domingo, 24 de septiembre de 2017

Vuelve a sangrar la herida de Juchitán, Oaxaca


FERNANDO SANTIAGO


Recorridos para ver los daños
FERNANDO SANTIAGO


JUCHITÁN, Oaxaca.- El corazón de los juchitecos se cubrió de un velo de intranquilidad; fue cegado, sus huesos crujieron y sus músculos ardieron; era su cuerpo que se preparaba para huir del horror, de la muerte, de un destino que es inaceptable.

Los sismos que estremecieron a la región el 23 de septiembre atrajeron el pánico; la memoria, siempre viva, les recordó el poder de la naturaleza que se desató el trágico 7 de septiembre y que provocó grandes daños, así como dolor por las pérdidas humanas.

Mejor afuera que adentro

Los vecinos han decidido prácticamente vivir en las calles ante el miedo del colapso de sus maltrechas casas. Y es que al filo de las 05:38 horas, un movimiento telúrico, de 5.7 en la escala de Richter, cimbró la piedra de las edificaciones, y la carne de una ciudadanía que vive aterrada.

El movimiento telúrico despertó a los desgastados habitantes que salieron a toda prisa de sus hogares e inundaron las calles.

Esta vez el sueño no regresó, las calles se encontraban repletas de vecinos; la circulación con algún vehículo era difícil.

Poco después, el Sistema Sismológico Nacional emitió un comunicado para informar que el epicentro fue a 123 kilómetros al sureste del puerto de Salina Cruz.

La calma pareció volver; sin embargo, el grito de la tierra, dos horas después, exactamente a las 07:53 horas, devolvió a la gente a la calle, a la intemperie, a la orfandad del hombre.

El epicentro ahora no fue muy lejos, fue a 12 kilómetros al norte de Ciudad Ixtepec, de una intensidad de 6.4 en la escala de Richter; no era lo ya acostumbrado por las réplicas, se rompió con toda cotidianidad.


A un paso del derrumbe total

Elementos de la Policía Municipal, Estatal y Federal, realizaron constantes recorridos en zonas donde los domicilios y negocios están colapsados. Algunos negocios terminaron por caerse, todo se derrumbó, se sumó personal del Heroico Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil Municipal a los recorridos.

Los afectados

Pronto se escuchó de víctimas: una mujer de avanzada edad fue reportada como lesionada; se lastimó la cadera, ya que en el momento del sismo, la señora corrió pero tropezó. Esto ocurrió en la Colonia 103, a un costado de la carretera Juchitán-Playa Vicente, de la Séptima Sección.

Un mototaxista volvió a vivir, mientras iba al mando de su mini unidad sintió el sismo y la "sacudida"; señaló que escuchó el derrumbe de una casa que se encontraba un costado de él, los escombros se le vinieron encima, la única forma de salvar su vida fue acelerar.

Algunos escombros lograron dar en la unidad, mas no en el chofer quien resultó ileso de esta situación; el vehículo quedó con graves daños por lo que dio parte a sus familiares para que fueran por él.

Vivir en la calle

Desde los sismos, las personas han montado campamentos frente a sus domicilios o lugares donde estén quedándose. Colocan mantas o cierran calles para evitar que un vehículo pase por el lugar.

El miedo nuevamente se apodera de Juchitán, por no individualizar, por no poner nombre al terror a perder la vida y sus raíces. 17 días después del poderoso terremoto, la gente sudó el recuerdo de la destrucción de antiquísima ciudad.

Nadie sabe qué pasa en realidad, nadie sabe por qué hasta el momento la naturaleza se ha ensañado con la región del Istmo, porque hizo que se viviera esa amarga experiencia.

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