martes, 12 de junio de 2018

¿Quién salva al río Atoyac de Oaxaca?.

COLECTA BASURA, ESCOMBRO Y DESECHOS FECALES
Foto: CARLOS ROMÄN VELASCO
Contaminada con heces fecales, la poca agua que lleva el principal afluente que cruza por la ciudad de Oaxaca.

Nadia Altamirano 

Por la basura, escombro y desechos fecales que en él se vierten, el río Atoyac dejó de ser caudaloso y limpio, para convertirse en un hilo de agua grisácea y pestilente.

Suciedad, es lo que arrastra el río Atoyac. FOTO: Carlos Román Velasco
El problema es muy conocido. “Las autoridades saben quiénes descargan sus aguas residuales y dónde”, afirma el presidente del comité del Fraccionamiento Santa Elena, en Santa Cruz Xoxocotlán, Jorge Díaz Chávez.

Ese es de los conjuntos habitacionales más cercanos al río Atoyac y que padece la mala planeación de obras de saneamiento “que realmente funcionen".

34 municipios conurbados, incluido el de Oaxaca de Juárez, descargan sus aguas residuales al río Atoyac: Comisión Estatal del Agua.

98 %del agua del río Atoyac está contaminada: Conagua.

Sabe que hace cuatro años o más, se hicieron obras para que este y otros fraccionamientos como el San Ignacio, junto con colonias aledañas, se conecten al colector principal de aguas residuales.

El tubo de ese colector que llega a la planta de aguas residuales en inmediaciones de San Juan Bautista La Raya, pasa por encima del cauce del río, seis metros arriba del nivel de la calle trasera del fraccionamiento.

El cárcamo de rebombeo ni sirve ni se utiliza; está cubierto de pasto y maleza. Una caseta de operación se deladeó por la inestabilidad del suelo; está sobre la ribera del Atoyac.

El problema de contaminación del río Atoyac es bien conocido por las autoridades: Jorge Díaz, representante de los vecinos del Fraccionamiento Santa Elena. FOTO: Carlos Román Velasco
Obra a medias

De la obra no sabe cuánto ni quién invirtió, sólo tiene claro que está incompleta y no funciona. Las aguas residuales de 220 casas se descargan directamente al río y para comprobarlo, muestra el tubo que es muy fácil de ubicar, como muchos otros.

“Es una obra que quedó a medias, no sé el motivo por el cual no funciona a pesar de que ayudaría a evitar la contaminación en el río”, afirma un hombre que no ve que las autoridades se preocupen por el saneamiento del principal afluente en la ciudad de Oaxaca.

Raúl López González, trabajador del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO), recuerda que hace más de diez años todavía perforaron un pozo en el fraccionamiento Santa Elena para extraer agua, pero ésta salió contaminada.

Por eso, el agua que surte a las 220 familias la traen de un pozo de absorción de San Juan Bautista La Raya y el único que está a menos de cien metros del río, es el que se localiza en la colonia Emiliano Zapata, aunque desde su punto de vista “no es lo ideal”.

El problema de contaminación del río Atoyac, con el aval de autoridades locales. FOTO: Carlos Román Velasco 

Desgastan márgenes

Además de la contaminación y el abandono institucional, al cauce del río Atoyac lo ahoga la extracción indiscriminada de arena y el aprovechamiento que de su ribera hacen las personas

“Está muy jodido”, es la frase que suelta sin pensar Antonio, un hombre desgastado por el trabajo rudo.

Con el filo de un hacha y la fuerza de sus manos, destroza la rama seca de un árbol para convertirla en leña. Su área de trabajo es la ribera del río Atoyac, del que asegura, ya no saca arena, porque no sale limpia.

En su cruce por la zona metropolitana, hay tramos del río Atoyac que fueron llenados de asfalto o cemento para convertirlos en una vía; otras partes están carcomidas por el trabajo manual de extractores de arena.

Escombro, otro de los problemas para el río Atoyac. FOTO: Carlos Román Velasco
Para saber

El Organismo de Cuenca Pacífico Sur de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha detectado hasta 250 veces más de los índices de coliformes fecales que permiten las normas ambientales.
El 26 de marzo pasado, el Juzgado Primero de Distrito del estado de Oaxaca emitió una sentencia para que autoridades de los tres niveles cumplan con su responsabilidad de sanear los ríos Salado y Atoyac.

Tiradero a cielo abierto

A la vista de transeúntes, Ignacio Maldonado tira las ramas secas de un rosal, como si el río fuera sinónimo de tiradero a cielo abierto. Lo hace sin esconderse y cuando se le pregunta la razón, acepta que su acción contribuye a la contaminación:

“Está mal porque uno quiere tener la ciudad limpia y a las personas se les hace muy fácil tirar la basura ahí”; pero aclara: “Yo no vivo aquí” y señala una casa cercana al río, en la Reforma Agraria, colonia de Santa Cruz Xoxocotlán.

Se excusa asegurando que cumple órdenes de la propietaria de la casa, quien le pidió que tirara ahí los restos de un rosal que cortó, aunque reconoce que con las lluvias que recién inician, provocan que el cauce del río, además de agua pestilente, arrastre basura.

Un lava autos, estacionamiento, canchas depotivas, patios de maniobras para camiones materialistas, bodegas y tiradero a cielo abierto, son algunos de los tantos usos que le han dado a sus riberas, roídas por la vorágine de una urbe sin control ni orden.

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