martes, 12 de junio de 2018

Tilquiápam, Oaxaca: Trabajo infantil y educación "golondrina"

Pequeños jornaleros retornan del norte...

Foto: EMILIO MORALES PACHECO
Contar o leer, dos actividades básicas que el trabajo les niega a la infancia de Tilquiápam.


Citlalli Luciana 

SAN MIGUEL TILQUIÁPAM, Ocotlán de Morelos.

Debajo de la palabra “casa”, la profesora Josefina Chávez colocó líneas curvas para separar en sílabas. El dedo de Rosa Blanca sigue la marca roja sobre el roído cuaderno. Su gesto afirma que no comprende lo que ahí dice. 

Tiene 10 años de edad pero sólo ha completado uno o dos grados de educación básica. Las constantes ausencias por largas temporadas de trabajo con su familia en los campos de cultivo del norte del país, le impiden aprender a leer.

Las niñas cumplen hasta doble jornada; en el campo y en el hogar. FOTO: Emilio Morales Pacheco

Rosa Blanca y su hermana gemela, Rosa María, regresaron a las aulas hace apenas 15 días tras el corte de jitomate en Tecapa, Sinaloa. En su memoria no hay registro del tiempo que estuvieron por allá, sólo tienen certeza de que volvieron a Oaxaca porque el calor había disminuido su rendimiento en el trabajo. “Ya no aguantabamos”.

Desde que tienen memoria se recuerdan entre los surcos de una tierra ajena. Su labor deshierbar y cortar chile, jitomate o pepino, pese a las reformas establecidas para eliminar el trabajo infantil. La Red Nacional de Jornaleros Agrícolas estima que el 44 por ciento de los hogares jornaleros cuenta con una niña o niño en la cadena de trabajo.

Rosa Blanca y Rosa María tienen ojos vivaces, una melena abundante teñida de castaño claro por decisión propia,

Porque así lo vimos que traía otra niña y nos gustó.

Su felicidad contrasta con la responsabilidad que les borró la infancia para preferir un día completo de trabajo que un día de aprendizaje en la escuela.

Trabajar por 50 pesos

San Miguel Tilquiápam es un municipio con alto grado de marginación y pobreza

- Una vez saqué cincuenta cubetas de jitomate y el otro día veinte - relata Rosa María quien de manera autodidacta aprendió a leer.

- ¿Cuánto ganas por ese trabajo?

- Hay veces que me dan 20 pesos, un sábado me dieron 50 pesos

- ¿Cuánto tiempo trabajas?

- Si es por la limpia iniciamos bien temprano y terminamos como a las 5 de la tarde

Elección inducida

- Si te dieran a escoger entre todo un día en el trabajo o todo un día en la escuela, qué elegirías

- Todo el día en el trabajo - sentencia sin titubear

- ¿Por qué?

- No sé.

En el salón de clases, los niños se arremolinan para compartir sus experiencia en el trabajo. La mayoría se dedica a la corta de tomate, alguna de ellas relata que le corresponde ayudar en el cuidado de los hermanos más pequeños. Por ahora son unos 12 en el grupo. La población escolar en estas fechas es baja en la escuela para niños jornaleros migrantes. 

El Centro de Atención a los Servicios Educativos a la Niñez Migrante atiende a niños jornaleros agrícolas, quienes asisten esporádicamente a la escuela. FOTO: Emilio Morales Pacheco 

Educación "golondrina"

“Así es el movimiento acá. Cuando llegan muchos es a finales de octubre, porque retornan para la fiesta de muertos. En ese mes el salón se llena de alumnos”, explica Josefina Chávez, quien es docentes para los grados de primero a tercero de primaria del Centro de Atención a los Servicios Educativos a la Niñez Migrante, institución que se apoya de la clave de la escuela regular Corregidora.

Para las niñas y niños jornaleros migrantes la escuela no es prioridad, su partida no respeta, lo mismo pueden irse iniciando el curso que dejar la escuela a unos días de terminar. “La semana pasada se me fueron dos, la que viene parece que se va otro”.

Sumar para cobrar el trabajo

La prioridad para ellos y ellas, agrega el docente de tercero a sexto grado es aprender a escribir completo su nombre, así como contar y sumar para poder cobrar en el trabajo.

Los niños jornaleros agrícolas migran desde pequeños con sus familias, a los seis años laboran en el corte o deshierbe.

Ellos sólo tienen como meta trabajar, para ellos no hay más allá. Un día en la escuela les representa pérdidas.

De acuerdo a la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas (RNJJA), en México hay tres millones de niños migrantes jornaleros agrícolas, siendo Oaxaca uno de los estados con mayor cantidad.

En Tilquiápam, el 5 por ciento de la población menor a los 15 años está inmersa en el trabajo infantil. Un grupo en los campos agrícolas del norte del país otro como vendedores de paletas y nieves por temporadas en otras entidades de México.

Según datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), el 94.9 por ciento del total de la población se encontraban en pobreza, de los cuales 731 (26.1%) presentaban pobreza moderada y 1,929 (68.8%) estaban en pobreza extrema.

La carga de trabajo impide avanzar de grado escolar. FOTO: Emilio Morales Pacheco

“Se van porque en la población sus padres no tienen un trabajo donde sostener a la familia. La mayoría de la gente ya no confía en nuestro campo. Las cosechas se pierden y por ello abandonan el lugar”, explica Romualdo Mendoza Vázquez, regidor de Educación.

Durante el ciclo escolar pasado egresaron 55 niñas y niños del preescolar. Junto con ellos, otros 30 - quienes no cursaron el kinder debido a la migración de sus padres- ingresaron a la primaria. Paralelamente otros 86 egresaron, de los cuales sólo 66 se inscribieron en la telesecundaria.

En ese mismo ciclo 36 terminaron este nivel educativo pero sólo 19 ingresaron a nivel medio superior y calculan que unos 10 quizá terminarán.

La deserción escolar, explica el regidor de Educación, no tiene que ver directamente con condiciones de pobreza sino con la arraigada idea de que la escuela no tiene ninguna utilidad.

“Come pollo el que estudia y come pollo el que no estudia”, anteponen como ideología popular.

Trabajo Infantil

El 12 de junio es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. La UNICEF calcula que unos 150 millones de niños de entre 5 y 14 años, o casi 1 de cada 6 niños en este grupo de edad, son víctimas del trabajo infantil.

Los hijos de los jornaleros agrícolas conforman un grupo especialmente vulnerable. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que 44 por ciento de los hogares de estos trabajadores cuenta con al menos una niña o un niño que labora en esta actividad y sus ingresos representan alrededor de 41 por ciento del total familiar.

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