Tras reunirse con líderes de la CNTE, el Presidente dejó claro que los exámenes serán opcionales, pero sólo aquellos que acepten evaluarse podrán tener ascensos.
El Presidente estuvo acompañado por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero (Especial) |
El presidente Andrés Manuel López Obrador negó a la CNTE sus exigencias de mantener la práctica de una Comisión Nacional Mixta de Escalafón con la que los sindicatos tenían en su poder otorgar plazas a los maestros de mayor antigüedad, y por el contrario, dejó claro que los exámenes serán opcionales pero sólo aquellos que acepten evaluarse podrán tener ascensos.
El nuevo modelo educativo elimina las denominadas “evaluaciones punitivas” con las que cualquier maestro que no aprobara era despedido, pero impide que quienes no se evalúan puedan tener ascensos de plazas o sueldos.
Luego de casi tres horas de reunión en el segundo encuentro que sostuvo López Obrador con la CNTE en Palacio Nacional, el mandatario emitió una carta con cuatro condicionantes para poder entablar mesas de diálogo y les ofreció participar en la elaboración de las leyes secundarias de la nueva reforma educativa, sin ceder a sus exigencias de eliminar las palabras calidad o excelencia del texto.
En esta respuesta oficial a los maestros, también deja claro que su propuesta con la nueva reforma educativa considerará los ascensos en aquellos que demuestren trabajo en las comunidades más pobres del país como un requisito que equivale prácticamente al 50 por ciento.
“Un sistema de mejora del magisterio en el que las promociones y los ascensos se realicen con base en tres criterios: antigüedad (40%), experiencia y tiempo de trabajo en zonas de marginación, pobreza y descomposición social (40%) y reconocimientos de buen desempeño en el cual participen padres, alumnos y compañeros de trabajo”.
Con estos lineamientos, el Presidente busca retirar la discrecionalidad con que los maestros de los sindicatos podían repartir plazas a sus allegados y como prometió, busca dirigirse a las bases, a los maestros que buscan superación y que tienen vocación de servicio no solo en las aulas, sino en las comunidades más marginadas.
Y manifiesta su compromiso de acabar con la “mal llamada reforma educativa”, lo que se logró el pasado 15 de mayo con la aprobación de las modificaciones constitucionales e indica: “respeto los desacuerdos que ustedes me han expresado y pongo a su consideración una vía para resolverlos”, con lo que ofrece mesas de trabajo.
Los lineamientos que el Presidente propone para estos acuerdos, adicional a las condicionantes para los ascensos son:
“Previos censo y verificación por una instancia bilateral y paritaria, basificación de todos los maestros que trabajan en distintos regímenes y modalidades en el sistema de enseñanza pública, cumpliendo las normas de la ley federal de trabajadores al servicio del Estado.
“Iniciar un proceso gradual de federalización de todas las plazas magisteriales y elaboración de un modelo de homologación salarial que tome en cuenta las distintas circunstancias laborales, regionales, sociales y culturales y los diversos grados de dificultad, compromiso y capacidad que cada una demanda (por ejemplo, escuelas multigrado, planteles de enseñanza bilingüe, etc.).
“De conformidad con la demanda futura de nuevos maestros, definir en común acuerdo, el número de alumnos por normal pública, los métodos de admisión y, a partir de ello, otorgar plazas a todos los egresados de dichos planteles educativos”.
Además, bajo el compromiso de no permitir que ningún grupo maneje recursos públicos, el Presidente propuso un esquema de mejoramiento de escuelas que se logrará con la conformación de un Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP) que estará integrada por docentes, madres y padres de familia y alumnos a partir del cuarto grado de primaria y que cambiarán al inicio de cada ciclo escolar.
Este grupo recibirá trimestralmente los apoyos de manera directa, a través de una transferencia bancaria o por una orden de pago directa de la Secretaría de Hacienda.
“Este sistema tendrá como objetivo la dignificación de los recintos, particularmente, aquellos situados en regiones rurales y urbanas marginadas, y la paulatina superación de las desigualdades entre las escuelas del país”.
En la carta el Presidente también reitera el respeto absoluto del gobierno federal a la independencia sindical y a las decisiones de sus agremiados.
El compromiso que acató, tal cual como lo solicitó la Coordinadora es el de la liberación de presos políticos, que de acuerdo a lo que consta en el texto, el Presidente señala que “el gobierno que presido está trabajando en la justicia y la reparación del daño a los maestros que fueron asesinados, reprimidos o violentados en el marco de la justa lucha magisterial contra la mal llamada reforma educativa; estamos buscando la manera de agilizar la excarcelación de todos los presos políticos, incluidos algunos compañeros de ustedes, y mantenemos la determinación de reinstalar a la brevedad a los docentes cesados en el sexenio anterior por participar en la resistencia en contra de las reformas estructurales”.
Y concluye ofreciendo un trabajo unido a fin de lograr un país con niños educados en la fraternidad, la equidad, el espíritu crítico y la libertad, por profesores respetados en sus derechos y sus aspiraciones y en escuelas decorosas.
“Tengan la seguridad de que ahora que tenemos la responsabilidad de gobernar no vamos a retirar la mano que les tendimos cuando nos encontrábamos en la adversidad de la oposición y que no olvidaremos cuanto han aportado ustedes a la defensa de la justicia, la auténtica democracia y la dignidad”, finaliza la carta.
Milenio - evl
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