viernes, 13 de octubre de 2017

Cacería de brujas.


Sergio Sarmiento/REFORMA

"La opinión pública es siempre un linchamiento y un linchamiento es siempre divertido".
Ryunosuke Akutagawa


Primero es el miedo, luego viene la solidaridad, después empiezan las cacerías de brujas y al final llegan los políticos a sacar provecho.

Hace unas semanas, después de los sismos, ofrecía esta reflexión y, tristemente, la predicción se va cumpliendo. El miedo marcó los sacudimientos de tierra. La solidaridad vino después y se manifestó en las oleadas de brigadistas y en aportaciones económicas de decenas de miles de todos los niveles sociales. Hoy ya ha comenzado la cacería de brujas y una de las víctimas es Mónica García Villegas, dueña del Colegio Enrique Rébsamen de Tlalpan.

La primera acusación no fue contra ella, sino contra el arzobispo Norberto Rivera a quien se atribuyó la propiedad de la escuela. La información resultó falsa, pero se preparaba ya la cacería de brujas.

Las armas se enfilaron a los políticos. Fueron acusados funcionarios de la delegación Tlalpan, del gobierno de la Ciudad de México y de la SEP. ¿Cómo era posible que ninguno se haya dado cuenta de que el inmueble podía venirse abajo en un terremoto?

Las acusaciones fueron influidas por consideraciones políticas. La jefa delegacional de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, no sólo es miembro de Morena, sino la presunta candidata para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Sus predecesores en la delegación y los actuales funcionarios de la Ciudad de México son perredistas. Los de la SEP son del PRI. Es muy fácil inventar villanos de otros partidos.

Los ataques más duros se han reservado, sin embargo, para Mónica García Villegas, directora y dueña del colegio. Se le acusó de no interesarse por los niños, sino sólo por el negocio; de haberse construido un apartamento de lujo encima de la escuela, violando los códigos de construcción, con pisos de mármol y jacuzzi; de no haberse presentado a los citatorios de la Procuraduría; de haber entrado al edificio para sacar cosas personales sin preocuparse por los niños. Era una villana perfecta que de inmediato fue objeto de escarnio en los medios y en redes sociales.

Ayer entrevisté en Radio Red a Javier Coello Trejo, su abogado. Me dijo que la directora no se ha negado a comparecer ante la PGJ, sino que no ha sido notificada; que no se ha fugado; y que cuenta con los permisos de construcción de la escuela, que incluyen el apartamento, cuyos pisos no eran de mármol. Explicó que los permisos son de 1983 y cumplían con las reglas de construcción vigentes. La edificación resistió sin problemas los sismos de 1985. Coello, un abogado famoso y caro, me dijo que tomó la defensa porque Mónica fue maestra de uno de sus hijos y siempre le ha tenido respeto.

Una llamada del público, de un hombre llamado Enrique Llovet, apuntó: "Soy papá de un alumno del Colegio Enrique Rébsamen desde hace ocho años. La directora es responsable, educada, honesta. Hay un pequeño grupo de papás que piden becas para sus hijos de por vida, pero que no les pasó nada. La directora siempre nos apoyó. En la misa de los niños que fallecieron ella llevaba collarín y la cara hinchada, ya que se le vino parte de la escuela encima. El mármol que encontraron era la cubierta de un mueble, no del piso de su departamento. Las maestras Gema y Miss Claudia (dejó hijita de tres años) fallecieron con sus alumnos".

Supongo que poco importa presentar el otro lado de la moneda. Una vez que entrevisté al abogado empezaron a llegar llamadas refiriéndose a la maestra como una asesina sin derecho a una defensa. En la cacería de brujas, la directora ya ha sido juzgada y encontrada culpable.

UNESCO Y EU

Estados Unidos ha decidido dejar la UNESCO. Si bien no ha pagado sus cuotas en los últimos años, se le cobra el 22 por ciento del presupuesto de la organización, con derecho a un solo voto de entre 195 miembros.


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