Luis Raúl González, titular de la CNDH en imagen de archivo. Foto Yazmín Ortega |
Fernando Camacho Servín
Ciudad de México.
Ya sea para buscar mejores oportunidades de desarrollo o para huir de la violencia, miles de menores migrantes no acompañados –la gran mayoría proveniente de Centroamérica—siguen atravesando México todos los años en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin que en muchas ocasiones las autoridades del país tengan capacidad de garantizar que se respeten sus derechos.
Así lo afirmó el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, quien llamó a resolver las causas estructurales que llevan a estas niñas, niños y adolescentes a huir de sus países de origen, exponiéndose en el camino a ser víctimas de delitos graves, como violación, trata de personas e incluso asesinato.
Al participar en el foro “Pasos hacia la consolidación del sistema de protección a la niñez migrante en México”, el ombudsman nacional alertó que ante el “drama” de los menores no acompañados, “las medidas y acciones hasta ahora emprendidas resultan insuficientes” para dar una respuesta integral a esta problemática.
González Pérez destacó que en 2016 un total de 40 mil 114 menores migrantes –en su mayoría centroamericanos—fueron detenidos por las autoridades mexicanas, mientras que ese mismo año las de Estados Unidos deportaron a 13 mil 737 niños y niñas mexicanos.
En lo que se refiere específicamente a menores no acompañados, el Instituto Nacional de Migración registró 17 mil 557 en 2016, 7 mil 430 en 2017 y 2 mil 703 en lo que va de 2018. Pese a la magnitud del fenómeno, el gobierno de México sólo le otorgó la condición de refugiados a 44 de los solicitantes en 2016 y a 53 en 2017.
El presidente de la CNDH reiteró que el sistema del gobierno mexicano para atender a menores migrantes “llega a ser insuficiente”, y alertó que en Estados Unidos se separa a las familias para disuadir a los migrantes de entrar en su territorio y se adaptan cuarteles militares para albergar a los niños y niñas separados de sus padres.
En el mismo foro, Mark Manley, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, puntualizó que una gran cantidad de menores salen de sus lugares de origen para huir de la violencia, aun más que de la pobreza, y lamentó que en México muchos de ellos son retenidos en estaciones migratorias o en albergues cerrados del DIF.
Por tal razón, llamó a poner fin a la política de detenciones y a buscar modelos alternativos de cuidado para los niños y niñas migrantes, que no impliquen mantenerlos encerrados mientras se resuelve su petición de refugio.
La Jornada
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