viernes, 15 de diciembre de 2017

Escuchas a Anaya y AMLO y… piensas en el pasaporte.

Rubén Cortés/ La Razón.

El pasaporte… Es irrefrenable pensar en el pasaporte tras el arranque de las precampañas del populismo de derecha de Anaya y el populismo confesional y de pastiche ideológico de AMLO, por la coincidencia de ambos en reciclar recetas chavistas para gobernar México.

¿El pasaporte? Ah, es que sus soflamas recuerdan el gran ensayo Sobre la tiranía, de Timothy Snyder, editado por Galaxia Gutenberg y que cuesta 169 pesos en Gandhi. Snyder compara los populismos galopantes hoy en el mundo con el nazismo, el comunismo y el fascismo.

Y regala al lector veinte consejos para enfrentar a las tiranías populistas actuales y las que están por venir. Pero el consejo que hace soñar con fantasmas, como un nómada perseguido por noches interminables, es el siguiente:

“Viva donde viva, asegúrese de que usted y su familia tengan pasaporte vigente”.
El populista de derecha, que promete regalar dinero como Hugo Chávez en las tristemente célebres “Misiones Barrio Adentro”, admitió en su arranque de campaña varias sincronías con el populismo “guadalupano y juarista”.

“Con López Obrador coincidimos en que hay pobreza, desigualdad, corrupción, inseguridad, pero tenemos profundas diferencias en la solución a estos problemas”, expresó Anaya, quien también confluye con AMLO en rechazar el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Sin embargo, a falta de que más adelante Anaya explique (es sin duda el candidato que mejor habla de corrido, apenas con pausas para respirar, casi sin pensar, habla, habla…) sus distancias con AMLO, lo que ya dio a conocer es su principal conjunción: repartir dinero como Hugo Chávez.

Anaya promete garantizar a cada uno de los 120 millones de mexicanos una renta básica mensual, sin que tengan que mover un dedo: un regalo que le costará a su gobierno unos 400 mil millones de pesos al año. AMLO promete tres mil 600 pesos mensuales a cada joven que no trabaje ni estudie.

Ninguno de nuestros dos grandes populistas (el de derecha y el confesional y de pastiche ideológico) explica qué hará cuando se le acabe el dinero. Seguramente lo que hace el heredero de Hugo Chávez: por la carencia de comida, ya su unidad de venta son las cucharadas, en lugar de los kilogramos.

Con el petróleo a 110 dólares, Chávez regaló 75 dólares a cada venezolano y consiguió el mayor desastre económico en la historia del mundo: gastó más dinero de lo que Venezuela (el país con mayores reservas de crudo en el mundo) recibió en sus primeros 175 años de independencia.

Hoy no sólo la comida se vende en cucharadas en Venezuela… cuando hay. También han emigrado dos millones de venezolanos.

El pasaporte, hombre…

El pasaporte vigente es la única solución contra los populismos.

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