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El peor escenario de los banqueros es que el nuevo Presidente gobierne del mismo modo que Hugo Chávez, el dictador venezolano que dejó su marca al nacionalizar las principales industrias de su país. Foto: archivo |
Bloomberg
Nueva York, Estados Unidos
A solo cuatro días para las elecciones presidenciales de México, el hombre que lidera las encuestas no ha dicho casi nada sobre sus planes para la industria financiera. Su silencio hace que algunos de los principales banqueros del País teman lo peor.
Los escenarios imaginados si el domingo gana Andrés Manuel López Obrador oscilan entre lo extremo -la nacionalización de la industria bancaria- y lo trivial -un aumento de los préstamos en mora por políticas que afecten el crecimiento económico.
López Obrador, el candidato izquierdista del partido Morena que prometió poner fin a la corrupción y la pobreza, ha mantenido una ventaja constante desde noviembre apelando a la inquietud de los mexicanos con el "statu quo".
Ha hecho campaña prometiendo invertir en refinerías de petróleo, revertir reformas educativas detestadas por los sindicatos de docentes y frenar la apertura del sector energético del País, medidas que inquietan a muchos en la élite empresarial.
"El gobierno mexicano tendrá limitaciones fiscales, por lo que será difícil encontrar recursos para sus planes de gasto", dijo Carlos Petersen, un analista político de Eurasia Group, con sede en Washington. "Puede encontrar bolsones de liquidez en el sector financiero", especialmente fondos de pensión, añadió Petersen. "Es uno de los sectores a los que intentará presionar un poco".
Si bien este es el tercer intento del ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México de llegar a la presidencia, poco se sabe acerca de los puntos de vista del candidato sobre la banca, ya que el tema rara vez aparece en sus discursos. Y apenas se menciona en su plataforma partidaria de 461 páginas, aparte de una promesa de promover políticas que amplíen el acceso al crédito.
Las conversaciones con ejecutivos y los principales negociadores en media docena de los bancos más grandes de México revelaron una amplia gama de ansiedades, ya que los ejecutivos llenan los espacios en blanco con resultados posibles si gana López Obrador.
Todos pidieron el anonimato debido a políticas internas que les prohíben hablar públicamente sobre política, y para que no se los pueda ver declarándose en contra de la posible administración entrante.
En las peores pesadillas de los banqueros, el nuevo Presidente gobierna del mismo modo que Hugo Chávez, el dictador venezolano que dejó su marca al nacionalizar las principales industrias de su país. López Obrador, dicen, podría obtener apoyo en el Congreso para socavar la independencia del banco central mexicano y convertir eso en un plan para nacionalizar a las entidades prestamistas.
Otro temor: el nuevo Presidente les pone techo a las tasas de interés y exige que los bancos presten más dinero a sectores más riesgosos de la economía. La combinación afectaría la rentabilidad de los bancos y pondría en peligro sus balances.
Pero los cambios más grandes y quizá los más probables en el sector financiero podrían ser reformas que afecten a los fondos de pensión, que son los mayores inversionistas institucionales en México.
La última vez que se postuló para el cargo, en el 2012, la coalición de campaña de AMLO -como se conoce familiarmente al candidato- barajó la idea de nacionalizar una parte del sistema de fondos de pensión.
Reforma
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