sábado, 4 de agosto de 2018

Nuestro sistema educativo caducó, afirma niño genio


Carlos Santamaría, de 12 años, cursará licenciatura en la UNAM; el menor propone impulsar un programa que permita a otros alumnos con esa capacidad “tener acceso al conocimiento sin ser discriminados”.


Abraham Reza

Carlos Santamaría, el niño “de alta capacidad cognitiva” que con solo 12 años logró ingresar a la licenciatura de física biomédica de la UNAM, señaló ayer que el actual sistema educativo “está caduco”, ya que tiene un rezago de poco más de 20 años. También aseguró que los maestros están aburridos de impartir las mismas materias y por eso los niños no tienen el mismo desempeño. Para él las clases serían más atractivas si contarán con más práctica y menos teoría.

“Debemos darle una nueva cara a la educación, que haya más demostración. Que la escuela sea un lugar donde se pueda descubrir algo de la manera que te gusta”, opinó en conferencia de prensa.

“SOLO SOY FELIZ”

A su corta edad concluyó la primaria y secundaria luego de aprobar dos exámenes del sistema abierto, acreditó la preparatoria en línea y fue aceptado en dos licenciaturas —también estudiará por internet la carrera de física en la Universidad Española—, pero él no se considera especial.

“Yo no soy un genio, solo soy un niño feliz”, subrayó Santamaría, tras asegurar que nada vulnera su infancia, ni la celebración por sus aptitudes ni su actividad favorita: la ciencia. Le gustan los videojuegos y los legos, además de que es fanático del beisbol y la lectura de clásicos.

El pequeño señala que llegar hasta ahí no ha sido sencillo, más bien fue toda una “odisea”. Recuerda que desde la primaria su vida ha sido una aventura, pues su habilidad para aprender es tan buena que se aburría en las clases convencionales.

Santamaría es en apariencia un niño como cualquier otro; inquieto, risueño y bromista. Mientras habla se muerde las uñas o se cubre la cara con ambas manos. Se dice nervioso; sin embargo, al hablar pareciera que uno está conversando con un adulto, usa frases cortas y concisas, no divaga en sus declaraciones, y si alguien lo interrumpe, pide que le dejen terminar la idea.

Respecto a su vida social, reconoció que “la convivencia con otros niños siempre es un poco más difícil, porque me dicen que soy bien raro, pero dejo que las cosas pasen y me quedo con los que me caen bien y que además corresponden, porque es bien bonito encontrar a alguien que te entienda”, dijo el pequeño. También ha vivido momentos en los que se sintió excluido por niños y adultos.

OBJETIVOS

Ahora que entró a la UNAM, Carlos dijo que trabajará en sus dos principales objetivos: el primero es la ciencia molecular, para ayudar a encontrar la cura de enfermedades terminales. El segundo, organizar un programa educativo que permita a más niños como él “tener acceso al conocimiento sin ser discriminados”.

Por ello, dijo, quiere “impulsar un proyecto en el que los niños como yo tengan más opciones para prepararse, que luego de que me vean a mí descubran que sí se puede tener acceso a la educación. Quiero enseñarles y compartir con ellos, no como maestro, sino como un compañero más”, expresó.

A pesar de sus ambiciosas metas, señala: “Estoy preparado para lo que venga. Entro con hambre de aprender y de ver todo como nuevo. No quiero tener expectativas, porque luego vienen cosas distintas a las que espero y eso me molesta; mejor dejo que todo sea un redescubrimiento para mí”, destacó.

Además de su preparación básica, Carlos ha estudiado diplomados en química molecular y matemáticas. Desde el inicio de su vida escolar estuvo en instituciones como el Centro de Atención al Talento (CEDAT) y Prepa Net, además de que hizo una estancia en el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, en Cuernavaca.

De cualquier manera, afirmó, gran parte de su aprendizaje lo adquirió de manera autodidacta, valiéndose del internet y las bibliotecas.

A Santamaría, además de estar preocupado por la educación, le inquieta la situación política de México, razón por la cual pidió a los gobernantes que se encarguen del país “como se encargarían de ellos”.

Milenio

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