Citlalli Luciana
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Por partida doble los ambulantes obstaculizan el paso de los transeúntes en pleno Centro Histórico de la Ciudad
CARLOS ROMÁN VELASCO
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Y sí, los chachacuales se fueron, pero … no se fueron. Además de haber dejado una estela de basura y orines, los verbeneros adheridos al sector popular del PRI, la Confederación Mexicana de Trabajadores (CTM) que la madrugada del jueves se habían instalado en el zócalo capitalino, dejaron el espacio pero no así las siete calles que los circundan.
Salvo los juegos mecánicos que fueron retirados en su totalidad, otros aproximadamente 500 comerciantes se mantuvieron establecidos en Guerrero, dos calles de Hidalgo, Valdivieso, Trujano, Flores Magón y Bustamante.
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El delegado de comercio de la CTM, Mariano Miranda, señaló que se encuentran en pláticas para la reinstalación de los juegos mecánicos en otro punto de la capital, tentativamente a un costado del estadio de béisbol o en sus alrededores.
Así, repentinamente como habían llegado la madrugada del jueves, de la misma manera los 40 juegos mecánicos se retiraron sin mayor aspaviento de la plaza de la constitución, que sólo a un día de haberse instalado ya había generado pérdidas económicas a los restauranteros establecidos en los portales así como a los locatarios del kiosco.
Pero a pesar de esta retirada, el corazón del Centro Histórico no se mostró del todo libre ya que frente a Palacio de Gobierno continuaron puestos informales que aprovechando la presencia de un grupo de desplazados de la Villa de Zaachila, se extendieron a sus anchas.
Para el comercio formal establecido, la presencia de los verbeneros significa un golpe más a su lastimada economía ya que los puestos estorban el acceso y la visibilidad a cada uno de los locales.
En cálculos recientes, los comerciantes estimaron el crecimiento del 81 por ciento de vendedores ambulantes, pero llegadas las fiestas de la Guelaguetza, ésta se dispara en un 100 por ciento.
Los comerciantes consideraron que lo anterior se convierte en una competencia desleal que los deja sin posibilidades de venta. “Mientras que los que pagamos impuestos no vamos a tener posibilidad de tener ganancias, los que se instalan de manera arbitraria y no contribuyen fiscalmente, tienen espacios privilegiados para realizar sus ventas”, señaló una locataria de artículos artesanales.
Consideró que con la presencia de los comerciantes informales circundando el zócalo y la alameda, la inversión que realizó para tener mercancía suficiente en estas fechas, se quedará improductiva. “No queremos ser pesimistas pero eso ha pasado en ocasiones anteriores. La gente ya no llega hasta los locales establecidos porque no los ve y porque piensa que es más caro que comprar en la calle”, dijo, pidiendo el anonimato
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