lunes, 20 de agosto de 2018

Templo Mayor (Columna).



DE LAS MANOS se les fue a Bertha Luján y a Gabriel García el Congreso Nacional de Morena, pues los participantes terminaron votando a mano alzada una reforma a sus estatutos que quedó... ¡a medias!

VARIOS LÍDERES morenistas en los estados comenzaron a expresar su indignación y desacuerdo por la falta de democracia interna, debido a que el CEN se agandalló la facultad de designar a dedazo a los dirigentes locales.

ANTE la revuelta, Luján, que era quien llevaba las riendas del Congreso junto con el secretario de Organización, optó por pedir una votación a mano alzada -y no en urnas- de la que resultaron 695 votos a favor, 330 en contra y 200 abstenciones. Y así se aprobó en lo general la reforma. Nomás que hay un detalle: la iniciativa nunca se aprobó en lo particular.

LO MISMO pasó con la promesa de que Morena renunciaría a la mitad de sus prerrogativas: se habló y se habló del tema, pero nunca se votó porque ni siquiera estaba en la orden del día. El Congreso concluyó y no hubo documento alguno que avalara, ni que obligara, a cumplir con la prometida austeridad.



¡QUÉ COSA tan rara! Hoy el banderazo de arranque del ciclo escolar lo dará el presidente Enrique Peña Nieto por la tarde, cuando la tradición era que se hiciera tempranito, a la hora de los honores a la bandera.

QUIÉN SABE si el cambio de horario es porque a las 11:30 horas en Palacio Nacionalserá la cumbre de los dos gabinetes: el entrante y el saliente, para poner en marcha los trabajos de entrega/recepción del gobierno federal.

NI MODO de pensar que Peña prefirió alejarse de las zonas escolares porque, precisamente hoy que comienzan las clases, también la maestra Elba Esther Gordillodará de qué hablar por la mañana.



CUENTAN que el líder sindical de los burócratas capitalinos, Juan Ayala, anda más intranquilo que un vegano en una carnicería. Y no es para menos.

DICEN que como presidente del Sindicato Único de Trabajadores de la CDMX está muy metido en el turbio asunto de la repartición de miles de plazas, con fines electorales y como pago de favores. No en balde, Claudia Sheinbaum ha estado insistiendo en que se transparente este asunto.

AUNQUE se señala como autor intelectual del gran botín de plazas a Miguel Angel Vázquez, subsecretario de Capital Humano, lo que se dice en el gobierno capitalino es que todo pasó también por las manos de Ayala.

ESO EXPLICA, dicen, que el líder sindical anda desesperado queriendo congraciarse con Morena, a ver si consigue cobijo... e impunidad.

Reforma.

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