Alfredo González
Ayer se venció el plazo para que el Senado de la República designara al fiscal anticorrupción del país y no cumplió, como tampoco lo hicieron 28 de los 32 gobiernos locales que promulgaron sus leyes en la materia, pero sin nombrar a sus respectivos fiscales.
Una vez más, la Cámara Alta y los gobernadores demostraron que primero están los intereses políticos, como la elección en Coahuila, y luego los de la ciudadanía.
Y más allá de discursos y promesas incumplidas, lo grave de todo es el caso omiso a una obligación legal para hacer frente al fenómeno que carcome la estructura legal y social de nuestro país, desde los ámbitos público y privado.
Basta con echarle un ojo a la lista interminable de políticos de todos los colores acusados y perseguidos por hacer negocios chuecos con recursos públicos.
Hemos llegado a un punto insostenible, porque faltan instituciones y mecanismos eficaces para impulsar la transparencia y la rendición de cuentas, advirtió esta semana el Instituto Mexicano para Competitividad (IMCO).
Y para documentar nuestro optimismo (parafraseando al entrañable Carlos Monsiváis), aquí algunos datos:
Anualmente la corrupción le cuesta al país entre 8 y 10% del Producto Interno Bruto y a las empresas el 5% de las ventas, según la Coparmex.
El INEGI, por su parte, reporta 4 millones de actos de corrupción al año, en los que están involucrados políticos, empresarios y la población en general.
Más claro ni el agua. Todos somos corresponsables de construir las bases de un verdadero Estado de derecho; sin embargo, en esta coyuntura la responsabilidad recayó en el Senado, los congresos locales y los gobiernos estatales.
Pero no fueron capaces de cumplir con el compromiso. Las grillas y los intereses de unos cuantos se impusieron.
El coordinador del PAN en el Senado, Fernando Herrera, defiende la postura de su partido. Para ellos, la Fiscalía es la pieza clave del Sistema, pero no están dispuestos a avalar a un zar que carezca de autonomía y atribuciones.
La jefa del PRD, Dolores Padierna, también argumenta que el nombramiento no avanzó porque en el PRI se resistieron a darle mayor independencia.
Del otro lado, el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, dijo que llamaron una y otra vez a un periodo extraordinario para desahogar el tema, pero los demás partidos, particularmente el PAN, quisieron condicionar el avance a los resultados electorales del 4 de junio.
Así está la grilla en el Senado, mientras la corrupción y la impunidad siguen minando la salud de nuestra nación, amenazando su desarrollo económico, político y social.
“Padecemos, todos, una profunda e indignante injusticia y no estamos dispuestos a acostumbrarnos”, proclamó el IMCO al anunciar la creación del frente ciudadano anticorrupción.
En este caso, como en muchos otros, la población organizada vuelve a tomar la iniciativa porque el combate a la corrupción, por parte de nuestras autoridades, no es otra cosa que leyenda urbana, un cuento chino.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá.”
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