miércoles, 13 de junio de 2018

Titulares de los Principales Medios de Circulación Nacional.

Gana Anaya 3 a 1


GUADALAJARA. Foto: Ángel Llamas
BAJO ESCRUTINIO. En la CDMX (foto), 162 consejeros y líderes ciudadanos evaluaron a los candidatos presidenciales en el debate de anoche; en Monterrey fueron 152, y en Guadalajara, 94. Foto: Alejandro Mendoza
MONTERREY. Foto: César D. Pauli

REFORMA / Redacción

Cd. de México

Consejeros editoriales y líderes ciudadanos convocados por Grupo Reforma consideraron que, por amplio margen, el ganador del tercer debate presidencial fue Ricardo Anaya.

El candidato de la coalición Por México al Frente fue visto como ganador por 57 por ciento de los participantes en el ejercicio de análisis del debate realizado en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

Andrés Manuel López Obrador recibió el visto bueno del 20 por ciento de los participantes, y un 19 por ciento dio el triunfo a José Antonio Meade.

El ejercicio ciudadano, que contó con la participación de 408 consejeros y líderes en las tres ciudades, arrojó como perdedor del debate a AMLO (52 por ciento), seguido de Rodríguez (18 por ciento), Meade (16 por ciento) y Anaya (14 por ciento).

Para 43 por ciento de los participantes, la imagen que tienen de Anaya mejoró, mientras que para 40 por ciento la imagen que tienen de Meade mejoró. Para un 51 por ciento, la imagen de AMLO empeoró, y sólo un 17 por ciento la vio mejorar.

El debate realizado en el Museo del Mundo Maya, en Mérida, Yucatán, estuvo pletórico de ataques con un Anaya agresivo desde el inicio y López Obrador tratando de esquivar los dardos en su contra.

Un conteo de Grupo Reforma arrojó que cada 2 minutos hubo un ataque y cada 4 minutos ocurría uno contra López Obrador.

Gana Anaya 3 a 1

Quien más atacó a AMLO fue Meade, candidato del PRI, PVEM y Panal, con 13 acusaciones, la mayoría sobre la gestión del morenista al frente del Gobierno capitalino y las presuntas ligas de la familia de uno de sus cercanos, Javier Jiménez Espriú, con Odebrecht.

En tanto, el frentista Anaya arremetió contra el morenista en nueve ocasiones.

Colocado en medio de Anaya y Meade, AMLO sólo volteaba ante cada dardo.

¿Yo qué culpa tengo de que ustedes estén empatados? Piensan que aquí en el debate van a remontar los 30 puntos que les llevo. Yo entiendo, pero serénense", les dijo.

"Contesta sin chistes, sin payasadas: ¿sí o no, cuando fuiste Jefe de Gobierno, a Rioboó le otorgaron contratos por asignación directa, sin licitación, sin concurso, por 170 millones de pesos?", le demandó Anaya.

"¿Si te presento los contratos, renuncias a la candidatura?", apretó el frentista.

"Yo no soy corrupto como tú", zanjó el tabasqueño en uno de los momentos más tensos del debate.

Meade acusó a Anaya de tener cuentas pendientes por presunto lavado de dinero.

"Aquí el único indiciado eres tú", le espetó al panista.



Debate sin novedad; faltan 18 días para la elección

 Periódico impreso de nacional

Debate sin novedad; faltan 18 días para la elección

CIUDAD DE MÉXICO.

Los cuatro candidatos presidenciales protagonizaron anoche su último debate, en el que detallaron propuestas, hicieron bromas, expresaron ocurrencias, cruzaron acusaciones y se confrontaron en temas como subsidios a gasolinas, refinerías, Reforma Educativa y Seguro Popular.

Andrés Manuel López Obrador respondió a los señalamientos que le formularon sus contrincantes, entre ellos los nexos de sus colaboradores con Odebrecht y la asignación directa de contratos a conocidos. Tras el debate, llamó a sus seguidores a convencer a los indecisos.

La labor de los moderadores obligó a que los candidatos detallaran sus respuestas a las preguntas que la ciudadanía envió vía redes sociales.

Algunas de las propuestas más destacadas fueron la cancelación de la Reforma Educativa y pelear por mantener el TLC, de López Obrador; la reducción del precio de las gasolinas y duplicar el salario mínimo, de Ricardo Anaya; el diálogo con los maestros disidentes y la ampliación de cobertura en materia de salud, de José Antonio Meade.

El Bronco planteó aumentar de 10 a 15% el reparto de utilidades y reducir la jornada laboral a las mujeres.

Marcan debate acusaciones y bromas

En el tercer y último encuentro se viven momentos de tensión entre los aspirantes; se registran al menos 15 ataques en Mérida

Los cuatro candidatos presidenciales protagonizaron anoche el tercero y último debate, en el que hicieron bromas, expresaron ocurrencias, se escucharon revelaciones, como que la familia de Javier Jiménez Espriú es socia en México de Odebrecht, y se contrapuntearon en subsidios a gasolinas, refinerías, reforma educativa y Seguro Popular, aderezadas con 15 acusaciones entre ellos.

Esta vez con un formato en el que estuvieron sentados en una mesa de medio círculo, frente a los tres moderadores, que desde el primer momento tuvieron también un importante protagonismo, al grado de consumir hasta cuatro minutos en hacer una pregunta e interrumpir frecuentemente a los candidatos para obligarlos a responder las preguntas directas, el último debate presidencial del 2018 permitió escuchar decenas de propuestas concretas por parte de los cuatro aspirantes presidenciales.

Un encuentro en que los moderadores insistieron en que los candidatos explicaran de dónde saldrá el dinero para cumplir sus ofrecimientos; un encuentro que terminó con una distancia evidente entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, pues el líder de Morena no se despidió de él, aunque sí de José Antonio Meade, Jaime Rodríguez y los tres moderadores.

Pero fueron tres los momentos de mayor tensión que se vivieron a lo largo de las dos horas del debate presidencial, desarrollado en la Ciudad de Mérida.

“Contesta sin chistes, sin payasada, sí o no, cuando fuiste Jefe de Gobierno, a Rioboó le entregaron contratos, por asignación directa, sin licitación, sin concurso, por 170 millones de pesos”, le pidió Anaya a Andrés Manuel López Obrador.

—No tiene sentido lo que planteas, te digo que no, yo no soy corrupto; a mí me...

—¿Y si te lo demuestro, renuncias a la candidatura?

—No, no, no, no.

—¿Si te presento los contratos, renuncias a la candidatura?

—Nosotros no somos corruptos como tú.

—¿Si te presento los contratos, renuncias a la candidatura?, insistió Anaya, quien de esa forma acallaba la voz de López Obrador. Fue necesario que Carlos Puig, uno de los moderadores, llamara al orden a Anaya y le pidiera que por respeto a la gente que mandó las preguntas, le pidió que regresaran al tema.

El segundo momento que generó tensión fue cuando José Antonio Meade acusó a Ricardo Anaya de mentir, al referirse a una resolución judicial que lo exculpa del enriquecimiento ilícito en que está involucrado, pues se trata del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que es sólo en materia electoral, no se refiere al tema penal.

“La sentencia penal le va a llegar y le va a llegar acusatoria”, dijo Meade.

Anaya acababa de advertirle que José Antonio Meade y el presidente Enrique Peña Nieto serán enjuiciados, si él gana las elecciones, pues mostró un decreto, con la firma de Meade y expresó que “te implica a ti directamente en el último gran escándalo de Odebrecht”.

“Y en el tema de Odebrecht la pregunta no debe ser para mí, Ricardo, debía ser para Andrés Manuel, porque el socio de Odebrecht en México es la familia de Jiménez Espriú, a quien Andrés Manuel ha propuesto como su secretario de Comunicaciones y Transportes, por cierto, no va a llegar, porque no va a ganar”.

Y el tercer momento fue protagonizado otra vez por Ricardo Anaya, y nuevamente con Andrés Manuel López Obrador, casi al final del debate, cuando el panista interrumpió el derecho de réplica del morenista, justo cuando mostraba una fotografía de Ricardo Anaya, caminando con el presidente Enrique Peña Nieto y expresó que ese es el verdadero pacto.

—Aquí hay fotos tuyas con Peña, mira, le dijo Anaya

—Mira. Sí, en el debate. Yo no he visto a Peña en seis años, respondió López Obrador.

—Aquí estás con Peña, insistió Anaya.

— ¿Puedo terminar?, preguntó Andrés Manuel.

—Candidato Anaya, lo reconvino el moderador, quien le recordó que era el tiempo de la réplica de López Obrador.

—Él pactó con Peña, insistió Anaya, quien de esa forma ignoró al moderador.

—No lo he visto en seis años, añadió López Obrador

— ¿Pactaste con él, sí o no?, inquirió Anaya

—No, contestó tajante AMLO.

También hubo otras acusaciones que aunque no se abundaron, sí se sembraron. José Antonio Meade aseguró que “aquí el único que está indiciado es Ricardo” y luego pidió que se investigue la forma en que Morena creó un fideicomiso, supuestamente para apoyar a los damnificados de los terremotos del año pasado, pero se utilizó para pagar a los promotores del voto de su campaña.

Ataques directos

Pero así como hubo 15 ataques directos, por sus pasados y relaciones políticas, en el debate también hubo momentos de relajación, con chistes y ocurrencias, como cuando Jaime Rodríguez Calderón preguntó a López Obrador si esta vez traía la imagen de Elba Esther Gordillo en su cartera, en clara alusión a un meme famoso, originado durante el segundo debate.

“Esta vez no la traje, por precaución”, respondió López Obrador, quien evidentemente se refería a la cartera.

Esta vez, El Bronco no les pidió que se abrazaran; ahora les invitó a que se dieran un beso.

Otro de los momentos de risa entre los candidatos fue cuando Jaime Rodríguez reveló que tiene su propio FBI, que es el Facebook Bronco Investigation, para conocer el sentir de la población.

Cuando el moderador Leonardo Curzio le preguntó a El Bronco quién se va a encargar de mochar las manos de los corruptos, que fue su propuesta durante el primer debate.

“¿Quiénes serán los verdugos mochamanos?, ¿los amputadores nacionales”, le preguntó el periodista y el candidato aseguró que será la decisión de un tribunal.

José Antonio Meade fue el único que hizo referencia al Mundial de Futbol y a la selección nacional. Primero, cuando la moderadora Gabriela War Kentin le preguntó qué opinaba de que el gobierno federal no hubiera pedido la ratificación del acuerdo internacional para proteger a las trabajadoras domésticas, y luego cuando sólo tuvo dos segundos para una réplica.

Los momentos de ataque frontal fueron diversos, algunas veces acompañados con fotografías, o como hizo José Antonio Meade, que presentó la carátula de una supuesta película La Gran Depresión 2018-2014, que no se verá en México, que sólo la verá López Obrador, porque volverá a perder la Presidencia de la República.

O cuando José Antonio Meade aseguró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México fue un fracaso, porque entre otros problemas, se generaron 370 mil nuevos pobres.

López Obrador mostró una sonrisa y le contestó que es evidente que está muy desesperado. Que Meade y Anaya están desesperados, porque están empatados hasta abajo de las encuestas y creen que con este debate y sus ataques van a remontar los 30 puntos que les lleva a ambos.

Y cuando Meade acusó que en su gobierno capitalino también se perdieron empleos, López Obrador aseguró que si eso fuera cierto, los habitantes de la Ciudad de México no lo respaldarían y le recordó que “modestamente” la intención del voto es de cuatro por uno en su favor entre los capitalinos.

Jaime Rodríguez aprovechó varias ocasiones para pedir a la población que ya no vote por los partidos políticos, representados por Anaya, Meade y López Obrador, a quienes llamó “tercia maldita”.

Pero además de estos ataques, el debate permitió por primera vez que los cuatro contendientes contrapuntearan sus visiones en cuatro temas: educación, subsidio a gasolinas, refinerías y Seguro Popular.

AMLO planteó que va a cambiar la esencia de la Reforma Educativa y ante la insistencia de la moderadora, aceptó que la va a cancelar, porque castiga a los maestros, los humilla y los reprime.

“Nos vamos a poner de acuerdo con maestros, con padres de familia, con especialistas (...) vamos a elaborar un plan educativo nuevo para mejorar de verdad la calidad de la enseñanza, sin afectar los derechos laborales del magisterio. (La evaluación) está utilizada, que fue el eje de esta mal llamada Reforma Educativa, está siendo utilizada con propósitos persecutorios; eso no funciona. Antes de evaluar hay que capacitar y también hay que incentivar, convencer, concientizar. No imponer.

“Para que quede claro. Voy a utilizar mis facultades como titular del Ejecutivo, tengo que enviar la iniciativa al Congreso, pero a lo que nosotros corresponde políticamente, la decisión que hemos tomado es que se cancela la mal llamada Reforma Educativa, que no es en realidad una Reforma Educativa”, expresó.

De inmediato, sus adversarios políticos marcaron sus diferencias.

José Antonio Meade dejó en claro que mantendrá la Reforma Educativa, y se colocará como aliado de los maestros, a quienes ofreció aumentar el salario y mantener los vínculos junto con el Partido Nueva Alianza.

Advirtió que cancelar la Reforma Educativa es cancelar el futuro de millones de niñas y niños; es impedirles la mejora de su preparación.

Ricardo Anaya también dijo que el camino no es la cancelación de la Reforma Educativa, sino su mejora; que en efecto, la evaluación no debe usarse como castigo a los maestros, pero es necesario mejorarla para que ayude a la superación de los profesores.

Como Meade, Anaya y Jaime Rodríguez aseguraron que cancelar la Reforma Educativa provocará que nuevamente se hereden y vendan plazas de los maestros, Andrés Manuel López Obrador dijo que el único que vende plazas en la educación es el actual secretario (Otto Granados).

Las gasolinas

El segundo tema que generó la diferenciación entre sus puntos de vista fue el precio de las gasolinas. Ricardo Anaya insistió que de ganar bajará el precio al reducir el Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS), pero José Antonio Meade le comentó que los precios de la gasolina se elevan por efectos internacionales, no por el impuesto, cuya carga no es tan alta.

A pregunta expresa, López Obrador refrendó que habrá subsidios a las gasolinas y cuando el moderador le comentó que de acuerdo con los especialistas eso no es recomendable, porque genera mayores problemas de contaminación, explicó que entonces se fomentarán las energías limpias del viento y el aire, pero admitió que la propuesta no está en su programa de trabajo. José Antonio Meade comentó que los subsidios a las gasolinas no son ni fiscal ni ecológicamente aceptables.

Y derivado del tema de las gasolinas, López Obrador insistió en que México gasta mucho dinero en la importación de gasolinas, porque se dejaron de construir refinerías y las actuales se abandonaron. Anaya le recordó que construir una refinería es muy caro y apostar por eso es una locura, ya que en el momento en que empezara a funcionar, pues los combustibles fósiles ya no serán una alternativa, sino que ya para entonces serán las energías limpias las que predominen.

Seguro popular

El Seguro Popular también fue tema que generó la opinión de todos los candidatos y permitió el intercambio de ideas, pues López Obrador dijo que se trata de una farsa, porque “ni es seguro ni es popular” y se tendrá que mejorar el servicio, con medicinas garantizadas, gratis, para toda la población.

Habló de los actos de corrupción que hay en el sector, que carece de medicamentos y donde los pacientes esperan largo tiempo. Insistió que la solución a esos problemas es combatir la corrupción y con ese dinero alcanzará para cubrir las necesidades y permitir un sistema de salud eficiente.

“Voy a usar la réplica para decirles que mientras les quiere quitar el Seguro Popular, se trae a su doctor de Miami para que lo revise cada 15 días, pero lo voy a usar nada más para hacer cuentas y sólo hay que aprender a contar hasta cinco. El presupuesto tiene cinco millones de millones de pesos; 1.5 se lo damos a los estados y municipios en aportaciones; 1.5 es el costo de la deuda y pensiones; uno al IMSS, ISSSTE y Seguro Popular y Pemex; uno, gobierno federal. No hay manera, no le salen las cuentas”, respondió Meade.

Al hacer referencia al tema de ciencia y tecnología, ninguno mostró conocimientos profundos, más allá de la generalidad de invertir más dinero y fomentar más la asociación entre las universidades y el sector privado; López Obrador aprovechó para anunciar que su propuesta como nueva directora del Conacyt es la ecóloga María Elena Álvarez Buyllá, a quien presentó como biotecnóloga.

Pero el tema de la ciencia les permitió hablar de conectividad y la necesidad de que absolutamente todos los mexicanos tengan el equipo necesario. Ricardo Anaya y José Antonio Meade ofrecieron entregar a todos los estudiantes un equipo que les permita estar conectados todo el tiempo.

Mensaje final


Durante el cierre del debate, cada uno de los cuatro tuvo oportunidad para el mensaje. López Obrador llamó a que los votantes no tengan miedo, que lo ayuden a sacar a México del atraso “generado por el mafia del poder, el PRIAN”, los invitó a hacer historia, a fin de construir una auténtica democracia .

Jaime Rodríguez habló de las encuestas sobre las elecciones y sobre el Mundial de Futbol, y dijo que los resultados reales no se saben hasta que ocurran; “vota Bronco, quítate la pata del pescuezo; atrévete a ser valiente y decide que ya jubilemos a estos tres personajes”.

José Antonio Meade expresó que “México va a crecer, que vamos a acabar con la pobreza de los niños; que le vamos a dar mejores oportunidades a las mujeres, que se va a generar más empleo y que va a estar mejor pagado; en pocas palabras que ustedes progresen y vivan más seguros y vivan mejor; en un día van a votar por seis años; hay que reflexionar el voto y yo les pido un voto de confianza para ser su Presidente, para trabajar en equipo con sus familias y garantizar el futuro de sus familias”.

Y Ricardo Anaya expresó que “mucho más de la mitad del país ya no quiere saber del PRI y la gran mayoría tampoco quiere saber nada de López Obrador. No se trata de votar por lo que nos divide, sino de votar por lo que nos une como mexicanos. Yo quiero un México en el que el gobierno se conduzca con honestidad. Quiero un México con gobernantes a la altura de la mamá y el papá, que se quitan el pan de la boca para dárselo a sus hijos”.


En el último debate, 36 ataques, 59 propuestas 


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Fernando Damián y Carolina Rivera

A solo 19 días de la jornada electoral, los candidatos presidenciales Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez delinearon en su tercer y último debate 59 propuestas en diversas materias, pero también cruzaron 36 ataques, principalmente por supuestos actos de corrupción.

Anoche, en el Gran Museo del Mundo Maya, en la ciudad de Mérida, los abanderados a la Presidencia de la República contrastaron por más de dos horas sus planteamientos sobre crecimiento económico, combate a la pobreza, salud y educación, e intercambiaron una vez más descalificaciones y adjetivos.

Anaya, de la coalición Por México al Frente, acusó a López Obrador, de la alianza Morena-PT-PES, de adjudicar sin concurso ni licitación contratos por 170 millones de pesos a su amigo José María Riobóo durante su gestión como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, e incluso lo retó a renunciar a la candidatura si le mostraba las pruebas de dichos señalamientos.

—Te has convertido, Andrés Manuel, en lo que tanto criticabas, y como los del PRI, ya tienes también tus contratistas favoritos; contesta sin chistes, sin payasadas, sí o no: ¿cuando fuiste jefe de Gobierno, a Riobóo le otorgaron contratos por asignación directa, sin licitación ni concurso, por 170 millones de pesos?, contesta sí o no— cuestionó Anaya.

—No, no. No tiene sentido lo que planteas, te digo que no, yo no soy corrupto —respondió López Obrador.

—¿Entonces no es cierto? ¿Y si te lo demuestro renuncias a la candidatura?— desafió el panista.

—No, no, no. No soy corrupto como tú —atajó el tabasqueño justo cuando terminaba el tiempo de ese segmento.

Anaya arremetió también contra Meade, candidato del bloque PRI-PVEM-Panal, y lo amagó con llevarlo ante la justicia, junto al presidente Enrique Peña Nieto, por los casos Iguala, Casa Blanca y Odebrecht, entre otros.

“Tú, José Antonio, y tu jefe Enrique Peña Nieto van a enfrentar la justicia cuando yo sea Presidente de México, porque eso es lo correcto; entiendo que se pusieron de acuerdo con López Obrador, que ya los perdonó, pero la justicia se tiene que hacer en nuestro país”, remarcó.

El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia negó en su turno el supuesto “pacto de impunidad” con Peña Nieto y subrayó que es Anaya quien se reunió seis veces en menos de un año con el Presidente de la República, pero ahora se peleó con él y hasta quiere meterlo a la cárcel.

—¿Sabes qué? No es mi fuerte la venganza; justicia, no venganza, ¡ni a ti te voy a meter a la cárcel! —reviró AMLO al queretano.

Meade lanzó también una serie de ofensivas a sus oponentes en la contienda presidencial y sostuvo: “aquí el único indiciado por delito es Ricardo”, en referencia a la admisión de la denuncia presentada antier por el senador Ernesto Cordero contra Anaya por presunto lavado de dinero.

El ex secretario de Hacienda cuestionó también a López Obrador.

“En el tema de Odebrecht la pregunta no debería ser para mí, Ricardo, sino para Andrés Manuel, porque el socio de Odebrecht en México es la familia de (Javier) Jiménez Espriú, a quien Andrés Manuel ha propuesto como su secretario de Comunicaciones y Transportes, y que por cierto no va a llegar, porque va a perder”, puntualizó.

Al comienzo del debate, Ricardo Anaya se dijo víctima de una campaña en su contra por su intención de investigar los probables actos de corrupción del actual sexenio, en caso de ganar la Presidencia.

“He sido blanco de una campaña brutal de ataques, mentiras e infamias porque me atreví a decir que cuando sea Presidente de México habrá una fiscalía autónoma que investigue a Enrique Peña Nieto y su participación en los escándalos del sexenio”, acusó.

López Obrador reprochó una vez más la andanada de sus adversarios, según él, por ser puntero de la competencia: “Yo qué culpa tengo de que estén ustedes empatados, empatados hasta abajo y piensan que aquí en el debate van a remontar 30 puntos que les llevo; o sea, yo entiendo que estén desesperados, pero serénense”.

En ese contexto, el independiente Jaime Rodríguez descalificó a los candidatos postulados por los partidos políticos y aseguró que “los tres están denunciados y los tres pueden ir a la cárcel”, aunque evitó precisar sus dichos.

Y si en el segundo debate pidió a López Obrador darle un abrazo a sus adversarios, anoche lo emplazó a darle un beso a Anaya.

“Me divierto con ustedes, ahora dale un beso, cabrón; dale pues, dale un beso, México necesita de la unidad de todos, no de pleitos”, dijo el neoleonés.

REFORMA EDUCATIVA


Andrés Manuel López Obrador reafirmó su intención de cancelar la reforma educativa, mientras Ricardo Anaya ofreció revisarla y José Antonio Meade se manifestó por darle continuidad.

Durante el debate, moderado por los periodistas Gabriela Warkentin, Carlos Puig y Leonardo Curzio, los contendientes evidenciaron sus discrepancias en esa materia como en ninguna otra.

“Voy a cancelar la esencia de la reforma, porque considero que no es una reforma educativa lo que se aprobó, sino tiene más que ver con una reforma laboral; es un mecanismo, una represión, una coerción a maestros. Está dedicada a afectar a los maestros y tiene una orientación neoliberal, privatizadora”, sostuvo AMLO.

En ese tema, el tabasqueño anunció que, de llegar a la Presidencia, designará a María Elena Álvarez-Buylla, especialista en biotecnología de la UNAM y Premio Nacional de Ciencia 2017, como titular del Conacyt.

Anaya indicó a su vez que cancelar la reforma educativa y permitir que se vendan y hereden plazas sería “absolutamente criminal”.

No obstante, se declaró en desacuerdo con la forma en que se ha implementado la reforma para castigar y hostigar a maestras y maestros: “Yo les voy a dar el trato que se merecen como verdaderas aliadas y aliados del gobierno y de los padres de familia para lograr la transformación”.

Meade defendió en su oportunidad la reforma en todos sus términos y señaló que cancelarla implicará cancelar también el futuro de los niños y echar por la borda la posibilidad de que aprendan inglés.

Manifestó su disposición a perfeccionar la reforma y dialogar con los maestros, así como mejorar sus remuneraciones, pero no con los de la disidencia magisterial, “no con los violentos, con los que avientan piedras, palos, con los que impiden que se dé el tránsito y se abran los negocios, con los que no hacen del diálogo el instrumento de negociación”.

TRAJES Y GUAYABERAS

Horas antes del arranque del debate, simpatizantes de los candidatos presidenciales arribaron a las inmediaciones del Gran Museo del Mundo Maya para respaldar con mantas, pancartas y arengas a sus respectivos abanderados.

El independiente Jaime Rodríguez fue el primero en llegar a la sede, acompañado por su esposa y sus hijos, y detrás de él aparecieron Meade y Anaya, también junto a sus respectivas consortes.

López Obrador y su esposa arribaron al final, pero casi pisándole los talones a Anaya.

En contraste con los trajes oscuros de sus tres adversarios, el tabasqueño arribó vestido con una guayabera blanca y pantalón negro, aunque adentro del recinto se cambió y, tal como lo establecía el “código de vestimenta”, entró al set también de saco y corbata.

“Me mayoritearon”, dijo López Obrador a los representantes de los medios de comunicación.

El Instituto Nacional Electoral consultó dos días antes del debate a los representantes de los candidatos sobre la posibilidad de utilizar guayaberas.

Sin embargo, la mayoría prefirió la formalidad del traje y la corbata, mientras el único que votó por la guayabera fue el candidato de Juntos Haremos Historia.

Por ello, la Comisión de Debate del organismo electoral suscribió el código de vestimenta con los representantes de los partidos y acordó que el uso de traje y corbata sería una simple sugerencia, extensiva también a los moderadores.

Al finalizar el debate y salir del recinto, Ricardo Anaya enfrentó arengas y abucheos de algunos seguidores de López Obrador y El Bronco, que aún permanecían tras las vallas instaladas por el Estado Mayo Presidencial para evitar cualquier irrupción y salvaguardar la integridad de los candidatos.


Lo acusan Anaya y Meade; AMLO calla



Víctor Chávez

Sin respuesta concreta de ninguno de ellos a la pregunta de dónde saldrá el dinero para cumplir sus promesas de campaña, los candidatos presidenciales terminaron el tercer y último debate.

Tampoco sin los golpes espectaculares esperados, acusaciones ni las pruebas contundentes del priista José Antonio Meade que hundirían al panista Ricardo Anaya, ambos apuntaron sus baterías en contra del puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, con dos golpes demoledores que lo dejaron callado.

Certero y retador, Ricardo Anaya sorprendió al tabasqueño en una de sus intervenciones, cuando le dijo: “Cuando fuiste jefe de Gobierno se le otorgaron contratos por adjudicación directa por 170 millones de pesos. ¿Si te muestro los contratos renuncias a la candidatura?”.

Frío y titubeante, López Obrador apenas alcanzó a decir: “No, no, no; no tiene sentido lo que planteas. Yo no soy corrupto”.

En otro momento, José Antonio Meade aprovechó una de las reiteradas acusaciones de Ricardo Anaya, sobre su presunta complicidad en el caso Odebrecht, para enfilar su ataque contra López Obrador.

“Lo del caso Odebrecht no es una pregunta para mí, es para López Obrador”, al explicar que un socio de la empresa petrolera es de la familia Jiménez Espriú, uno de los propuestos para formar parte de su gabinete, como secretario de Comunicaciones y Transportes.

Notoria fue la ausencia ahora de ataques y acusaciones de Meade Kuribreña contra Anaya, quien sí machacó al priista, que es objeto de acusaciones falsas de él y de “su jefe”, el presidente Enrique Peña Nieto, y les reiteró que, de llegar a la Presidencia por la vía de la coalición Por México al Frente, “les aplicará la justicia”.

Con esta comodidad, Anaya tuvo el tiempo para atacar también con todo a López Obrador, respecto a su supuesto pacto de impunidad con Peña Nieto, y hasta lo evidenció en una foto con el primer Mandatario.

Entre gritos, el candidato de Morena reprochó una y otra vez que “a Peña no lo he visto en seis años. Hace seis años que no lo veo”.

También le cuestionó sus propuestas de cambio al mencionarle sus acuerdos con Elba Esther Gordillo, Manuel Bartlett, entre otros.

Tan rudo fue el encontronazo, que al final López Obrador se despidió de todos, menos de Anaya.

También Meade acusó a López Obrador de tener propuestas erradas y políticas fracasadas cuando fue jefe de Gobierno. “Justo antes de que llegara en la CDMX se generaban 7 mil empleos, Rosario Robles. Cuando se fue, con Alejandro Encinas, casi 11 mil empleos. Cuando él (López Obrador) fue jefe de Gobierno de la ciudad se generaban solamente 226”, le mostró el exsecretario de Hacienda.

Sobre el debate de propuestas, ante las insistentes preguntas de los moderadores sobre de dónde obtendrán los recursos para cumplir sus promesas, López Obrador insistió en que saldrán del combate a la corrupción, de donde obtendrá 500 mil millones de pesos, más otros 300 de un plan de austeridad. “Está demostrado que en los países donde no hay corrupción no hay pobreza”, remarcó.

Meade sólo expuso que el dinero vendrá de una eficiencia fiscal, en el cobro de impuestos, y Jaime Rodríguez Calderón El Bronco dijo que del ahorro de despedir a todos los “flojos” del gobierno, “porque dinero hay, sólo hay que usarlo bien”.

Anaya generalizó y sólo dijo los recursos se lograrán “con menos gasto corriente y con más inversión”.



Todos se fueron 
contra AMLO



FOTO: Cuartoscuro

DIANA MARTÍNEZ Y CARLOS NAVARRO

Andrés Manuel López Obrador fue el objetivo de los señalamientos de los participantes en los tres debates presidenciales.

De acuerdo con un conteo de menciones y alusiones realizado por El Heraldo de México, se lanzaron 148 acusaciones contra el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, Encuentro Social y PT).

Esta cifra se traduce en 49.8% de un total general de 297; se incluyó la participación de Margarita Zavala, quien optó por declinar a su candidatura.

En el tercer encuentro organizado por el INE, donde se abordó el tema de empleo, AMLO fue acusado por José Antonio Meade, de la coalición Todos por México, por el desempleo que generó cuando fue jefe de Gobierno de la CDMX.

Mientras que Ricardo Anaya, representante de Por México al Frente, lo acusó de corrupto al entregar contratos a Grupo Riobóo por adjudicación directa de 120 millones de pesos.

Así como de haber pactado con el actual presidente Enrique Peña Nieto y ofrecerle impunidad.

El independiente Jaime Rodríguez El Bronco lo señaló por tener vínculos con la ex lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, actualmente bajo proceso penal.

Meade fue el segundo más señalado entre menciones y acusaciones (71); es decir 23.9% del general.

En este caso, el panista Anaya Cortés le advirtió que, de llegar a la Presidencia, enfrentará la justicia al igual que el actual titular del Ejecutivo.

En el tercer lugar aparece el abanderado Por México al Frente, quien fue mencionado y aludido en 66 ocasiones.

En los debates previos, Jaime Rodríguez evitó descalificar o hacer alusión de sus contrincantes, en el tercero y último debate cambió de estrategia y decidió atacarlos de manera frontal llamándolos flojos y asegurando que viven del erario.

Sin embargo, el regiomontano fue despreciado por sus contrincantes al ser objetivo de sólo en una tercia de oportunidades en los tres debates.


Candidatos compiten por eliminar impuestos y se dan agarrón en Mérida



Coinciden Meade, AMLO, Anaya: disputaron las preferencias electorales con un cruce de acusaciones de todo tipo, principalmente de corrupción
Candidatos compiten por eliminar impuestos y se dan agarrón en Mérida | La Crónica de Hoy

En el último round entre los presidenciables Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, se dieron anoche un agarrón, con golpes desesperados entre unos y otros, aunque ahora cedieron mucho más tiempo a las propuestas.

En el choque frontal, que sólo tuvo uno o dos momentos de dimes y diretes y pocos chistes (El Bronco estuvo particularmente serio para sus estándares), los cuatro candidatos riñeron por ser el que más impuestos prometía eliminar, a la vez que generaban más y más gastos sociales en sus hipotéticos gobiernos.

Por más que los tres moderadores —Leonardo Curzio, Carlos Puig y Gabriela Warketin—, trataron de arrancarles de dónde saldrían los fondos para financiar sus propuestas, los candidatos siguieron en la línea de evitar cualquier alza de impuestos, fuese para ricos o para pobres.

Sin mayores rodeos, López Obrador, candidato presidencial de Morena, ofreció echar abajo la reforma educativa y el Seguro Popular, la primera porque es, dijo, un mecanismo de persecución de los maestros, y “una receta del FMI”, el segundo, “porque ni es seguro, ni es popular”.

Puntero al fin en las encuestas rumbo a la Presidencia de la República, López Obrador se mantuvo en su guion de remitir la solución de todos los problemas al combate a la corrupción, e insistió en que Anaya y Meade “siguen peleándose por el segundo lugar”.

En tanto, el abanderado del PRD-PAN-Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República, Ricardo Anaya, evidentemente molesto, advirtió que llevará a tribunales a su adversario priista, José Antonio Meade, y al presidente Enrique Peña Nieto, por los escándalos de corrupción de Odebrecht, la Casa Blanca y la “Estafa Maestra”, entre otros.

En su oportunidad, el aspirante presidencial del PRI, José Antonio Meade, dijo directo a Anaya: “Eres el único indiciado que hay aquí”, en relación con la denuncia de hechos que presentó en su contra, ante la PGR, por lavado de dinero, el presidente del Senado, el panista Ernesto Cordero.

Cuando el queretano reviró y mostró un documento con la firma de Meade, que presuntamente lo hace responsable del caso de corrupción de Odebrecht, el ciudadano tricolor “echó la bolita” a López Obrador al pedir que, en todo caso, se investigue al tabasqueño porque aquella firma brasileña tiene como socio en México a Javier Jiménez Espriú, estrecho colaborador del abanderado de Morena.

A 18 días de las elecciones más grandes en la historia del país, en el Gran Museo del Mundo Maya de la ciudad de Mérida, Yucatán, la “tercia maldita”, como llamó El Bronco a sus adversarios, disputó las preferencias electorales de una manera cruda, con un cruce de acusaciones de todo tipo, principalmente de corrupción entre ellos.

Hubo sí, un mayor número de ataques en contra del tabasqueño, de modo que tuvo que soportar reclamos y retos, como el que le lanzó el panista Ricardo Anaya, de que en su gobierno al frente del entonces Distrito Federal, entregó contratos directos por 170 millones de pesos a su amigo contratista de la empresa Rioboó.

Ante el rechazo del tabasqueño, Anaya lo retó a que si era cierto renunciara a su candidatura, y para demostrarlo, en una segunda intervención, el queretano mostró una cartulina con la dirección debate2018.mx, donde queda demostrada su acusación.

Jaime Rodríguez, El Bronco, más serio que en los dos debates anteriores, no perdió, sin embargo, la oportunidad de preguntar a López Obrador qué guardaba en la cartera que escondió entre sus brazos en el segundo encuentro, ante el temor de que se la robara Ricardo Anaya, y cuestionó si traía consigo una imagen de la maestra Elba Esther Gordillo.

Insistió en sus propuestas de bajar impuestos, particularmente el IVA y el ISR, para reactivar la economía y hacer llegar mayores recursos a los gobiernos para así fondear el desarrollo, y refrendó su propuesta de “acabar con el asistencialismo” que representan miles de programas sociales duplicados y sin censos; también reiteró su idea de que el problema principal en México es que “hay mucha corrupción y mucho huevones”.



Hacen debate fluido


De izq. a der.: Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez, ayer. Foto: Cuartoscuro

María Cabadas

Convencer al electorado a través de sus propuestas fue el principal objetivo en el tercer y último debate de los abanderados presidenciales de las coaliciones Todos por México, Por México al Frente y Juntos Haremos Historia, José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente, y del independiente Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco.

En esta ocasión, aunque predominaron las propuestas de los candidatos en un debate fluido de casi dos horas, no faltaron los ataques que, por momentos, le quitaron la sonrisa a López Obrador.

Y es que Meade atajó al morenista cuando fue cuestionado por Anaya sobre el caso Odebretch, al señalar que “el socio de Odebretch en México es familiar de (Javier) Jiménez Espriú, a quien Andrés Manuel ha propuesto como su secretario de Comunicaciones y Transportes”.

Anaya se mantuvo en su estrategia de acusar al PRI y a Morena de haber llegado a un acuerdo para dejar pasar los casos de corrupción de este sexenio, lo que fue rechazado por el tabasqueño. Además, volvió a comprometerse a procesar a quien haya incurrido en actos de corrupción, durante este sexenio.

El panista pidió al tabasqueño responder “sin chistes y sin payasadas”, si durante su gobierno en la Ciudad de México entregó a José María Rioboó contratos de manera directa por más de 170 millones de pesos. El tres veces aspirante al Ejecutivo federal guardó silencio.

Al igual que en el segundo debate, El Bronco fue el que le quitó solemnidad al encuentro, cuando le pidió a López Obrador que le diera un beso a Ricardo Anaya.

“Me divierto con ustedes. Ahora dale un beso caón, ¡ándale, pues. Dale un beso! México necesita de la unidad de todos, no de los pleitos”, dijo el neoleonés, quien en el segundo debate rumbo a la Presidencia de la República se comprometió a “mochar” la mano a los corruptos y ladrones.

Meade, por su parte, en pleno debate mostró una película titulada La gran depresión 2018-2024, en cuya portada luce López Obrador con un gran sobrero de flores amarillas.

“Esta película habla sobre la gran depresión en México de 2018 a 2024. Esta película sólo la va a ver Andrés, que va a tener mucho tiempo en su rancho terminando esta elección”, dijo el abanderado del PRI, PVEM y Nueva Alianza poco después de hablar sobre seguridad social.

Anaya tampoco perdió oportunidad de atacar al puntero en las encuestas con su estrategia de construir refinerías para abaratar el costo de la gasolina: “construir una refinería es un absoluto disparate: para cuando se terminen de construir las refinerías que propone López Obrador iniciará el declive del uso de combustibles. México tiene que transitar hacia el uso de energías limpias y renovables”, señaló el político de 39 años de edad.

En sus propuestas de crecimiento económico, Meade planteó estancias y guarderías de tiempo completo, con alimentación para los menores; así como becas para las mujeres a fin de que regresen a la escuela. Propuso cerrar las brechas entre hombres y mujeres para llegar a una igualdad en lo social, laboral y económico.

Resaltó que cuando el morenista fue Jefe del Gobierno capitalino se generaron menos empleos.

“Andrés Manuel fue Jefe de Gobierno de la ciudad. Justo antes de que él llegara, en la Ciudad de México se generaban más o menos 7 mil empleos; con Rosario Robles, con Alejandro Encinas, se generaban casi 11 mil empleos y cuando él fue Jefe de Gobierno se generaban solamente 226. Eso quiere decir que lo único que sabe Andrés Manuel es destruir empleos”, señaló Meade.

En el tema educativo, Meade, Anaya y El Bronco consideraron que la Reforma Educativa, una de las más importantes de esta administración, debe prevalecer para garantizar una educación de calidad a los estudiantes de educación básica.

Sin embargo, López Obrador se mantuvo firme en la idea de cancelar todas las trasformaciones educativas, manejando el mismo discurso de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“Lo que se aprobó tiene que ver con una reforma laboral. Su mecanismo, una represión, está dedicada a afectar a los maestros y tiene una vocación neoliberal privatizadora, recoge lo que nos recomiendan desde el extranjero…Yo estoy en contra de la mal llamada Reforma Educativa porque es parte de las reformas estructurales y no resuelve el problema del atraso educativo”, comentó el morenista, quien en dos ocasiones ha firmado acuerdos con la Coordinadora para suspender esa reforma. 



El aspirante puntero afirmó que se pondrán de acuerdo con maestros y padres de familia para hacer un nuevo programa.

Al respecto, Meade dijo que la cancelación de la Reforma Educativa implica echar a la borda programas de aprendizaje de inglés.

“Haremos equipo por tus hijos. No lo pongas cerca de la educación”, indicó el candidato en referencia a la propuesta del tabasqueño.

Sobre este punto, Anaya también le cuestionó a Obrador sobre el cambio que propone. “¿Tu cambio es tu pacto con Elba Esther?, ¿con Manuel Bartlett?”, le cuestionó al morenista.

Expresó que de ganar los comicios federales del 1 de julio impulsará cambios en la Reforma Educativa porque se invierte más del tripe en evaluar a los maestros que en su capacitación.

“Cancelar la reforma, como propone Andrés Manuel López Obrador, implicaría permitir que se vendan plazas, que se hereden las plazas, que los ascensos se den para aquellos que asisten a marchas, a plantones, pero también lo digo con toda claridad, ¿por qué se ha implementado mal la reforma. Debe mejorar la educación, no castigar a los maestros”, Y ofreció: “Internet gratis en oficinas públicas, plazas, jardines, hospitales y escuelas. Que los estudiantes de preparatoria y universidad cuenten con una tableta”.

López Obrador rechazó que su propuesta esté ligada a sus vínculos con la CNTE: “Esto tiene que ver con todas las expresiones, la CNTE, el SNTE, con todos los maestros. Yo estoy en contra de la reforma porque no obedece a nuestra realidad y no responde al problema del atraso educativo”, indicó.

Aprovechó además para responder a Anaya al señalar que “el único que vende plazas es el secretario de Educación y es de ustedes, de la mafia del poder. Él vendió la Plaza de Toros cuando fue gobernador de Aguascalientes. Los maestros no venden plazas”, reviró.

E insistió en la necesidad de fortalecer el mercado interno, no apostar a la política económica exterior. Apoyar al campo y producir lo que consumimos. “No habría necesidad de aumentar impuestos. Tampoco habrían aumento a la gasolina”.
Los cuatro candidatos proclaman su victoria

A la salida del Gran Museo Maya, los presidenciables se declararon victoriosos del encuentro al que calificaron como de confrontación de ideas y propuestas, y siguieron el festejo con sus familias, equipos de trabajo y simpatizantes que se dieron cita en Mérida, Yucatán.

López Obrador afirmó: “nos fue muy bien y salimos airosos”, y recordó que continuará su gira por el país. Acompañado de su esposa, dejó el traje para salir como entró, portando una guayabera.

José Antonio Meade se reunió con sus seguidores y, entre banderas, globos, trompetas y cartelones de apoyo, se dijo confiado en que la ciudadanía sabrá con claridad por quién votar. También salió con su esposa y con el presidente del tricolor, René Juárez, quien le levantó la mano.

Por su parte, entre gritos de “¡Presidente!”, Ricardo Anaya se encontró con sus seguidores y dijo que el próximo 1 de julio festejarán la victoria, no sólo de la Presidencia, sino la gubernatura de Yucatán.

En tanto, Jaime Rodríguez, El Bronco, afirmó que sus tres oponentes se sacaron los trapitos al sol y demostraron lo que mejor traen en sus mentes y en sus perversidades.

Con información de Laura Arana, Antonio López, Jorge Butrón y Fernando Nava


López Obrador resiste a los ataques de Anaya y Meade en un tercer debate marcado por temas de corrupción



Bronco les pide darse un beso

El tercer debate fue la última vez en que los cuatro aspirantes a la Presidencia de México se vieron las caras para presentar y debatir sus ideas sobre pobreza, desigualdad, educación, desarrollo económico y crecimiento sustentable, aunque todos se desgastaron por exhibir quién está más salpicado de ilícitos.



Nicolas Lucas

El último de los tres debates presidenciales fijados por el árbitro electoral, el INE, empezó tenso y concluyó así por una docena de ataques sobre posibles hechos de corrupción que se lanzaron mutuamente los cuatro interesados en reemplazar a Enrique Peña Nieto al frente del poder Ejecutivo federal y que también fue mencionado como un personaje de reparto en la noche de arremetidas de Mérida

Esta fue la última vez en que los cuatro aspirantes a la Presidencia de México se vieron las caras al mismo tiempo para presentar y debatir sus ideas sobre pobreza, desigualdad, educación, desarrollo económico y crecimiento sustentable en tiempos donde los efectos adversos del cambio climático haces estragos en buena parte del territorio mexicano, aunque todos se desgastaron por exhibir quién está más salpicado de ilícitos.

Los aspirantes llegaron a un evento de alcance nacional con la claridad de que después de este debate no habrá más encuentro y que la próxima vez que se lancen declaraciones será para reconocer al vencedor de la elección presidencial del 1 de julio, dentro de 18 días.

Al Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, sede del último de los debates y en la antípoda de donde se realizó el segundo, el de Tijuana, los candidatos llegaron con distintas cargas sobre sus hombros. Apenas unas horas antes, la SEIDO anunció el inicio de una averiguación para determinar si el aspirante presidencial Ricardo Anaya Cortés, de la cuestionada combinación de izquierdas y de derechas conformada por el PAN-PRD-MC, ha estado involucrado en ilícitos. Mientras, el candidato oficialista y del histórico PRI, José Antonio Meade Kuribreña, llegó tercero en las encuestas, con cerca del 22% de los votos y también con su nombre en entredicho por el caso Odebrecht, que le recordó Anaya esta noche.

La figura de color, el candidato independiente Jaime Rodríguez El Bronco, pudo hacer poco para conseguir más simpatías que lo saquen de su 2% de intención de voto entre el electorado; sin embargo, su picardía desató posturas que mañana serán tema de conversación en la casa y la calle, como aquella del FBI o Facebook Bronco Investigation para hacer analítica de hechos y preferencias; el chistorete del ex gobernador con licencia de Nuevo León pegó, pues opacó el mejor ataque de Ricardo Anaya hacia López Obrador, aquel sobre el posible favoritismo del tabasqueño a contratistas.

El puntero en todas las mediciones, el jefe del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, arribó a Mérida para administrar su 45% de intención del voto, el más conservador que le dan las encuestas. El predilecto de Macuspana, Tabasco, sólo debía aguantar los ataques, responder una que otra ocasión sin enojarse y soltar algún golpe a los ya de por sí heridos Ricardo Anaya, por los posibles delitos en los que habría incurrido tras el polémico asunto sobre una nave industrial en su natal Querétaro, y a José Antonio Meade, que siendo muy conocido entre la patronal del país, sólo un 13.6% de éstos y los industriales votarían por él, según una encuesta de botepronto de la Coparmex conocida este mismo día del debate.

Así fue el tercer y último de los debates, tan similar a los anteriores, con pocas propuestas, muchos golpes electorales, ocurrencias y desconocimiento de la realidad del país y con énfasis en planes que implican regalar el dinero de los contribuyentes mexicanos en programas asistencialistas. La diferencia fue que en esta ocasión la participación de los mexicanos en redes sociales fue la protagonista, aun cuando en México todavía quedan 49 millones de personas en situación de pobreza como para acceder a Internet, la ya denominada desigualdad del Siglo XXI.
Crecimiento económico, pobreza y desigualdad

Ricardo Anaya, primero en usar el micrófono para exponer su visión en materia económica y combate a la pobreza, se declaró por no aumentar impuestos; doblar el salario mínimo y regresar 800 pesos equivalentes al ISR para los mexicanos que ingresen un salario de 10,000 pesos por mes. Se manifestó también por dirigir el equivalente del 5% del PIB del país a infraestructura y, tenso, no desaprovechó para desde su primera intervención descargar contra José Antonio Meade y el gobierno de Enrique Peña Nieto al acusarlos de una persecución política.

Así, mientras explicaba su propuesta con atacar a la corrupción, Anaya Cortés se dijo “blanco de infamias; por eso, cuando yo sea presidente de México habrá una fiscalía que investigue a Enrique Peña Nieto por los casos de Ayotzinapa, la Casa Blanca, Odebrecht…”. La línea de fuego había sido abierta por el candidato frentista.

Tocó el turno a Andrés Manuel López Obrador y éste se dijo promotor del TLCAN, en su versión 2.0; pero también remarcó su posición de potenciar el mercado interno. Para eso, dijo, se combatirá la corrupción con lo que se podrán “liberar” fondos por al menos 500,000 millones de pesos por año. Y entonces lanzó también la primera frase emblemática de la noche: “Como complemento, vamos a cortar todo el copete de privilegios; en el gobierno se dan la gran vida los funcionarios, con sueldos de hasta 650,000 pesos mensuales (…) Nuestro país tiene muchos recursos; tiene un pueblo trabajador y lo que le hace falta es un buen gobierno”.

José Antonio Meade entró a la contienda de declaraciones, pero no fue contra Ricardo Anaya, que anteriormente lo había aludido con lo del caso Odebrecht. Meade prefirió ir contra López Obrador al decir que mientras el tabasqueño gobernó la Ciudad de México el crecimiento económico pasó de un 2% promedio, a uno de 0.8%, mientras que la generación de empleo pasó de 7,000 puestos al mes, a 266, ya cuando el jefe del todavía futuro Morena dejó el poder. “Fue un fracaso”, le dijo Meade Kuribreña.

López Obrador no quiso quedarse callado y entonces respondió al aspirante del oficialismo: “Si fuera así, en la Ciudad de México no nos estarían apoyando 4 a 1; ellos lo saben, porque fueron ellos los que aprobaron el gasolinazo”. Abatido, Meade presumió que en su paso por la Secretaría de Hacienda, en dos ocasiones distintas, se generaron en el país 1.1 millones de empleos.

Ricardo Anaya, viendo todo desde la mirandilla y fuera de cuadro, entró a la querella, explicando que sólo el empleo genera bienestar y con bienestar hay paz en un país. Pero inmediatamente después golpeó López Obrador, ventilando que el ingeniero José María Rioboo es un favorito de López Obrador en la entrega de contratos y quien además se ha encargado de acompañar al tabasqueño en sus ataques contra el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el NAIM; un hecho que exhibiría entonces el relacionamiento de AMLO con hechos ilícitos.

Anaya retó a López Obrador con la frase: “si te lo demuestro, ¿renuncias a la candidatura presidencial?”; su oponente sólo se dedicó a responder: “tú eres el corrupto”. Meade, viendo la pelea entre dos, añadió: “el indiciado es él”, en clara referencia a Anaya por la investigación de la PGR vía la SEIDO.

El Bronco, lejos de la escena, gritó que de llegar a la Presidencia correría a los tres adversarios “para que no se peleen entre ellos” y como adelanto, los conminó a besarse para crear un ambiente de paz: “bésense”, les dijo. Seguidamente, Jaime Rodríguez insistió en que acabar con el asistencialismo también crea oportunidades de desarrollo para las familias.

Había pasado medio debate y las propuestas, pero sobre todo los cómos, escaseaban para un público necesitado de respuestas ante un ambiente social donde existen más de 1,600 programas de apoyo social, pero que poco han funcionado, pues en 30 años el número de mexicanos en situación de pobreza ha pasado de 40 millones, a 53 millones; mientras que 21 millones vive con un ingreso apenas sobre la línea mínima de bienestar.
Educación, desarrollo sustentable, ciencia y tecnología

En la siguiente parte del debate los candidatos exhibieron su desconocimiento sobre los temas que serán futuro para las sociedades. Para el frentista Ricardo Anaya, que mantiene un discurso de no impuestos, no paternalismo y eficiencia de recursos públicos, prometió entrega de celulares y tabletas para todos los estudiantes de México, como una manera de llevar al país al llamado ecosistema digital.

José Antonio Meade prefirió hablar sobre apoyos a la educación básica preescolar y enfatizó en la creación de guarderías de tiempo completo; recursos pueden conseguirse, le dijo el moderador, pero la infraestructura “no da”, añadió. El Bronco fue más inteligente y se decantó por fortalecer el nivel técnico superior, como una manera de formar a los trabajadores que las industrias requieren.

López Obrador dio la nota aquí: propuso cancelar la Reforma Educativa y presentar una nueva iniciativa en la materia en la que también plantearía la evaluación del magisterio. Otra vez, Ricardo Anaya atacó con una supuesta relación del candidato con la histórica líder sindical Elba Esther Gordillo: “su foto la traes en tu cartera”, le espetó Anaya Cortés.

Mientras, López Obrador dijo: “vamos a cancelar la esencia de la Reforma Educativa, que no es una reforma educativa. Lo que se aprobó tiene que ver más con una reforma laboral. Es un mecanismo de represión para los maestros… le echan la culpa del atraso a los maestros (…) Vamos, con acuerdo con los maestros y especialistas, a elaborar un plan educativo nuevo, sin afectar los derechos de los maestros. Enviaré una iniciativa al Congreso... Pero en lo que nos corresponde, se cancela la reforma educativa. Los maestros no se oponen a la evaluación; sólo no quieren que sea un mecanismo de persecución, para castigar”.

El candidato morenista propuso además aquí a la científica María Elena Alvarez-Buylla Roces como futura jefa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

De vuelta a los ataques, Ricardo Anaya se dedicó a insistir en que meterá en prisión a quien hay caído en hechos de corrupción y contra López Obrador lanzó que cancelar la reforma educativa es validar la “criminal” acción venta y herencia de plazas en el sector. Meade aprovechó diciendo que es “cancelar el futuro de los hijos” de los mexicanos.

El Bronco, retomando una postura conocida de López Obrador, dijo a los mexicanos en su última intervención: “son ellos los tres quienes chupan la sangre de su dinero. Quítate la pata del pescuezo; atrévete a ser valiente y vota Bronco”.


Es posible crecer más sin aumentar los impuestos


Los aspirantes a la Presidencia de la República Ricardo Anaya Cortés, Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribreña y Jaime Rodríguez Calderón, antes del inicio del tercer debate en el Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida, Yucatán

Enrique Méndez y Alonso Urrutia - Enviados

Mérida, Yuc.

Por última vez de frente en un mismo espacio, los cuatro candidatos presidenciales contrastaron anoche sus posturas en materia económica: con matices, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez Calderón, consideraron que un mejor crecimiento es posible, sin aumentar impuestos.

Para José Antonio Meade, cerrar las brechas, esencialmente entre hombres y mujeres, requiere de un crecimiento anual de al menos medio punto más del producto interno bruto.

Nuevamente, el ex secretario de Hacienda y Anaya concentraron sus críticas contra López Obrador. Además, Anaya intentó defenderse de los ataques que, afirmó, provienen del gobierno federal. Fuera del eje central del último debate presidencial, hasta que los conductores le pidieron centrarse en el tema, expresó:

He sido blanco de una campaña brutal de ataques, mentiras e infamias porque me atreví a decir que habrá una fiscalía autónoma, una comisión que investigue a Enrique Peña Nieto y su participación en los escándalos del sexenio. Por decir esto me atacan, pero no les tengo miedo.

Anaya y Rodríguez Calderón ofrecieron eliminar los impuestos que se cobran a las gasolinas y el diésel, y López Obrador planteó frenar los gasolinazos.

El candidato de Juntos Haremos Historia cuestionó que Meade y Anaya avalaron los incrementos mensuales a los combustibles, pero el panista respondió: Es mentira.

A López Obrador le preguntaron si es posible crecer sin el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y si no le preocupa que se cancele.

Vamos a plantear que se mantenga, pero no puede convertirse en fatalidad. El país tiene muchos recursos naturales y un pueblo trabajador. Lo que hace falta es un buen gobierno, dijo.

Meade presumió sus cartas como ex titular de la Secretaría de Hacienda. Dijo que en esa época en el país se generaron 1.1 millones de empleos y contrastó que con López Obrador como jefe de Gobierno capitalino sólo se generaron 226. Eso quiere decir que sólo sabe destruir empleos, aseveró.

El tabasqueño sostuvo: El problema económico tiene que ver con la falta de crecimiento, en el periodo neoliberal en el que Meade ha participado no ha habido crecimiento. Es un fracaso la política económica.

Meade reviró: Lo que fue un fracaso fue López Obrador en el Gobierno del Distrito Federal, con él, la ciudad sólo creció 0.8 por ciento. La tragedia fue su gestión en la ciudad.

En ese caso, dijo López Obrador, los capitalinos no querrían votar por él y punzó: Y pobremente, sin presumir, estamos ahí cuatro a uno, en la capital, en cuanto a intención de voto.


Diferencias de fondo en cuanto a la enseñanza


Los candidatos a Los Pinos en la discusión sobre temas económicos

Enrique Méndez y Alonso Urrutia - Enviados

Mérida, Yuc.

Los cuatro candidatos presidenciales confrontaron anoche sus posturas respecto del destino de la reforma laboral en materia educativa, fruto de este sexenio.

Mientras Andrés Manuel López Obrador postuló cancelar la esencia de la reforma, una receta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Ricardo Anaya consideró que debe mantenerse, sin castigar y hostigar a los maestros, y José Antonio Meade expuso que suprimirla sería con costo al futuro de nuestros hijos.

En su estilo, el independiente Jaime Rodríguez Calderón expresó que mejores resultados en la educación requieren que los padres dejen de ser alcahuetes con los hijos y regresarle el poder al maestro, porque ninguna reforma se puede imponer a chaleco.

Él mismo trajo a colación el episodio que descolocó a Anaya en el debate de Tijuana, y preguntó a López Obrador: ¿Qué traías en la cartera? ¿La trajiste? Irónico, el candidato de Juntos Haremos Historia, expresó: No la traje, por precaución.

Ricardo Anaya planteó continuar con la reforma en su parte correcta y afirmó que López Obrador ha pactado con Elba Esther Gordillo, mientras que José Antonio Meade rechazó que se pueda negociar con la coordinadora (Nacional de Trabajadores de la Educación), con los violentos que avientan piedras, impiden abrir negocios.

En diferentes tonos, Meade y Anaya sugirieron que la postura de López Obrador de cancelar la reforma tiene que ver con regresar, indicaron, el control de las plazas al magisterio disidente.

Pero el candidato de Juntos Haremos Historia declaró: El único que vende plazas es el secretario de Educación (Otto Granados Roldán), que vendió la plaza de toros cuando fue gobernador de Aguascalientes. ¡Ya basta!

En el momento en que Meade explicaba que se requiere modificar el modelo educativo para que los alumnos piensen y no memoricen, y que en su eventual gobierno no habrá rechazados de educación media superior y superior, los conductores del último debate cacharon a El Bronco en la trampa de consultar su teléfono móvil.

–Está prohibido usar celular –objetó Gabriela Warkentin.

–Sólo veía la hora –dijo el gobernador de Nuevo León con licencia.

Los conductores preguntaron a López Obrador qué implica cancelar la esencia de la reforma educativa. Y éste dijo: Que no haya represión al magisterio, que no se les humille. Se esmeraron en degradar a los maestros, en echarles la culpa del atraso educativo, una campaña de desprestigio al maestro. No se puede aplicar una reforma educativas sin ellos, que transmiten el conocimiento.

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