En medio de una sequía que azota desde hace meses a zonas de la mixteca oaxaqueña, los pobladores de Santos Reyes Yucuná viven un calvario para acceder al agua.
La falta de líquido, drenaje y las malas condiciones de los caminos agudizan la marginación en este Municipio, el cual, según la más reciente medición de Coneval, es el más pobre de todo el País.
Al 80 por ciento de los poco más de mil 380 habitantes le falta la comida y el 31.8 por ciento de las viviendas no tiene agua potable, de acuerdo con el organismo.
Para llenar sus galones de agua en una de las tres represas que hay en el pueblo, mujeres y niños recorren con sus burros una hora camino.
Los pocos habitantes que tienen vehículos invierten 20 minutos para llegar a la zona y llenan sus tambos con agua que les sirve para lavar ropa, trastes y bañarse.
Los pobladores de este municipio, ubicado a 30 kilómetros (una hora y media) de la localidad de Huajuapan de León, reconocieron que personal de sanidad les ha recomendado no beber esta agua porque puede estar contaminada, pero algunas familias le ponen gotas de cloro y así se la toman.
"Quiero apoyo del Gobierno, que me regale agua", dijo María Roberta Vásquez Arteaga, de 77 años.
Matorrales, encinos y tunillos son las únicas plantas que sobreviven a los ocho meses de sequía que azotan esta zona.
Los campesinos cuentan que en esas tierras las altas temperaturas, que en primavera alcanzan los 40 grados, secan hasta los nopales.
Por eso, en el lugar no se observan árboles frutales ni hortalizas que alimenten a la población.
En tiempo de lluvia, de mayo a septiembre, los habitantes aprovechan para sembrar maíz, frijol y calabazas, que les sirven como sustento para el resto del año. Pero en la temporada pasada apenas se logró la cosecha.
En las humildes cocinas, construidas de adobe y con fogones de leña, no se ven tomates, lechugas, aguacates, mandarinas o naranjas.
En las mesas sólo hay tortillas, salsas de chile seco, frijoles, arroz, pan y refrescos.
En las casas donde los dueños son migrantes o comerciantes ambulantes, los baños son letrinas hechas de tabique o de palos con cobijas.
Para bañarse, se colocan detrás de un tambo y desde ahí se asean con jicaradas de agua.
En el Palacio Municipal alguna autoridad se animó a construir unos baños públicos que ahora están abandonados y pestilentes porque desde hace meses nadie los limpia por falta de agua.
Urgen bomba de agua
Desde hace 6 meses, unas 50 familias que viven en la ranchería de San José Buena Vista no tienen agua en sus viviendas debido a que se descompuso la bomba instalada en un estanque.
Antes de la falla, a los vecinos les llegaba esporádicamente líquido, pero ahora ni eso.
La bomba nueva cuesta 50 mil pesos, monto que el Ayuntamiento no tiene, afirmó el Alcalde Alberto Martínez Estrada.
Explicó que pese a no utilizar la bomba, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les ha cobrado mil 200 pesos por uso de energía eléctrica.
En esta temporada, el manantial de agua que abastece a esa ranchería no tiene líquido y en el río sólo se ven piedras.
Arcelia Maya/REFORMA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario