jueves, 27 de julio de 2017

Detectan desechos médicos y tejido humano en basureros de Oaxaca; son foco de infección

Citlalli Luciana 


El mal manejo de RPBI pueden ser causa de situaciones de deterioro ambiental que trasciendan más allá de los límites del centro hospitalario.
EMILIO MORALES PACHECO

Materiales de curación y quirúrgicos, así como tejido humano, han sido detectados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) Oaxaca en tiraderos municipales a cielo abierto.

De acuerdo con la dependencia, esta práctica se ha tornado común por una omisión de los hospitales y de las autoridades locales en el manejo de los Residuos Peligrosos Biológico Infecciosos (RPBI), es decir aquellos materiales generados durante los servicios de atención médica que contengan agentes biológico-infecciosos los cuales pueden causar efectos nocivos a la salud y al ambiente.


Estela Hernández Vázquez, subdelegada jurídica de la Profepa Oaxaca, señaló que en 2017 la Profepa recibió una denuncia por una mala disposición de RPBI en Ocotlán de Morelos; sin embargo, durante la revisión no se pudo corroborar el hecho pues gran parte de la basura depositada en el lugar había sido quemada.

Un año antes, en 2016 la Profepa realizó tres visitas de inspección, dos a hospitales y una más al tiradero municipal de Santo Domingo Tehuantepec. En los tres casos fue por mal manejo de RPBI.

“Si le damos una atención a la atención puntual a la disposición final de los resíduos por supuesto que evitaría que muchos de estos RPBI fueran a dar a tiraderos a cielo abierto que regularmente se presentan como problemática en la mayoría de los municipios del estado”, declaró.

Hernández Vázquez señaló que son las comunidades rurales las que incurren principalmente en el mal manejo de sus RPBI. En estos casos -señaló- no puede argumentarse desconocimiento de la ley.

“Si el origen son las unidades hospitalarias, evidentemente todo el material de curación y partes humanas debe tener un buen manejo. “En lo personal no le atribuyo a un desconocimiento sino una omisión a un buen manejo desde el lugar de su generación y que con gran facilidad le dan una disposición en un tiradero a cielo abierto”, sostuvo.

Agregó que de manera corresponsable también está la autoridad municipal en cada caso quienes tienen la obligación de verificar qué se ingresa como desechos a los tiraderos.

La Norma Oficial Mexicana NOM-087-SEMARNAT-SSA1-2002, conlleva toda la ruta a seguir de los generadores de RPBI como son hospitales, clínicas, unidades de salud, laboratorios, los cuales están obligados a garantizar una disposición final adecuada.

En un análisis realizado por la Sociedad Oaxaqueña de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, A. C. señala que el manejo deficiente de los RPBI, no sólo puede crear situaciones de riesgo que amenacen la salud del personal médico y de los pacientes.

El mal manejo de RPBI pueden ser causa de situaciones de deterioro ambiental que trasciendan más allá de los límites del centro hospitalario, generando molestias y poniendo en riesgo, por tanto la salud de todos aquellos sectores de la población que directa o indirectamente, se vean expuestos al contacto de los RPBI, cuando tales residuos son trasladados de forma indirecta fuera de las instituciones médicas, para su tratamiento o disposición final.

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