viernes, 21 de julio de 2017

¿Narcomenudistas?

Yuridia Sierra

Si el operativo que se realizó ayer en Tláhuac y que dejó ocho muertos es un tema de narcomenudeo, qué extraño es entonces que la Secretaría de Marina haya intervenido como lo ha hecho en la captura o abatimiento de capos del narco en otros estados del país. El enfrentamiento fue una reacción a la muerte de Felipe de Jesús Pérez, El Ojos, identificado como el líder del cártel de Tláhuac, grupodel que por meses nos negaron su existencia.

21 de Julio de 2017 

En los últimos meses, cada que hablamos del clima de inseguridad que se vive en la Ciudad de México, recordamos aquella burbuja en la que nos sentíamos cuando la llamada “guerra contra el narco” se vivía en muchas partes del país. Porque a pesar de los problemas que toda urbe tiene, por el simple hecho de ser eso, una urbe, esos niveles de violencia se sentían lejanos. Aunque al mismo tiempo, en estos mismos meses, hemos visto cómo el narcotráfico ha dejado de ser un tema ajeno a la capital. Esta zona dejó de ser sólo de consumo, aquí también hay una red de distribución. Hace unos meses, Héctor de Mauleón reportó lo que sucedía en un edificio de la colonia Condesa, hoy ya demolido. No podemos pensar que aquello se trataba sólo de narcomenudeo, como lo dijeron las autoridades en aquel entonces.

Ayer por la tarde, en redes sociales circulaban imágenes de camiones siendo consumidos por el fuego, impidiendo a su vez el paso de vehículos en una avenida de la delegación Tláhuac. Fue una reacción a la muerte de Felipe de Jesús Pérez, El Ojos, identificado como el líder del cártel de Tláhuac, grupo del que por meses nos negaron su existencia y que era reducido siempre a una organización de narcomenudistas, y que fue abatido en un enfrentamiento con autoridades. Aunque en realidad, nos dicen, El Ojos sólo era líder de un grupo de narcomenudistas, desde que se habló de la presencia de este grupo al interior de Ciudad Universitaria, se nos aseguró esto. Pero lo de ayer está muy lejano de confirmarnos esto.

“Por trabajos de inteligencia de campo y gabinete, se tuvo conocimiento de la ubicación de integrantes de grupos de narcomenudistas, quienes operaban y presuntamente se dedicaban a la extorsión, secuestros y homicidios, en inmediaciones de la delegación Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa, así como del presunto líder que operaba en esa área de la Ciudad de México...”, se lee en el comunicado que la Secretaría de Marina publicó ayer por la tarde, luego de la operación. Narcomenudistas, le llaman. Narcomenudistas, reiteró también Miguel Ángel Mancera.

Si es un tema de narcomenudeo, qué extraño es entonces que la Secretaría de Marina haya intervenido como lo ha hecho en la captura o abatimiento de capos del narco en otros estados del país. ¿Por qué no sólo usar elementos de la policía de la CDMX? El delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado, asegura que jamás se le notificó que se realizaría el operativo. ¿Por qué la presencia de marinos y de elementos de la PGR y de la Policía Federal? Si fuera un asunto de narcomenudeo, no entiendo los ocho muertos que se reportaron tras el operativo, ¿o acaso este grupo de “narcomenudistas” tenía las armas de calibre suficiente para enfrentar a las autoridades y por eso el enfrentamiento? En las fotos publicadas tras el operativo, donde hasta tanquetas fueron necesarias, lo que vemos son imágenes propias de un enfrentamiento con un grupo organizado cuyas actividades nos hacen pensar que van mucho más allá del narcomenudeo. Narcomenudistas, ¿en serio?

La Ciudad de México dejó de ser esa esfera en la que el narco no podía entrar. “Este gobierno no tuvo un proyecto de ciudad. ¿Cómo reconoceremos el gobierno de Miguel Ángel Mancera? (...) Se me viene a la mente que se ha descompuesto la seguridad. Estamos en peores condiciones…”, le dijo Claudia Sheinbaum, jefa delegacional en Tlalpan y señalada como una de las posibilidades de Morena para buscar la jefatura de la Ciudad de México el próximo año, al diario El País. Y no es un diagnóstico nuevo, de ello se ha hablado en los últimos meses, tanto por el incremento de delitos del fuero común... como de aquellos otros que, nos insisten, son perpetrados por “narcomenudistas”... Como ayer, en Tláhuac.

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