viernes, 1 de diciembre de 2017

Las encuestas de hoy y las de mañana.


Javier Solórzano Zinser.

Por obvio que sea, recordemos que las encuestas de hoy no necesariamente terminan por ser el resultado de mañana. No se trata de desalentar ni frenar a nadie, lo importante de lo que estamos viendo es entender que las encuestas son fotografías de momentos.

Hemos visto cómo las distancias entre el primero y el segundo se diluyen y escenarios que parecían hechos se transforman de manera dramática. También hemos visto cómo las encuestas han fallado rotundamente.

Destaquemos dos razones de ello. Por un lado la gente puede cambiar de decisión el mismo día de la elección, y por otra parte los encuestados no necesariamente contestan sobre su verdadera intención de voto por motivos diversos, lo cual es cada vez más recurrente.

A pesar de las muchas críticas que se le hacen a las encuestas, siguen siendo un importante referente de lo que se percibe entre los ciudadanos. Si bien las metodologías se han perfeccionado, en muchas ocasiones las conclusiones presentan diferencias sustantivas.

Dice Paco Abundis, de Parametría, que en lo que las empresas que se dedican a hacer encuestas coinciden, es en que no coinciden. En lo que sí parece haber consenso es en que en todas López Obrador va a arriba. La diferencia está en que algunas lo colocan con 10 puntos y más arriba, en tanto que otras lo ubican con ventaja de cuatro puntos +-, que con el margen de error podría ser empate.

Lo que resulta prioritario respecto de las encuestas que vendrán en los siguientes meses es saber leerlas, muy en especial nos referimos a los suspirantes. No tiene sentido hablar bien de las encuestas cuando les va bien y mal cuando les va mal.

Esta tónica confunde, porque las encuestas al final terminan siendo vistas y percibidas bajo maniqueísmos y conveniencias. Es público y reconocido cuáles son las empresas serias y cuáles están registradas ante el INE.

Si los candidatos las interpretan aleatoriamente, lo que provocan es la confusión de sus seguidores. Si lo que se busca, en lo que podríamos llamar “crítica”, es crear la percepción en el imaginario colectivo de que se ataca al candidato para desprestigiarlo o minimizarlo, resulta carente de ética además de oportunista.

Lo que tampoco se vale es lanzar culpas a las encuestas por los resultados de las elecciones y de lo que se haga o no se haga. Insistimos, está claramente establecido cuáles son las empresas que hacen profesionalmente su trabajo.

Hay que saber leer las encuestas y recordar que los resultados que hoy decepcionan y emocionan a algunos no necesariamente serán los de mañana.

RESQUICIOS.

SOBRE LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR.

• La mañana de ayer se aprobó en comisiones un proyecto sobre seguridad interior que resulta preocupante. La clave para abordar el tema está no sólo en la creación de una ley, sino también en la revisión del modelo de seguridad actual, y generar condiciones favorables para las policías.
• Lo que está haciendo el PRI tratando de aprobar su proyecto de ley es dejar que el Ejército siga en la calle. Se propone como un máximo de un año para que las fuerzas armadas regresen a los cuarteles; sin embargo, no queda claro cuáles serían, en su caso, los términos de la prórroga, la cual podría seguir en los terrenos de la discrecionalidad presidencial. Es preocupante que el Ejecutivo actúe sin equilibrios.

SANTIAGO AGUIRRE.
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

SOBRE LAS UNIVERSIDADES.

• Hay que distinguir en las universidades entre quienes las dirigen y los profesores y los estudiantes. A las universidades públicas se les debe exigir la máxima transparencia, les hace más daño no saber lo que pasa en su interior que saberlo.
• Para que la autonomía tenga valor, la opacidad no se puede convertir en su escudo. Las universidades necesitan más dinero y se les debe entregar, pero para ello la condición es la transparencia del uso de sus recursos.
MANUEL GIL ANTÓN.

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