JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
"Vamos a atender el desarrollo, el empleo y el bienestar para enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia". Andrés Manuel López Obrador
Andrés Manuel López Obrador dijo ayer que en su gobierno sí habrá mando único, pero no sólo a nivel estatal sino nacional. Él personalmente, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, asumirá el control. Ya con anterioridad había señalado que no hay por qué preocuparse de la Ley de Seguridad Interior, ya que con él como comandante supremo de las Fuerzas Armadas todo marchará bien.
Lo curioso es que Morena, su partido político, no sólo se ha opuesto al mando único sino a la Ley de Seguridad Interior. Al parecer, una cosa es actuar desde la oposición y otra muy distinta prepararse para gobernar. Tener un mando único o involucrar a las Fuerzas Armadas en labores de policía es malo si lo hacen Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto, pero positivo si el responsable es "ya sabes quién".
López Obrador sigue convencido de que los pobres son los verdaderos criminales de nuestro país. Para combatir el crimen, por lo tanto, afirma que hay que crear empleos. "Si no hay bienestar, no puede haber paz y tranquilidad social". Esta posición lo ha llevado a justificar los asaltos a trenes o el robo de combustibles. "Vamos a atender las causas que originaron esta crisis de inseguridad y violencia", dijo ayer. La información disponible, sin embargo, no sugiere una correlación entre pobreza y crimen. Las comunidades más pobres no son las que tienen mayor delincuencia. La impunidad parece ser un factor más importante en la inseguridad y la violencia que la pobreza.
En los esfuerzos por combatir la inseguridad, el país ha visto cambios institucionales constantes. Ernesto Zedillo creó la Policía Federal Preventiva en 1999. Vicente Fox estableció la Secretaría de Seguridad Pública que incorporó a la PFP. Felipe Calderón transformó la PFP en simplemente Policía Federal. Enrique Peña Nieto eliminó la Secretaría de Seguridad Pública, creó la Comisión Nacional de Seguridad Pública que colocó en la Secretaría de Gobernación y estableció la Gendarmería Nacional dentro de la Policía Federal. Hoy López Obrador promete que va a restablecer la Secretaría de Seguridad Pública y a crear una "guardia nacional" en la que revolverá a policías, soldados y marinos, todos bajo su mando personal. ¿Realmente es una mejora?
Para el cargo de nuevo secretario de Seguridad Pública López Obrador ha seleccionado a Alfonso Durazo, quien fue secretario particular de Luis Donaldo Colosio, director de Comunicación Social en Segob, vocero de Vicente Fox y diputado. ¿Su experiencia en seguridad pública? Ninguna que yo sepa.
En su consejo asesor sobre seguridad ha nombrado a Alejandro Gertz Manero, quien sí tiene una experiencia significativa en seguridad pública, y a Marcos Fastlicht, empresario y suegro de Emilio Azcárraga, ese a quien el tabasqueño acusa de ser parte de la mafia del poder. También ha nombrado a dos militares en retiro para ser enlaces con Sedena y Semar. Pero esta película la he visto ya. Los secretarios de Defensa y Marina sólo aceptarán rendir cuentas al Presidente y no a militares en retiro por debajo de su rango.
No podemos tomar a la ligera los anuncios de López Obrador, puntero en la carrera presidencial, pero su extraña mezcla de personajes y cambios institucionales difícilmente tendrá buenos resultados. Por otra parte, percibo en él una arrogancia inquietante, según la cual las instituciones y las estrategias que él mismo ha rechazado en otros gobiernos se vuelven positivas si él es el jefe.
AGRESIONES
Las agresiones de funcionarios de la delegación Coyoacán contra Claudia Sheinbaum de Morena son inaceptables. Las autoridades deben demostrar su imparcialidad y detener a los responsables, quienes ya han sido identificados con nombre y foto.
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