Martha Anaya
Antier por la tarde –martes 18-, se reunieron las principales cabezas de las corrientes rebeldes del PRI para unificar fuerzas rumbo a la próxima Asamblea Nacional de su partido.
A la mesa, la exgobernadora de Yucatán y aspirante a la candidatura presidencial de su partido, Ivonne Ortega; el diputado José Encarnación Alfaro y José Ramón Martel (ambos por Alianza Generacional); el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz (Democracia Interna) y el exPresidente del tricolor, César Augusto Santiago (Alternativa).
La idea central fue buscar sus coincidencias para armar luego una estrategia de defensa a sus propuestas, con delegados en las distintas Mesas; especialmente en las de Estatutos, Programa de Acción, Declaración de Principios y Rendición de Cuentas.
Según nos comentaron varios de los participantes, los puntos más importantes que identificaron en consenso fueron:
1.-Demanda de la Consulta Abierta a la base para la candidatura presidencial.
2.-Piso parejo para priistas y no priistas en busca de candidaturas del partido. Eliminación de requisitos para los militantes.
3.-Recuperar el candado que prohibía el brincar de “pluri” a “pluri”.
4.-Una posición más severa contra la corrupción, al punto de considerarla “traición a la patria”
5.- Identificación con el PRI y con su historia.
En cuanto a si el candidato del PRI puede ser un “candidato ciudadano”, hubo distintos matices.
La mayoría no se opuso a un candidato ciudadano, siempre y cuando se cumplieran dos condiciones: a) Que se quiten los requisitos que se imponen a los militantes; b) Que el precandidato ciudadano compita, en un proceso interno, con los militantes que aspiran al mismo cargo.
En otras palabras, que no se les dé a los externos “vía directa” a la candidatura presidencial.
Respecto a los 10 años de militancia, comentaron que era inútil pues “se pueden inventar la credencial 04”.
El principal desacuerdo fue ante una propuesta de punto de acuerdo para exigir el relevo de Enrique Ochoa. La mayoría se manifestó por no ir en contra de la dirigencia nacional y por no golpear la figura del Presidente Enrique Peña Nieto.
PRIMERO EL HOMBRE, LUEGO EL PROGRAMA.- Priista de toda la vida, con múltiples cargos en su partido, José Ramón Martel sostiene que en esta elección –contrario a la época en que Jesús Reyes Heroles proclamaba que lo primero era el programa y luego el hombre-, el nombre es fundamental.
“Si la persona elegida no pasa la prueba de la honestidad, no hay nada qué hacer. En esta ocasión más que nunca, lo primero es el hombre… ¡ese es el reto del partido!”, asevera.
GEMAS: Obsequio, vía tuit, del jurista Diego Valadés: “La nueva costumbre es que sólo se renuncia por cumplir una orden, no por actuar con dignidad”.
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