lunes, 18 de septiembre de 2017

Funcionarios se van con la foto y se queda el ejército para auxiliar en Xadani, Oaxaca


Alondra Olivera



Soldados del ejército mexicano en labores asistenciales.
MARIO JIMENEZ LEYVA


SANTA MARÍA XADANI, OAXACA.-A casi 10 días del terremoto que azotó Oaxaca el pasado 7 de septiembre, la única presencia permanente Santa María Xadani es la del Ejército Méxicano; los soldados trabajan en remoción de escombros y brindando alimentos a la población.

Funcionarios de gobierno asignados a la atención de los damnificados en la comunidad se han retirado, por lo que el Ejército es la única instancia que mantiene atención permanente.

En la localidad se estableció desde el pasado 11 de septiembre una cocina comunitaria, de las 45 que se han instalado en toda la región del Istmo, para llevar alimentos calientes a la población en desgracia.

Diariamente en Xadani se brinda atención a dos mil personas todos los días, dijo el capitán Francisco Ricardo Arrieta. “nosotros estamos dando atención en el desayuno, comida y cena”.

Detalló que 25 elementos participan atendiendo a los habitantes más afectados, y su estancia es por tiempo indefinido o hasta que las autoridades determinen que ha pasado la situación de emergencia.

El menú que ofrecen es: arroz, frijoles, sopa de pasta, atún, huevo, machaca de res, carne deshebrada, fruta, dulces, agua fresca, leche de avena y café.

Cocina "itinerante"

Esta cocina comunitaria se ha llevado a distintos puntos del país donde han ocurrido tragedias ambientales; la unidad, recientemente atendió en el estado de Tabasco a la población afectada por las lluvias.

“Vemos una situación de emergencia en Oaxaca, realmente estamos ayudando a la gente que más lo necesita, esa es nuestra prioridad en este momento porque la gente la está pasando mal, una vez que nuestros superiores determinen que la situación ha mejorado entonces nos vamos a retirar, antes no”.

Hasta este lugar, niños, personas de la tercera edad, hombres y mujeres que, prácticamente, se quedaron sin nada, después del sismo, acuden a esta unidad y reciben un buen trato y una porción de alimento que le ayuda a pasar su penuria.

Una menor, agradecida por el apoyo que le dieron a su familia le llevó al capital un gesto de agradecimiento que constó de una bolsa pequeña de totopos y un pedazo de cuajada o queso fresco, “me dice mi mamá que reciba esto en agradecimiento a todo lo que han hecho por nosotros”.

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