institucional, por así llamarla, advierten contra los riesgos de que repita en el 18 el esquema: “divide y vencerás”, que aplicó el PRI en el Estado de México.
“Eso significaría abrirle la puerta a su prolongación en el poder. El dinosaurio está vivo y todavía da coletazos”, nos dijo Miguel Alonso Raya, consejero del PRD, tres veces diputado federal, integrante de la corriente Galileos.
En la misma sintonía anda Chucho Ortega. Está convencido de que el dilema en 2018 será votar por el PRI o por Andrés Manuel, si el Frente Amplio Opositor no se construye.
“En ambos casos, eso significaría votar por el presidencialismo autoritario”, puntualiza.
El panista Gustavo Madero, encargado de llevar las negociaciones del Frente Amplio, ya dijo que un candidato externo no estaría mal en el 18.
El político de Chihuahua hablaba, sin duda, para la tribuna.
Francamente no vemos a Anaya ni a Margarita ni siquiera a Moreno Vallebajándose de la contienda para dejarle su lugar a un perfil ciudadano.
Y menos cuando las mediciones son prometedoras para ellos.
Nos llegó una encuesta de GEA ISA sobre las preferencias para encabezar una alianza PAN-PRD en el 18 (se planteó en esos términos).
Ricardo Anaya aparece como el mejor posicionado para ser el candidato del FAO, con 28 por ciento; le sigue Margarita Zavala, con 22 por ciento; Rafael Moreno Valle, con 18 por ciento y Miguel Mancera, con 11 por ciento.
Veinte por ciento se declara indefinido.
Aunque algunos panistas, como el mismísimo jefe Diego, ven con simpatía la perspectiva del Frente, pero con un ciudadano como candidato presidencial.
Margarita ha sido más cautelosa, aunque no la ha rechazado.
El PVEM, aliado incondicional del PRI hasta ahora, ya dijo que el llamado a constituir el Frente “es atendible”.
¿Incondicionales del PRI, los del Verde?, “sí, pero no para hundirse”, como dice Ortega.
Uno que de plano tronó es Agustín Basave. Nomás no le gustó que Muñoz Ledo se haya referido, en tono burlón, a la etiqueta del “antipristo” que algunos políticos le colgaron al diputado federal del PRD, por sus críticas al gobierno de Enrique Peña.
Tampoco que haya calificado de “engañifa” el Frente Amplio Opositor, ni que haya sostenido que se trata de “la oferta de la corruptela”.
Cuenta el también expresidente del PRD que Porfirio lo llamó para avisarle que, sin ánimo de polemizar, iba a responder a un artículo que escribió favorable al Frente.
“Pero el respeto del que me habló lo dejó en el teléfono. Sacó su escopeta de rencores y disparó sus cartuchos de ofensas por todos lados, incluido el mío…
“Que Porfirio no me venga a hablar a mí de vulgaridades, de aventureros y menos de huesos.
“Es un hombre brillante, pero está hablando por las vísceras al no distinguir sus blancos. Se le va a revertir. Una cosa es discrepar y otra injuriar.
“En pocas palabras, si quiere pelear, que deje los escopetazos y tire con bala rasa”, retó.
Derivado de la nueva constitución local, el Instituto Electoral del Distrito Federal no sólo cambia su denominación a Instituto Electoral de la Ciudad de México.
Este organismo puede presumir que desde su fundación, hace 18 años, no ha sido controvertido una sola vez en sus resoluciones sobre los procesos electorales y de participación ciudadana.
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