En México, mayoría de víctimas no tienen reparación de daño: ONU-DH.

Jan Jarab, al micrófono, durante el Seminario Internacional de Reparación organizado por la CEAV, la CNDH y ONU-DH México. Foto @CEAVmex

Fabiola Martínez

Ciudad de México. La mayoría de las víctimas del delito en México no acceden a la reparación del daño, advirtió Jan Jarab, representante en nuestro país de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. 

Señaló que la brecha es amplia entre lo que dice la ley al respecto y la realidad en la cual mayoritariamente no hay reparación del daño total o parcial. Ello tiene consecuencias devastadoras porque esta carencia - subrayó- es una forma de revictimizacion. 

Durante un seminario internacional organizado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) – y organismos de derechos humanos nacionales e internacionales- , Ismael Eslava, primer visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) , advirtió que la omisión de respuestas de los gobiernos en este tema muestra una actitud de indiferencia.

"Dejemos de ver sólo expedientes o carpetas de investigación y veamos personas, aquellos que han sufrido afectaciones que han transformado sus vidas y que exigen atención especializada", señaló. 

Es tiempo de construir, agregó, una política real de reparación del daño para miles de víctimas, como la vía de reconstrucción del tejido social. 

Se requieren esquemas -dijo- que permitan no sólo en la abatimiento de la impunidad sino también la reconstrucción del tejido social, el recuperar la confianza de la sociedad en las instituciones y el rescate de comunidades por el camino del respeto de la legalidad democrática.

Una visión que no descarten la justicia transicional como camino para lograr la verdad y la reparación para las víctimas, así como una efectiva rendición de cuentas por parte de las autoridades. 

Durante la canción del evento, familiares de víctimas del delito, entre ellas madres de personas desaparecidas, exigieron que se pase de los discursos a los hechos.

La Jornada