miércoles, 3 de enero de 2018

Marihuana legal.


JAQUE MATE / Sergio Sarmiento

"La gente debe entender que la marihuana no es una droga. Es una flor. Dios la puso ahí...". Willie Nelson

California es un estado en el que no es raro oler el acre aroma de marihuana que se quema. Me ha tocado percibirlo en Venice Beach, la zona artística de playa cercana a Los Ángeles; en Haight-Ashbury, el centro del barrio hippie de San Francisco; o en el Gaslamp Quarter, el centro de vida nocturna de San Diego. El tufo era común incluso antes de la legalización de la marihuana para uso medicinal en 1996, pero será sin duda más habitual a partir de ahora, ya que el Cannabis se puede consumir legalmente con propósitos recreativos desde el 1o. de enero en este estado.

A pesar de que la ley federal estadounidense sigue prohibiendo la producción, venta y consumo de marihuana, California se ha convertido en el sexto estado en legalizar el producto no sólo para propósitos médicos sino recreativos después de Colorado, Washington, Oregón, Alaska y Nevada. Se espera que otros dos estados, Massachusetts y probablemente Maine, suban el total a ocho en este 2018. Sin embargo, el que California, con su relevancia poblacional y económica, haya legalizado la marihuana puede tener repercusiones enormes. California tiene 39 millones de habitantes, más que todo Canadá. Por lo pronto, ya la venta de marihuana para propósitos recreativos es legal en toda la costa oeste de Estados Unidos, desde Alaska hasta California.

Las autoridades municipales de California han dado autorización para la operación de cerca de 100 puntos de venta de marihuana en el estado, pero todavía no hay permiso para ello en las dos mayores ciudades, Los Ángeles y San Francisco. Si alguien quiere comprar marihuana, empero, no tiene más que manejar unos cuantos kilómetros al siguiente condado para hacerlo. Pese a ello, el comercio y la producción de marihuana no están legalizados al 100 por ciento en California. La posesión legal se limita a una onza, 28 gramos, mientras que la producción está restringida a seis plantas por hogar.

Es demasiado pronto para saber cuáles pueden ser las consecuencias de largo plazo de la legalización en California, pero algunos estados tienen ya una trayectoria más prolongada. Un estudio del Departamento de Salud Pública y Ambiente del estado de Colorado, el cual legalizó la marihuana en 2014, señala que el uso de este producto entre estudiantes de secundaria y preparatoria ha bajado en lugar de subir. El número de estudiantes de high school que ha usado marihuana en los 30 días previos bajó de 22 por ciento en 2011, cuando la sustancia era todavía ilegal, a 21.2 por ciento en 2014. Vale la pena señalar que el uso de la marihuana para propósitos recreativos sólo se ha legalizado para adultos mayores de 21 años, pero uno de los argumentos que se usó contra la legalización fue que esta promovería un mayor uso de marihuana entre menores de edad. En todo Estados Unidos, en contraste, el uso de marihuana entre adolescentes ha aumentado ligeramente y llega ya a 21.7 por ciento (Scientific American).

Por lo pronto, millones de estadounidenses están ya en posibilidad de comprar marihuana de manera legal sin más justificación que disfrutar sus efectos. En México, mientras tanto, seguimos sufriendo una guerra contra las drogas que hizo que el año pasado fuera el más violento en los tiempos recientes. Si antes la guerra contra las drogas era simplemente ineficaz, hoy es una burla que crea víctimas en México y consumidores satisfechos en la Unión Americana.

MÍNIMO E INFLACIÓN

Nicolás Maduro ha decretado un nuevo aumento de 40 por ciento al salario mínimo en Venezuela a partir del 1o. de enero. Ojalá que aumentar este sueldo por decreto ayudara a mejorar el nivel de vida a los venezolanos. En 2017, sin embargo, Venezuela tuvo una inflación de 2,735 por ciento.

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