Pese a que las remesas ligan tres sexenios de aumentos y llegarán a nivel récord con Enrique Peña Nieto, los recursos se destinan básicamente al consumo y no a inversión productiva que contribuya al desarrollo, señalaron analistas.
De acuerdo con cifras de Banco de México (Banxico), el despegue de las remesas que envían mexicanos desde el extranjero se dio en el sexenio de Vicente Fox.
En los primeros 5 años del primer Gobierno panista, las remesas se triplicaron al pasar de 23 mil 709.9 millones de dólares acumulados en los primeros con Ernesto Zedillo, a 71 mil 936.3 millones en el mismo lapso de Fox.
Con Felipe Calderón llegaron a 114 mil 831 millones de dólares en los primeros cinco años de Gobierno, con un crecimiento de 59.6 por ciento respecto al mismo lapso del sexenio previo.
En el mismo periodo del sexenio de Peña Nieto, el monto de las remesas alcanzó 123 mil 895 millones de dólares, aunque el crecimiento respecto al mismo lapso de Calderón fue de 7.9 por ciento.
Sin embargo, especialistas económicos llaman la atención que pese al crecimiento de las remesas en tres sexenios, esos activos no se destinen a inversiones productivas.
Raúl Porras Rivera, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, indicó que el ingreso por concepto de remesas fortalece el nivel de consumo privado, que beneficia directamente al PIB.
Sin embargo, esos activos por sus características no se destinan a inversiones productivas que contribuyan al desarrollo del País en el mediano plazo.
Señaló que desde el punto de vista económico, el incremento de las remesas va de la mano con la precariedad del empleo en México que incentiva a la movilidad de los mexicanos para mejorar el nivel de ingresos.
Desde hace más de 30 años, agregó, el modelo de política económica ha descuidado la calidad de empleo y aspectos sociales de la población que prefiere migrar al extranjero.
Para Pablo Romero, analista en macroeconomía del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la política antimigratoria del presidente de EU, Donald Trump, incentivó, desde finales de 2016 y 2017, a los connacionales a incrementar el monto enviado a sus familiares ya que temen a ser deportados o que las remesas sean gravadas.
Otro factor que se ha sumado es la depreciación del peso frente al dólar, que provoca mayor poder de compra y motiva a incrementar los montos enviados.
Consideró que históricamente existen aspectos multifactoriales que han propiciado la migración y por consecuencia a las remesas, como la falta de inversión en sectores productivos para generar empleos bien remunerados y las carencias educativas en el interior del País.
Juan Carlos Orozco y Adriana Arcos/REFORMA
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