Funcionarios de finanzas y gobernadores de bancos centrales, al término de la reunión del FMI. Los mexicanos José Ángel Gurría y Carlos Urzúa, entre ellos. Foto Ap |
Washington.
El gobierno federal ofrecerá a Petróleos Mexicanos (Pemex) una línea de salvamento por 100 mil millones de pesos sólo por este año, con recursos del fondo de estabilización de ingresos públicos, manifestó ayer el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa Macías, quien descartó que el gobierno vaya a absorber la deuda total de la empresa productiva del Estado.
Con 106 mil millones de dólares de pasivos, Pemex es la petrolera más endeudada del mundo y se encuentra al borde de perder su grado de inversión.
Los inversores han mostrado poco entusiasmo por la posibilidad de una nueva emisión de bonos.
Están cada vez más preocupados porque la calificación soberana de México se vea afectada si la de Pemex es degradada o si el nuevo apoyo del gobierno federal a la compañía perjudica las finanzas federales.
Lo que queremos hacer es permitir que Pemex no vaya al mercado si no quiere hacerlo, expresó Urzúa en un encuentro al margen de las reuniones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en Washington.
Quitar parte de su deuda una vez, sólo este año. Más tarde, ese es su problema, subrayó el funcionario federal.
El fondo de estabilización de ingresos públicos fue creado para amortiguar los efectos en las finanzas públicas si hay variaciones repentinas en los precios internacionales del petróleo.
El mes pasado Urzúa Macías declaró que el gobierno estaba considerando rediseñar dicho fondo para permitirle usar parte del dinero para pagar la deuda de Pemex. Sin embargo, los cambios tendrían que ser aprobados por el Congreso.
Urzúa explicó que el plan es retirar alrededor de 100 mil millones de pesos (5 mil 300 millones de dólares) del fondo. La administración, apuntó, no asumirá ninguna otra deuda de Pemex.
Algunas personas creen que deberíamos asumir como gobierno federal que la deuda de Pemex se convierta en deuda soberana, pero eso no nos gusta, enfatizó Carlos Urzúa.
Eso contaminaría nuestra deuda. Pero estamos conscientes de que, a corto plazo, Pemex necesita ayuda y la proporcionaremos.
Urzúa aseveró además que Pemex pudo hacer ahorros al reducir costos administrativos y combatir el robo de combustibles.
Inversionistas manifestaron que los esfuerzos por reducir la necesidad de Pemex de obtener más préstamos o refinanciaciones eran bienvenidos, pero no son una solución a largo plazo para los problemas de la caída en la producción de la compañía y una alta carga fiscal.
No está resolviendo nada a largo plazo, subrayó Dorthe Nielsen, inversionista en mercados emergentes de renta fija de GAM. El solo hecho de aprovechar el fondo le está dando un salvavidas de uno o dos años, comentó.
Aaron Gifford, analista soberano de mercados emergentes de T. Rowe Price Associates, consideró que el mercado tiene poco interés por un bono que muchos inversionistas ya tienen.
Solo teniendo en cuenta la amplitud de Pemex y la concentración de algunas de estas posiciones es probable que muchos inversionistas no quieran agregar más riesgo de Pemex, expresóGifford. Por tanto, reducir las emisiones es probablemente lo correcto.
Con 106 mil millones de dólares de pasivos, Pemex es la petrolera más endeudada del mundo y se encuentra al borde de perder su grado de inversión.
Los inversores han mostrado poco entusiasmo por la posibilidad de una nueva emisión de bonos.
Están cada vez más preocupados porque la calificación soberana de México se vea afectada si la de Pemex es degradada o si el nuevo apoyo del gobierno federal a la compañía perjudica las finanzas federales.
Lo que queremos hacer es permitir que Pemex no vaya al mercado si no quiere hacerlo, expresó Urzúa en un encuentro al margen de las reuniones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en Washington.
Quitar parte de su deuda una vez, sólo este año. Más tarde, ese es su problema, subrayó el funcionario federal.
El fondo de estabilización de ingresos públicos fue creado para amortiguar los efectos en las finanzas públicas si hay variaciones repentinas en los precios internacionales del petróleo.
El mes pasado Urzúa Macías declaró que el gobierno estaba considerando rediseñar dicho fondo para permitirle usar parte del dinero para pagar la deuda de Pemex. Sin embargo, los cambios tendrían que ser aprobados por el Congreso.
Urzúa explicó que el plan es retirar alrededor de 100 mil millones de pesos (5 mil 300 millones de dólares) del fondo. La administración, apuntó, no asumirá ninguna otra deuda de Pemex.
Algunas personas creen que deberíamos asumir como gobierno federal que la deuda de Pemex se convierta en deuda soberana, pero eso no nos gusta, enfatizó Carlos Urzúa.
Eso contaminaría nuestra deuda. Pero estamos conscientes de que, a corto plazo, Pemex necesita ayuda y la proporcionaremos.
Urzúa aseveró además que Pemex pudo hacer ahorros al reducir costos administrativos y combatir el robo de combustibles.
Inversionistas manifestaron que los esfuerzos por reducir la necesidad de Pemex de obtener más préstamos o refinanciaciones eran bienvenidos, pero no son una solución a largo plazo para los problemas de la caída en la producción de la compañía y una alta carga fiscal.
No está resolviendo nada a largo plazo, subrayó Dorthe Nielsen, inversionista en mercados emergentes de renta fija de GAM. El solo hecho de aprovechar el fondo le está dando un salvavidas de uno o dos años, comentó.
Aaron Gifford, analista soberano de mercados emergentes de T. Rowe Price Associates, consideró que el mercado tiene poco interés por un bono que muchos inversionistas ya tienen.
Solo teniendo en cuenta la amplitud de Pemex y la concentración de algunas de estas posiciones es probable que muchos inversionistas no quieran agregar más riesgo de Pemex, expresóGifford. Por tanto, reducir las emisiones es probablemente lo correcto.
La Jornada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario