miércoles, 6 de noviembre de 2019

Guerra de mantas ante un emblemático Pinocho

Un momento hilarante se vivió para un sector de los senadores, sobre todo del PAN, cuando Indira Rosales le entregó a Alfonso Durazo un Pinocho, ese personaje de la literatura cuya característica principal es que le crece la nariz cada vez que dice una mentira.

Foto: Cuartoscuro
Alejandro Páez Morales

Una mueca que asemejó más una sonrisa forzada se dibujó en el rostro del secretario de Seguridad Pública del país, Alfonso Durazo, mientras la senadora del PAN Indira Rosales le entregaba un muñeco con la figura de Pinocho, ese personaje de la literatura cuya característica principal es que le crece la nariz cada vez que dice una mentira.

Momento hilarante para un sector de los senadores, sobre todo del PAN, que celebraron la acción y el azoro de Durazo. Momento incómodo para el encargado de la Seguridad Pública del país que momentos antes destacaba la estrategia que tiene en marcha el gobierno federal para combatir la violencia e inseguridad en territorio nacional.

“Le voy a entregar un símbolo muy lamentable. Es un tema de vital importancia, sin embargo, me parece que un símbolo, sí, para que se piense dos veces, una vez más, otra vez, cuando se intente mentir a los mexicanos de esta forma, secretario, le entrego…”, aseguró la panista veracruzana al entregarle el muñeco a Durazo.

Fue el detonante para poner en marcha el plan panista. “#DejenDeMentir” se desplegó una enorme manta al mismo tiempo por parte de la bancada blanquiazul encabezada por su coordinador, Mauricio Kuri, mientras otros senadores mostraban carteles con cifras de inseguridad y ejecuciones incluidos los feminicidios.

847 feminicidios, 14 masacres y un dibujo de pinocho con las siglas de Morena lucían en pancartas los legisladores panistas alrededor de Durazo.

La bancada morenista explotó. De inmediato las protestas y gritos de los morenistas y sus aliados, quienes venían preparados, pues también desplegaron una enorme caricatura del entonces presidente Felipe Calderón vestido con una enorme casaca militar y una boina cuando declaró la guerra a los cárteles de la droga. “Soy un patriota, pinté a México de verde y rojo”, se leía.

De pronto, la tranquilidad que había durante la comparecencia convirtió al salón de la Permanente en campo de guerra. Gritos de ambos bandos. Panistas contra morenistas, guerra de mantas.

Mientras Lucía Trasviña, presidenta de la Comisión de Seguridad, abrazó y ocultó el muñeco de Pinocho que le entregaron a Durazo.

“Me gustó el pinochito para mi nieto…ya lo guardé”, explicaba desde la mesa de la presidencia de la comparecencia.

Abajo en la tribuna, la senadora de Morena, Lucía Meza arremetía contra panistas y priistas.

“Lamentable ver este tipo de shows mediáticos”, indicó “Ya basta de los muertos que traen ustedes encima”, les recordó.

Esta vez fue el senador de Movimiento Ciudadano, Juan Zepeda, quien salió al quite y recordó que de acuerdo a cifras del INEGI, en lo que va de este gobierno se estiman alrededor de 38 mil muertos.

Sin embargo, recalcó que no se trata de imputar a cada sexenio las personas muertas. “No coincido, la realidad es que ni son los muertos de (Felipe) Calderón, ni de (Enrique) Peña, ni de (Andrés Manuel ) López Obrador, son nuestros muertos porque todos son mexicanos”, señaló.

Una comparecencia atípica, donde las cifras y logros de la estrategia de seguridad no convencieron a la oposición. Una comparecencia donde el emblemático y mágico Pinocho se llevó la tarde.
 
Crónica

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