Las primeras lluvias amenazan con arrastrar la arena y grava que se utiliza en la reconstrucción de viviendas |
Gerardo Valdivieso Parada
JUCHITÁN, Oaxaca.
En otros años y en otro escenario, los juchitecos aplaudirían la llegada de la lluvia, pero su temprana llegada, a la mayoría los ha entristecido.
La lluvia ha mojado los sacos de cemento, ha inundado los cimientos apenas escarbados, y si hay más lluvias se atrasará más la de por sí lenta reconstrucción.
La poeta Irma Pineda Santiago definió muy bien el sentir de sus paisanos que aún descansan bajo lonas.
“Esta noche llueve en Juchitán. Hubiésemos amado esta lluvia en otros tiempos, cuando solíamos mirarla desde la ventana. Ahora no hay ventanas para contemplar la lluvia. Ni casas que sostengan las ventanas. La lluvia curvea las lonas y amenaza con derribarlas. La lluvia anega las cavidades que esperan los cimientos de las nuevas casas. La lluvia está mojando los costales de cemento, las maderas de la cimbra, arrastra la arena y grava. La lluvia tan amada, esta noche duele...”
La primera lluvia copiosa que se adelanta a las festividades para llamarla y celebrarla: las festividades en honor a los santos a finales de abril y mayo, es para los viejos campesinos mala señal.
La temporada de lluvias afectará a los que aún no han empezado la reconstrucción de sus casas, aunado a la falta de mano de obra, los altos precios de los materiales se enfrentarán a la inamovilidad cuando sean días de lluvia.
La temporada lluviosa atrasará los planes de reconstrucción de inmuebles no sólo de los hogares sino de edificios públicos como la Casa de la Cultura, el Hospital Macedonio Benítez Fuentes, cientos de escuelas y recintos religiosos como el templo de San Vicente Ferrer.
Noticias Oaxaca
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