lunes, 31 de diciembre de 2018

Con GPS, la UNAM detecta datos sísmicos, meteorológicos y mareográficos.



Notimex

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coordina cuatro redes de sistemas de posicionamiento global (GPS) con fines científicos: la del Servicio Sismológico Nacional (SSN); TLALOCNet; Servicio Mareográfico Nacional y del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica (IGf).

En un comunicado, la máxima casa de estudios detalló que coordina estos sistemas que permiten detectar datos sísmicos, meteorológicos y mareógraficos, en el Laboratorio de Geodesia Satelital (LaGeoS), adscrito al Instituto de Geofísica.

La coordinadora del Laboratorio de Geodesia Satelital, Sara Ivonne Franco, explicó que “todas tienen diferentes estándares de instalación, equipamiento y transmisión de datos” y las dos redes grandes son las del SSN, adscrito al IGf, con sensores sismológicos y 60 estaciones en tiempo real.

Así como TLALOCNet, única red meteorológica, con casi 100 estaciones, 10 por ciento de ellas en tiempo real, en tanto que las otras, que son más pequeñas, son del Departamento de Sismología, del IGf, y del Servicio Mareográfico Nacional, también adscrito a esa instancia académica.

En el Servicio Mareográfico Nacional se cuenta con estaciones en costas del Pacífico y Atlántico, utilizan el GPS para posicionar y referenciar el nivel medio del mar, así como para medir las mareas, indicó la responsable del laboratorio.

La estación GPS de la UNAM tiene antenas que se alimentan por panel solar, cuentan con un receptor, baterías de respaldo para energía solar y un sensor meteorológico, los sistemas de posicionamiento global generan información las 24 horas del día; además, en el laboratorio también preparan recursos humanos especializados en el procesamiento de datos e interpretación de lo que emiten estos sistemas.

La especialista explicó que estos sistemas observan pendientes que cambian de sentido y debido a que los equipos observan este fenómeno al comienzo de este milenio se descubrieron los sismos lentos.

“Una liberación de energía que no excita ondas sísmicas como tal, pero que libera mucha energía. Pueden ser equivalentes a un sismo de magnitud 7.2 o 7.5. Una de las aplicaciones del GPS es su monitoreo”, detalló.

La aplicación más novedosa del GPS, prosiguió, ocurre desde 2006, cuando tuvieron capacidad de medir a alta frecuencia; esto es, normalmente se toma una muestra cada 30 segundos y ahora se pueden medir hasta 10 hertz, una muestra, cada segundo, con lo que es posible obtener la posición a esa tasa de frecuencia.

“Cuando ocurre un temblor, y con esa capacidad para muestrearlo, podemos obtener el deslizamiento de la superficie terrestre asociado al paso de las ondas sísmicas. Se mide igual que con los sismómetros. El GPS también funciona para sismos grandes y muy cercanos”, concluyó.
 
Crónica

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