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Belén Rodríguez
Cd. de México
El manejo que se ha hecho de la deuda en lo últimos años y las transferencias del Banco de México a la Secretaría de Hacienda, hicieron que el último año de Gobierno de Enrique Peña Nieto terminara menos presionado por el pago de deuda.
Para 2018 el pago por la deuda interna del Gobierno federal será por un billón 69 mil millones de pesos, equivalente a 4.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Mientras que en 2017 ese pago fue por 6.7 por ciento del PIB, según el Plan Anual de Financiamiento de la Secretaría de Hacienda.
En el caso de los pagos por concepto de deuda externa, la dependencia indica que el manejo de pasivos ha permitido un perfil más holgado, con un pagos estimados para 2018 equivalentes a 0.1 puntos del PIB, el menor monto desde 2011.
Durante 2016 y 2017, el Gobierno federal recibió recursos extraordinarios por parte del Banco de México, derivados de ajustes contables por fluctuaciones del tipo de cambio, por un total de 239 y 321 millones de pesos, en cada año.
Según establece la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, buena parte de estos recursos se destinaron a disminuir el endeudamiento, lo que favoreció las operaciones de manejo de deuda y la mejora en los perfiles de pagos.
Pese a que el incremento de la deuda en el sexenio fue equivocado y preocupante, al pasar de 37.2 puntos del PIB en 2012 a 48.7 puntos en 2016, la administración de los pasivos se ha hecho de forma adecuada para aprovechar tasas bajas e incrementar los plazos con instrumentos con vencimientos mucho más amplios, explicó Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
"Si bien es cierto que se endeudó mucho, también es cierto que se cuenta con una estructura de deuda relativamente sana", señaló el especialista.
En su último Informe de Finanzas Públicas, Hacienda señala que las operaciones de colocación y permuta de valores, es decir el cambio de bonos próximos a vencer por otros con vencimientos más alejados, han permitido una disminución de 51 mil 211 millones de pesos en la parte interna de la deuda del Gobierno federal.
El proceso de administración de la deuda, según explicó Villarreal, comenzó desde el sexenio anterior, pero se ha logrado consolidar con el buen manejo de los vencimientos a través de las permutas, recompras y colocaciones oportunas realizadas en los últimos años.
Para el especialista, el nivel actual de la deuda es cuestionable y equivocado, pero la mejora en el manejo de los pagos podría constituir uno de los aciertos de la administración que está por terminar.
"Tomaron tasas de interés baratas y aprovecharon las condiciones para colocar papel en plazos muy largos", dijo.
En buena medida, detalló, la mejora en el perfil de vencimientos atiende a que el equipo de Hacienda dedicado a esta tarea ha vencido una curva de aprendizaje importante en el uso y administración de pasivos, al mismo tiempo que los mercados en México han evolucionado.
Por esta razón, agregó, resultaría preocupante que con el cambio de administración el equipo se renueve completamente y se pierda gran parte de la experiencia adquirida.
El manejo de pasivos, indicó, es una tarea delicada debido a que una pequeña variación, tanto en tasas como en los plazos, puede representar fuertes presiones en el costo financiero de la deuda, por lo que es importante asegurarse de que verdaderos especialistas estén a cargo de esta labor, señaló Villarreal.
Reforma
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