Nadia Altamirano
El sangriento cierre del mes de octubre en Loma Bonita. |
Carecer de cárteles de narcotráfico locales no exime a Oaxaca de la disputa generalizada del crimen organizado; la región del Papaloapam es el botín, por su colindancia con el estado de Veracruz,
Así lo admitió el subsecretario de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Alberto Begné Guerra, quien confirmó que Oaxaca no escapa de la fuerza que ha ido cobrando el Cartel Jalisco Nueva Generación.
“Oaxaca no es un estado que se haya distinguido por tener cárteles, en todo caso ha sido víctima de la lucha de carteles de afuera, en una región muy específica (en) la colindancia con Veracruz”, expresó en entrevista luego de la inauguración del diplomado Fundamentos de la Seguridad Multidimensional.
Creciente narcoviolencia
Después de que en el acto oficial criticó la estrategia de combate al narcotráfico de la administración federal que encabezó Felipe Calderón Hinojosa, porque en vez de pulverizar trajo una multiplicidad de carteles con los sicarios más violentos, rechazó que Oaxaca esté dentro de los lugares donde esa violencia es más álgida.
En entrevista, reconoció que de manera específica “Oaxaca está teniendo algunos factores de riesgo, sobre todo en su colindancia con Veracruz, producto de las disputas entre cárteles del crimen organizado”, una pugna que admitió es preocupante para el Gobierno Federal.
Eso sí, negó que “en este momento” Oaxaca sea un foco rojo, sino más bien “en muy buen momento” para evitar que la violencia “se vaya a disparar” como ya ocurrió en estados “muy tranquilos” como Colima, donde la pugna es el control de los puertos para recibir precursores químicos y exportar la droga a Estados Unidos.
Si la incidencia de homicidios en Oaxaca aumentó en un 11 por ciento de 2016 y 2017 a Begné Guerra no le representa un hecho aislado, sino “un reflejo” del repunte de homicidios en 2016 que se ha mantenido en 2017 por el “reacomodo y disputas entre los cárteles por el control del territorio”, principalmente del Cartel de Jalisco Nueva Generación.
“Hay distintos grupos, las batallas más fuertes son luchas extendidas a distintos territorios en zonas fronterizas entre un estado y otro, haber capturado a más de cien objetivos prioritarios , privados de su libertad o extraditados, algunos como Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” por supuesto que genera unos reacomodos violentos dentro y entre carteles”, aseveró.
Vera niega gobierno rebasado
Como si en su vocabulario institucional no existieran términos como “cárteles del narcotráfico” o “crimen organizado”, el Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, José Manuel Vera Salinas, evita pronunciarlos.
Si tiene que referirse a la ejecución el 30 de octubre pasado en la Cuenca del Papaloapam de una mujer y cinco hombres, incluyendo menores de edad, como parte de la disputa del territorio entre el cártel de Jalisco Nueva Generación con el Del Golfo, Vera Salinas utiliza el calificativo de “lucha interna”.
Y expresa: “Es una lucha interna, intestina entre dos hermanos que tenían ahí asentados sus reales en Papaloapam, son hermanos, se pelean y entre ellos comienzan esa lucha (de cárteles) que acaba de mencionar el subsecretario (Alberto Begné Guerra) y se matan”.
Tras la inauguración del diplomado Fundamentos de la Seguridad Multidimensional, aseguró que la Secretaría de Seguridad Pública triplicó en la Cuenca del Papaloapam “las fuerzas en esta área del estado”, además de que las Fuerzas Federales también están trabajando.
“La ciudadanía sabe cuál es la situación, quienes fueron lo que se murieron, los que estaban establecidos ahí y se dedicaban a molestar a quienes tienen un trabajo honorable, hasta ese punto los ciudadanos no se ven afectados, no quiere decir que no nos importe que hayan matado a seis que se hayan matado entre ellos”, justificó.
Las constantes ejecuciones que llevan a acumular hasta seis en 24 horas en puntos de regiones distintas, incluyendo a menores de edad, como ocurrió el viernes 3 de noviembre en la carretera federal 125, cerca de la desviación a la comunidad de Chicapilla, en la región de la Costa, llevan a Vera Salinas a admitir que “la violencia de estas personas efectivamente no tiene límites”.
Son las regiones de la Costa, el Istmo, pero sobre todo la Cuenca del Papaloapam los “puntos álgidos” en cuanto a incidencia delictiva, pero rechaza que el crimen organizado vaya a rebasar la capacidad del Estado.
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