viernes, 30 de junio de 2017

Se une militancia del PRI contra decisiones de dirigencia nacional





Laura Molina

Antes de medirse en las urnas con Andrés Manuel López Obrador, al partido del presidente Enrique Peña Nieto le salió un nuevo y más poderoso adversario: el propio PRI.

Antes siquiera de que se consolide el frente Partido Acción Nacional (PAN)-Partido de la Revolución Democrática (PRD), el tricolor ya tiene una alianza opositora que vencer: la formada por los exgobernadores Ulises Ruiz Ortiz e Ivonne Ortega.

“El PRI está en la peor crisis de su historia”, sentencia el exgobernador de Oaxaca.

Ortega y Ruiz Ortiz encabezan corrientes disidentes al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se oponen a que las candidaturas sigan siendo decisiones cupulares y proponen que las nominaciones sean a través de consulta a la militancia.

El encontronazo será en agosto próximo, cuando se discutan los planteamientos emanados de los foros municipales y estatales. El escenario será la sede nacional del PRI, donde se votarán los resolutivos de la XXII Asamblea Nacional y se definirá si se quita el requisito de 10 años de militancia para quien aspire a ser candidato presidencial, si dicha nominación se decide por consulta o por “dedazo”, si se combate el fenómeno de los “chapulines” y si el partido da un golpe de timón en el modelo económico.

Ruiz Ortiz dirige Democracia Interna, movimiento priista que ya solicitó la renuncia del presidente nacional del partido Enrique Ochoa Reza y de la secretaria general, Claudia Ruiz Massieu, por los descalabros electorales del pasado 4 de junio.

“Si no cambiamos al interior, si no abren los procesos internos, si se decide otra vez que una cúpula o sólo el presidente defina las candidaturas, si no hacemos una movilización enorme para que sea la militancia la que defina a quiénes quiere que sean candidatos, entonces vamos a reincidir en los fracasos electorales que el PRI ha tenido en los últimos años y quién sabe si volvamos a recuperar la Presidencia de la República”, advierte Ruiz en entrevista con “ejecentral”.

“En estos momentos ya terminaron las asambleas municipales, están iniciando las estatales, y de las asambleas estatales saldrán documentos que serán llevados a la mesa redactora, que espero no sea “mesa rasuradora”, sino que contemple realmente lo que siente la militancia para que se lleve a las mesas de discusión, que se realizarán el 4 y 5 de agosto”, expone Ivonne Ortega, exsecretaria general del partido (2012-2015) y actual diputada federal.



“Si no se abordaran de fondo los temas que está pidiendo la militancia, creo que yo y muchos valoraríamos qué hacer después de la asamblea, porque si tienes un partido que no te escucha, que no te representa, que no te da viabilidad política, pues sí tendrás que replantearte si permaneces en tu partido”, advierte la yucateca.



Trastocan el ADN priista



La corriente de Ulises Ruiz ha sido una piedra en el zapato para Enrique Ochoa desde que éste fue postulado para dirigir al Revolucionario Institucional. Desde julio del año pasado, cuando Ochoa asumió el timón del partido, Democracia Interna ha cuestionado su trayectoria partidista, sus habilidades para escuchar a la militancia, su independencia respecto del poder presidencial y su desempeño en las pasadas elecciones, donde el PRI como partido fue superado por Morena en el estado de México, donde pasaron a ser tercera fuerza política en Veracruz y donde se perdió el Congreso y los principales ayuntamientos en Coahuila.



“Si la instrucción de quien manda en el PRI, que no es Ochoa Reza, es quitar el requisito de los 10 años de militancia porque quieren proponer a una persona no priista para que encabece la campaña el próximo año, que nos lo digan y entonces lo discutimos en la asamblea”, reta Ruiz.



El oaxaqueño acusó al presidente y a la secretaria general del PRI de operar a escondidas y filtrar la eliminación de los candados para elegir al candidato presidencial, incluso haciendo a un lado a los delegados que no estén de acuerdo con sus propuestas para hacer una asamblea “a modo”.



“Pero una asamblea así será una farsa y no le va a servir al partido”, expone. “A lo mejor la van a hacer, ellos tienen los instrumentos, ellos amenazan, ellos manejan sectores y organizaciones totalmente dóciles y sometidos a la dirigencia del partido y a quien los puso. Pero lo que va a pasar

es que vamos directos a la derrota; y luego ellos van a salir y el partido va a quedar hecho pedazos”, augura Ruiz Ortiz.



Tanto Ulises Ruiz como Ivonne Ortega admiten que, si bien, no forman parte de la misma corriente, sí están en comunicación constante y reconocen muchos puntos de coincidencia en sus posturas para rescatar al PRI. También sostienen que están en contacto con otras voces críticas como las de Manlio Fabio Beltrones y César Augusto Santiago.



Las matemáticas de Ivonne



En la sala de espera de las oficinas de Ivonne Ortega, en la Ciudad de México, hay una fotografía de gran formato donde se ve a la exgobernadora de Yucatán, sonriente, pedaleando una bicicleta, y tras de ella va una parvada de niños como queriendo alcanzarla.



Una de las chiquillas de la imagen porta una blusa negra donde se puede leer la siguiente leyenda: “Odio la escuela y a los maestros también”.



Se le pregunta a la diputada federal si esa postura frente a la educación y las condiciones de pobreza que prevalecen en el país son un reto para alguien que aspira a ser presidenta de México.



La exsecretaria general del PRI responde que su aspiración es cambiar el modelo económico, el modelo de desarrollo social y la política educativa. Y hace números: en 1988, cuando se fija la actual política social, había 53 millones de pobres en México. Desde entonces han pasado cinco presidentes (tres del PRI y dos del PAN) y se han invertido más de cuatro billones de pesos; sin embargo, hoy tenemos 55.3 millones de pobres.



“Es claro que tanto el modelo económico como la política social han fracasado. No sólo hemos sido incapaces de sacar a una sola familia de la pobreza, sino que hasta hemos sumado 2.3 millones de personas a la miseria”.



Ortega cuenta que cuando iba a la secundaria sufrió gran frustración, pues los profesores la reprobaron una y otra vez por no aprender a hacer la raíz cuadrada. “Y es triste que hoy sigan reprobando a niños por no resolver raíces cuadradas, cuando en su vida la van a utilizar, a menos que sean físicos o matemáticos”.



Pese a su mala experiencia con la aritmética, Ortega Pacheco recurre constantemente a los números para darse a entender. Refiere que entre 2012 y 2017 se han renovado 24 “gubernaturas” y el PRI ha perdido 4.7 millones de votos, por lo que urge a cambiar el método de selección de los candidatos.



Para ilustrar la desigualdad que prevalece en México, también hace sumas y restas: “Las cuatro personas más ricas del país tienen ingresos equivalentes al presupuesto que reciben las 32 entidades del país para infraestructura durante cuatro años. México sí ha generado riqueza, pero no la ha sabido distribuir”.



Cuatro millones menos



En el caso de Ivonne Ortega, que ya recorrió las 32 entidades del país para recoger las exigencias de la militancia rumbo a la Asamblea Nacional —lo que le ha servido también para promover su imagen como aspirante a la candidatura presidencial— comenta que su diagnóstico es el de una militancia enfurecida y al mismo tiempo frustrada por no ser tomada en cuenta en las decisiones del partido.



“¿Qué es lo más recurrente que me he encontrado? Los militantes dicen: ‘escúchenos, queremos ser parte de las decisiones en las candidaturas, en las dirigencias, para que podamos sentirnos representados y los acompañemos en las elecciones’”.



“Entre 2012 y 2017 se han realizado 24 procesos para renovar “gubernaturas”. En ese lapso hemos perdido cuatro millones 700 mil electores. Algo estamos haciendo mal, y mira que de 2012 a 2015 yo fui secretaria general del partido. Lo que está mal es el procedimiento, pues la militancia te dice con claridad que ya no están dispuestos a acompañar una decisión cupular”.



“Si un ciudadano te acompaña a ganar la candidatura —en este caso estamos hablando de mil 548 ayuntamientos, 822 diputaciones locales, 500 diputados federales, 128 senadores, ocho “gubernaturas”, la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y la Presidencia de la República— si un ciudadano te acompaña en la selección del candidato, te acompaña a ganar la elección y, lo más importante, te acompaña a gobernar. Hoy es lo que necesitamos para que se puedan tomar las decisiones difíciles para cambiar de fondo lo que no ha cambiado”.



Durante este mes y el siguiente, Ivonne Ortega refiere que concentrará sus esfuerzos en que se escuche a la militancia, pues el 99.9 % de los cinco millones de afiliados no tiene cargo público y, en consecuencia, no es escuchado. “La mayoría de los priistas no tiene un área de representación, y la idea de estar recorriendo el país es poderlos escuchar no sólo para traer lo que están sintiendo, sino defender en la Asamblea lo que están sintiendo”, comenta la yucateca.



Ortega señala que durante una gira por San Luis Potosí se encontró a una ama de casa que resumió el momento por el que atraviesa el partido. “La señora me dijo: ‘no se equivoque, diputada, el PRI no pierde; al PRI le gana el PRI’. Si no entendemos ese mensaje será difícil llegar en condiciones de competencia a 2018”.



¿La clave está en la unidad? —Unidad, pero no unanimidad. El partido tiene diferentes corrientes, formas de pensar y maneras de ver las cosas. Los militantes dicen: ‘quiero hacer mi aportación para que el PRI sea rentable’, y si no encuentran eco, entonces habrá casos extremos como cambiarse de partido.



Los raspones de Ulises Ruiz



Chapulines. “Estamos proponiendo prohibir el salto de plurinominal a plurinominal. Si alguien tiene hoy una pluri y quiere otro cargo de elección popular, que vayan a sus distritos, que hagan campaña, que salgan a ganarse los votos. Hay legisladores que no han ganado una sola casilla; vamos, ni la casilla de su casa, y son coordinadores del Congreso y están en cargos directivos”.



Ochoa Reza. “Todos sabemos que el priista distinguido es el presidente Peña Nieto, eso nadie lo puede negar ni ocultar. A Enrique Ochoa lo puso el presidente Peña; por sus méritos nunca hubiera llegado, creo que ni priista ha sido. A Enrique Ochoa nadie lo conoce, nadie sabe de su participación, nadie sabe dónde estaba, cuándo estuvo en una asamblea, en una elección”.



Zedillo-Labastida. “En el 2000 perdemos la Presidencia porque Zedillo se empecinó en imponer una candidatura a través de Labastida, y si ahí las cosas hubieran sido derechas en un proceso interno, yo no creo que Labastida hubiera ganado la interna; sin embargo, se aferraron. Hay muchos compañeros del PRI que se prestaron a estas situaciones con tal de conservar sus cargos”.



Reformas estructurales. “Hay un rechazo enorme hacia las políticas públicas del gobierno federal y eso desde luego que se refleja en pérdida de votos. Estoy hablando del gasolinazo, de varias de las reformas estructurales que no han sabido concretar o no se han sabido explicar. El rechazo al presidente de México es de cerca de 80 % y el PRI no está ajeno a eso, porque está muy pegado”.



Corrupción. “Estamos proponiendo que se legisle para que el desvío de recursos sea considerado delito grave y se le castigue de manera severa; planteamos que se le quite la inimputabilidad al presidente de la República por actos de corrupción. Estamos hablando de ir hasta la cadena perpetua, pues el mensaje a los mexicanos deber ser contundente, el combate a la corrupción no es un juego”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario