JAQUELINE ROBLES
EN UN MES PODRÍA LLEGAR
Por cuarta ocasión se utiliza el bono como estrategia de administración de riesgos |
Ninguna autoridad local conoce hasta hoy, el proceso con que se aplicarán los 150 millones de dólares del Bono Catastrófico, que recientemente se activó a favor de Oaxaca y Chiapas, entidades dañadas por el sismo de 8.2 grados, registrado el pasado 7 de septiembre.
Fuentes oficiales de la Secretaría de Finanzas del Gobierno Estatal (Sefin), indicaron que los destinos serán definidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y que prevén que esto ocurra en aproximadamente un mes.
Señalaron que este recurso, al ser transferido al Fondo Nacional de Desastres (Fonden), sería aplicado por el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras), a través de dependencias ejecutoras como son Caminos y Aeropistas de Oaxaca, Comisión Estatal de Vivienda y Secretaría de las Infraestructuras.
Bono Catastrófico instrumento de apoyo emergente |
Debido a las limitaciones presupuestales con que operan los gobiernos, resulta difícil que cuenten con el dinero necesario para enfrentar cataclismos como los recientemente vividos, de ahí que recurran al Bono Catastrófico para atender las contingencias en determinados desastres.
Aplicar la herramienta depende de los parámetros que definen las catástrofes, por ejemplo los grados Richter que alcanzó el sismo ocurrido el 7 de septiembre.
De acuerdo con información oficial de la SHCP, conforme a lo establecido en los procedimientos de activación y confirmación de datos, la agencia responsable de verificar los hechos de septiembre en México, precisó que se cumplieron las referencias de localización (epicentro), profundidad, e intensidad del terremoto, suficientes para detonar el pago por 150 millones de dólares, que representa el 100 por ciento del Bono Catastrófico, emitido por el Banco Mundial.
La activación de este instrumento, y su correspondiente pago, será recibido por el Fonden, a través del cual se canalizarán recursos adicionales para reconstruir y rehabilitar infraestructura pública, viviendas y carreteras.
El también denominado “Fonden Cat 2017”, se renovó en agosto de este año y brinda protección durante 3 años; otorga una cobertura de hasta 150 mdd para sismos, 100 y 110 millones de dólares para huracanes que impacten las costas del Océano Atlántico y Pacífico, respectivamente.
Por cuarta ocasión México utiliza este tipo de instrumentos como estrategia de administración de riesgos.
En 2006, se emitió el primer bono catastrófico, con una vigencia de tres años y una cobertura por 450 millones de dólares.
En 2009, el segundo, con duración de tres años y cobertura por 290 millones de dólares.
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