Cyril Ramaphosa fue designado este jueves como nuevo Presidente de Sudáfrica por la Asamblea Nacional en sustitución de Jacob Zuma, quien dimitió tras un ultimátum impuesto por su partido.
Después de que ningún otro candidato se postulara para el puesto, el hasta ayer vicepresidente fue declarado en automático como nuevo jefe de Estado, sin necesidad de votación.
La proclamación estuvo a cargo del jefe del Tribunal Constitucional, Mogoeng Mogoeng, quien presidió la sesión, tal y como dicta la Constitución.
Ramaphosa fue nominado por su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), gobernante en Sudáfrica desde el fin del antiapartheid (crisis de segregación racial) y mayoritario en la Cámara.
Así, el ex sindicalista y activista racial se convirtió a sus 65 años en el quinto Presidente de la historia democrática de Sudáfrica.
"Cuando uno es elegido en esta clase de posición, básicamente se convierte en un servidor del pueblo de Sudáfrica", afirmó el nuevo Mandatario en su primera intervención tras la elección.
El dirigente agradeció la oportunidad y prometió que, bajo su mando, el interés de Sudáfrica y de su pueblo irá primero en todo lo que se haga y que se comportará con humildad y dignidad.
Asimismo, se comprometió a trabajar para paliar la corrupción, mejorar la economía y buscar la unidad del país, aunque explicó que los detalles de sus líneas de Gobierno los expondrá este viernes, cuando se encargue de dar el discurso sobre el estado de la nación en la misma Cámara.
"Trabajaré muy duro para no decepcionar al pueblo de Sudáfrica", concluyó.
La sesión, sin embargo, no estuvo exenta de discrepancias ya que los principales grupos de Oposición criticaron el trámite, al considerar que lo apropiado sería disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas.
"Nuestro problema no es Jacob Zuma, sino el CNA", aseguró Mmusi Maimane, líder del principal partido opositor Alianza Democrática.
En consecuencia, Maimane pidió la oportunidad de un nuevo comienzo elegido por el pueblo y reclamó a Ramaphosa que, como vicepresidente en el Gobierno, no actuara contra el deterioro de la Administración y la economía, ni contra los escándalos de corrupción de su superior.
"Lidiemos con nuestro momento actual y trabajemos juntos para mejorar las vidas de nuestro pueblo", le contestó después el ya Presidente electo.
La elección del nuevo Mandatario, que deberá jurar el cargo en una ceremonia, pone fin oficialmente a la era Zuma en Sudáfrica, marcada por los escándalos de corrupción.
Hora de publicación: 09:13 hrs.
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