Morena se las cobra al PRI; inicia 'régimen distinto': Muñoz Ledo
Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres recibieron el Sexto Informe de Gobierno de manos del titular de la Segob, Alfonso Navarrete Prida. |
Tania Rosas y Vanesa Alemán
CIUDAD DE MÉXICO.
Si bien este sexenio inició con un Congreso plural que permitió al presidente Enrique Peña Nieto concretar 14 reformas estructurales, cerrará con un Legislativo opositor, que ahora controlará la glosa del VI Informe de Gobierno y definirá la agenda de los últimos tres meses del PRI en el gobierno federal.
En la instalación de la LXIV Legislatura se confrontaron las visiones de la actual administración y la entrante, la del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Al dar el posicionamiento del PRI, la senadora Claudia Ruiz Massieu afirmó que en su partido no son mercenarios de la política que cambian de lealtades, proyecto e ideología tan pronto como el poder pasa a otras manos. Intentó continuar, pero la callaron a gritos.
Los legisladores de Morena y sus aliados, de forma ensordecedora, le contaron del uno al 43, en referencia a los normalistas de Ayotzinapa.
“Se necesita muy poca vergüenza para venir a decir aquí que por décadas han servido al país cuando se han servido del país y lo han saqueado. Entregan un país en ruinas”, le reviró Mario Delgado, líder de los diputados de Morena.
Para Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, inicia un “régimen distinto”.
“Subrayo en esta ocasión la palabra honorable porque pretendemos que el Poder Legislativo sea motivo de honor y no de vergüenza para nuestros compatriotas”, exclamó.
Morena expropia resto del sexenio
Chocan las fuerzas en el Congreso ante las distintas visiones de país.
La LXIV Legislatura tiene un rostro diferente al de hace seis años. El sexenio inició con un Congreso plural que permitió al presidente Enrique Peña Nieto construir 14 reformas estructurales, pero cerrará con un Senado y una Cámara de Diputados opositores, que controlará la glosa del VI Informe de Gobierno y definirá la agenda de los últimos tres meses del gobierno federal.
Aunque ayer San Lázaro se tiñó de guinda, no fue obstáculo para que se confrontaran las visiones del gobierno en turno, de Peña Nieto, y el del entrante, de Andrés Manuel López Obrador.
Claudia Ruiz Massieu se encargó de enfrentar a la mayoría morenista. La senadora y líder nacional del PRI subió a tribuna a advertir que ellos no son mercenarios de la política, que cambien de lealtades, de proyecto e incluso de ideología tan pronto como el poder cambia de manos. Intentó continuar, pero la callaron.
Morena y sus aliados, incluso los del PRD, se levantaron de su curul y de forma ensordecedora contaron del uno al 43 y exigieron justicia, en referencia a los 43 normalistas de Ayotzinapa. Ruiz Massieu sólo observó, los dejó terminar y continuó.
“Los priistas no somos mercenarios de la política”, dijo y enseguida se escuchó un “noooo” irónico.
Ella sonreía ante las burlas y críticas, pero se encargó de dejarle claro a Morena que el tricolor pagó los costos políticos de la Reforma Hacendaria, la Energética y otras leyes que les van a servir de andamiaje a la hora de que López Obrador y Morena asuman la responsabilidad de ser gobierno.
Aclamado, Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, se encargó de responderle a la sobrina de Carlos Salinas de Gortari: “O estamos en la noche de los cínicos o parece que aquí hay varios partidos que no entendieron el mensaje. Se necesita muy poca vergüenza para venir a decir aquí que por décadas han servido al país cuando se han servido del país y lo han saqueado. Entregan un país en ruinas”.
Su discurso lo selló una multitud que gritaba con efusividad: “¡Es un honor estar con Obrador!”.
Los enfrentamientos se dieron a pesar de que el presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, se dirigió al Honorable Congreso:
“Subrayo en esta ocasión la palabra honorable, porque pretendemos que el Poder Legislativo sea motivo de honor y no de vergüenza para nuestros compatriotas”, dijo.
Un grupo parlamentario que estuvo entre la espada y la pared fue el PVEM. Carlos Puente, diputado y líder nacional del Verde, elogió a Peña Nieto, le llamó valiente, líder, un verdadero jefe de Estado, lo que le valió chiflidos y abucheos al grito de “¡fuera!”.
Los priistas le aplaudieron, pero se les borró la sonrisa cuando Puente reconoció el liderazgo de López Obrador y le tendió la mano. No hicieron gestos, sólo Enrique Ochoa se reía.
Otro que se subió al ring fue Dante Delgado, senador de MC, quien le exigió a los morenistas no ser serviles al Ejecutivo, no caer en lo que tanto han criticado.
Los morenistas habrán hecho su primera traición al pueblo si no revierten el gasolinazo, expresó.
Encarrilado, Juan Carlos Romero Hicks, coordinador del PAN en San Lázaro, lanzó dardos envenenados contra los delegados estatales nombrados por el presidente electo; su bancada aplaudió.
“Queremos advertir un desacuerdo con la visión retrógrada del próximo gobierno, que (...) se trata de una visión decimonónica, de una visión que intenta desconocer la soberanía de cada entidad federativa”, sentenció.
Sesión para la historia
Porfirio Muñoz Ledo ha sido inquilino de San Lázaro hace décadas.
Al inicio de la sesión, y ante los titulares del INE y del TEPJF, Porfirio Muñoz Ledo recordó que, justamente hace 30 años en San Lázaro, se dio el primer reclamo parlamentario a un Presidente de la República.
No lo dijo, pero justamente fue Muñoz Ledo quien increpó por primera vez a un entonces todopoderoso Presidente priista, a Miguel de la Madrid, durante su sexto Informe de Gobierno.
Peña: México, sólido; va la refundación: Muñoz Ledo
El presidente Enrique Peña Nieto entregó su sexto y último Informe de gobierno a la nueva legislatura del Congreso de la Unión, cuya avasalladora mayoría lopezobradorista proclamó ayer la refundación de la República y el comienzo de la cuarta transformación.
“Vivimos hoy la refundación de la República. El pueblo de México nos ha otorgado a todos sus representantes el mismo mandato, aunque en funciones diferentes: la cuarta transformación del país”, remarcó el presidente del Congreso General, Porfirio Muñoz Ledo, desde la tribuna parlamentaria.
Tras recibir el informe de Peña Nieto por conducto del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, el legislador de Morena reinició la sesión y en un mensaje señaló que, al comenzar la 64 Legislatura, inició también un régimen distinto, basado en la búsqueda incansable del consenso.
“La reconciliación es un método para construir juntos, pero no un subterfugio para olvidar. Nadie puede abolir la historia, ejercemos tanto el derecho a la memoria como el don de la tolerancia y acatamos el imperativo de la justicia. ¡Esta es la hora cero de la nueva República!”, expresó.
“REFORMAS, BENÉFICAS”
Antes, en un acto protocolario de apenas seis minutos, Navarrete Prida cumplió el mandato constitucional del Ejecutivo de entregar al Congreso por escrito su Informe anual de gobierno.
En el resumen ejecutivo del documento, Peña Nieto sostuvo que, a tres meses de que concluya el mandato del actual gobierno, los datos consignados acreditan que, si bien persisten desafíos importantes, México ha tenido logros significativos en cada una de las metas que han orientado la gestión pública desde el 1 de diciembre de 2012.
“En el marco de todos estos esfuerzos, al término de esta administración habremos concluido más de 95 por ciento de los compromisos que asumí, a lo largo y ancho del país, durante la campaña presidencial de 2012”, señaló.
Subrayó que las reformas estructurales aprobadas como resultado del diálogo con las principales fuerzas políticas e instrumentadas a lo largo del sexenio han establecido bases sólidas para el desarrollo económico, político y social de México durante las próximas décadas, y ya han comenzado a producir sus primeros resultados en beneficio de nuestra sociedad”, indicó.
Según afirmó el mandatario, el gobierno de la República ha trabajado durante seis años para cumplir los compromisos establecidos en beneficio de la ciudadanía, consolidar una sociedad de derechos y libertades, y establecer una plataforma firme para el futuro desarrollo de nuestro país.
Entre los avances en materia de seguridad, el Presidente de la República enumeró el fortalecimiento de la coordinación operativa entre órdenes de gobierno hasta la prevención social de la violencia y el delito.
No obstante, reconoció, es indudable que aún falta mucho por hacer para garantizar la seguridad de la población en todas las entidades federativas del país.
En el ámbito político hizo destacar las reformas al régimen electoral para establecer principios como la paridad de género en las candidaturas al Congreso de la Unión y legislaturas estatales, mientras en lo social subrayó los avances de la Estrategia Nacional de Inclusión para abatir las carencias y disminuir la pobreza extrema.
Al comienzo de la sesión de Congreso General en el recinto de San Lázaro, el legislador petista Gerardo Fernández Noroña pidió una moción para solicitar el presidente Peña Nieto suspender el acto convocado para mañana en Palacio Nacional con motivo de su Informe de gobierno.
“Eso es una ofensa a esta soberanía, porque el Informe es a esta representación del pueblo; yo quiero pedirle, a nombre de esta soberanía, que le pida al presidente Peña Nieto que suspenda esa reunión. El Informe es aquí, según el artículo 69 constitucional, y por supuesto que el 1 de diciembre que el Presidente acuda a esta soberanía lo vamos a tratar con absoluto respeto, pero le pedimos reciprocidad y respeto a esta soberanía”, dijo desde su curul.
Muñoz Ledo le ofreció transmitir la moción al mandatario por los conductos correspondientes.
“LEGISLATIVO DE HONOR”
La sesión de Congreso General abrió ayer con un quórum de 401 de los 500 diputados federales y 87 de los 128 senadores.
En ese contexto, el diputado presidente, Porfirio Muñoz Ledo, sostuvo que la pretensión del nuevo Congreso es que el Poder Legislativo “sea motivo de honor y no de vergüenza”.
Afirmó que con la 64 Legislatura se consuma la transición democrática iniciada hace 30 años por una ciudadanía emergente, sus organizaciones y la oposición política al antiguo régimen.
Ofreció así un parlamento abierto a las necesidades y a la participación de la gente: “Aquí tendrán cabida todas las demandas, pero no se perseguirá protesta alguna”.
Acompañado por el también legislador lopezobradorista, Martí Batres, presidente del Senado de la República, Muñoz Ledo decretó previamente un receso en la sesión de Congreso General para recibir el Informe presidencial.
El responsable de la política interna, Alfonso Navarrete Prida, hizo entrega del Informe, así como un resumen ejecutivo y los anexos estadísticos correspondientes.
Dijo que los secretarios de Estado y titulares de entidades públicas estarán atentos al análisis del documento en el Congreso de la Unión y en disposición para cualquier información adicional o comparecencia que les requieran.
Muñoz Ledo hizo notar la ausencia del Presidente de la República en la sesión de Congreso General, aun cuando la Constitución no le obliga a entregar personalmente su Informe.
Añadió que los presidentes de las cámaras legislativas sí acompañarán al presidente Peña Nieto en su mensaje de mañana en Palacio Nacional, así como en las celebraciones con motivo de las fiestas patrias.
“Nosotros sí pensamos acudir a las celebraciones patrias y a su Informe de gobierno, pues no queremos interrumpir ni por ningún instante la secuencia histórica y constitucional de la República”, dijo.
Acto seguido, Muñoz Ledo y Batres se encaminaron al recinto de San Lázaro para reiniciar la sesión de Congreso General y dar paso a los posicionamientos políticos de las ocho fracciones parlamentarias, así como del senador sin partido Emilio Álvarez Icaza.
Entre el poder y la costumbre de protestar
El patriarca de la reforma del Estado, Porfirio Muñoz Ledo, habla a la horda parlamentaria, a la mayoría de Morena en el Congreso, a la izquierda atrapada en su costumbre de protestar, repudiar y descalificar, que aún no asume que ya está en el poder. Sacan cartulinas y leyendas en hojas de cuaderno, como antes.
En la enésima moción de orden, Muñoz Ledo, presidente del Congreso, dice a los suyos, los morenistas: “Hemos trascendido una época electoral. Estamos en la hora de la reconstrucción nacional, no de una democracia colérica”.
La senadora Claudia Ruiz Massieu (PRI) ha hecho la cuarta pausa en el mensaje para que nuevamente el tribuno, ideólogo, sepulturero del viejo régimen, imponga el orden roto por la mayoría de Morena, que está desatada con abucheos a Enrique Peña Nieto, si se le menciona —“¡Asesino!, ¡asesino!”—, que es repelente a los priístas —“¡Corruptos!”— y refractaria a lo que dice la opositora —“¡Mentirosa!”—. Están incontenibles y corean la enumeración que concluye en 43 y alzan la consigna: “¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!”. Para enfriar la voz del encono, ha intervenido Muñoz Ledo.
Así llega Morena al día de su instalación como todo poder en las dos cámaras del Congreso de la Unión. El 1 de julio fueron los vencedores, los que escriben la historia, y si quieren podrán reescribir la que hoy se cuenta, en la cual figura ese joven el de más edad en el salón de sesiones, Muñoz Ledo, que interpeló solitario al presidente Miguel de la Madrid, en 1988, en su último informe, y fue atacado a patadas en su luneta por priístas coléricos en el Palacio de Bellas Artes.
Al recibir el Informe, Muñoz Ledo envía un saludo a Enrique Peña Nieto y dice al secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida: “Dígale que nosotros sí pensamos ir a las celebraciones patrias y a su Informe de Gobierno”.
El presidente del Senado, Martí Batres (Morena), va con Muñoz Ledo de regreso al salón de sesiones. Van con brazos entrelazados, seguido de los integrantes de las mesas directivas, de las diversas bancadas. Dan imagen de institucionalidad.
Reanuda la sesión. El senador Emilio Álvarez Icaza reclama el derecho de hablar. Muñoz Ledo tiene que endurecer la voz, porque su expresión es dulce y con la lucidez mental característica suya, niega la petición. “No nos separemos de la ley, que es el mayor vicio que hemos cometido”, propone.
El siguiente incidente lo pone Fernández Noroña. “Pídale [a Peña Nieto] que suspenda esa reunión”. El presidente del Congreso concluye: “Ya escuchamos su opinión”.
Renace el desorden. Siempre en la amplia extensión morenista. Uno ofrece su ayuda, desde el flanco del PRD que quedó en la derecha del salón. “Agradezco, pero no lo necesito tanto”, señala el político de miles y miles de batallas, con una certeza: “La conducción [de la sesión] es exclusiva del presidente del Congreso”. Ha hablado con energía.
Pone luz en esta encrucijada en la que están sus huestes, a las que pedirá que sean maduras: “Esta es la hora cero de la nueva República”.
Pero no oyen. Morena trae una nutrida sección de ruidosos imparables, que recuerdan ese bloque priísta que se afamó con el mote de Bronx. No paran de gritar a los antagónicos y de aplaudir a la mínima mención de Andrés Manuel López Obrador.
Las otras bancadas quedaron reducidas por el resultado electoral. Un morenista tiene la curul de mayor poder. Es Mario Delgado. En el pasillo central son morenos. En la fila uno, hoy se sientan los hombres del poder verdadero: el senador Ricardo Monreal y Olga Sánchez Cordero celebran el discurso y el tono del joven de izquierda. Mientras, la mayoría de Morena se aplasta en el entusiasmo que genera su porra de identidad: “¡Es un honor estar con Obrador”.
Eso dan en la hora cero.
Trump ya ve nuevo TLCAN sin Canadá
El presidente de EU amenazó con dejar fuera del nuevo tratado a su vecino del norte, pues "no existe necesidad". "Si no hay trato justo, Canadá está fuera", dijo. En tanto, Marcelo Ebrard, próximo canciller, confió en que lleguen a un acuerdoRELACIÓN. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte entró en vigor el 1 de enero de 1994, aunque se firmó en 1992. FOTO: AFP |
EFE, AP Y AFP
WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer que no existe “necesidad política” para incluir a Canadá en el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), después de que EU lograra la semana pasada un acuerdo con México.
No hay necesidad política para mantener a Canadá en el nuevo acuerdo del TLCAN. Si no hacemos un trato justo para EU después de una década de abuso, Canadá estará fuera”, señaló Trump en Twitter.
Sin embargo, el mandatario estadounidense comunicó después al Congreso que dejaba la puerta abierta a un acuerdo con el vecino del norte en los próximos 30 días, y amagó con “simplemente poner fin a todo el TLCAN” si el Congreso interfiere en el asunto.
De acuerdo con el magnate, el TLCAN fue uno de los peores acuerdos comerciales jamás hechos, pues con la entrada de este, EU perdió miles de negocios y millones de empleos.
Estábamos mucho mejor antes del TLCAN, nunca debería haber sido firmado”, añadió.
Las negociaciones para mantener a Canadá en el pacto se reanudarán esta semana. Washington y Ottawa están tratando de resolver discrepancias como la de la industria láctea canadiense y los intentos estadounidenses de proteger a ciertas empresas farmacéuticas.
El viernes pasado vencía el plazo dado por el mandatario estadunidense para que Canadá se sumara a un acuerdo previo alcanzado con México, el tercer país que integra el TLCAN, pero tras una maratónica negociación durante toda la semana, los dos países no llegaron a un acuerdo.
En tanto, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá argumentó que continúan trabajando para formar un tratado que sea bueno para la clase media y para la que está laborando para incorporarse.
Si hay buena voluntad y flexibilidad de todas las partes, se podrá lograr un resultado en que ganen todos. Y por supuesto Canadá sólo firmará un acuerdo que sea bueno para Canadá”, añadió.
Por su parte, Marcelo Ebrard, propuesto como próximo canciller por Andrés Manuel López Obrador, confío en que EU y Canadá lleguen a un acuerdo en las negociaciones del TLCAN, con el fin de mantener un acuerdo trilateral. “Estamos esperando a que haya un avance para meternos. México llegó a un entendimiento, pero los temas que tenemos con EU son distintos a los de Canadá, son agendas diversas”, comentó.
Navarrete Prida entrega el Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña
Alejandro Páez
El presidente del Congreso de la Unión y de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, recibió de manos del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, en calidad de representante del presidente Enrique Peña Nieto, el Sexto Informe de Gobierno acerca del estado que guarda la Administración Pública Federal y consideró que con este acto culmina la transición a la democracia.
“Ésta es la hora cero de la nueva República”, aseguró ante los 500 diputados y 127 senadores presentes en la sesión de Congreso General que se realizó en el Palacio Legislativo de San Lázaro que sirvió de marco para la entrega del VI Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
La ceremonia de entrega-recepción se celebró en el Salón de Protocolo “C”, del Palacio Legislativo de San Lázaro, donde Navarrete Prida entregó dicho informe donde resaltó que contiene resultados de los programas y acciones del Gobierno de la República en el periodo comprendido del primero de septiembre de 2017 al 31 de agosto del presente año y se integra por tres documentos: el Informe, el Resumen Ejecutivo y los Anexos Estadísticos.
Muñoz Ledo no desaprovechó la oportunidad para criticar la ausencia del presidente Peña Nieto a la apertura de Sesiones y entregar personalmente su Informe, lo que coloca a México —dijo— en una situación diferente a todos los regímenes políticos del mundo.
Sin embargo, reconoció que el titular del Ejecutivo está autorizado a ello por un arreglo constitucional, pero consideró que corresponde al poder constituyente corregir esa situación.
Muñoz Ledo pidió a Navarrete Prida comunicar al titular del Ejecutivo federal que “nosotros sí pensamos acudir a las celebraciones patrias y a su Informe de Gobierno.
“No queremos interrumpir ni por ningún instante la secuencia histórica y constitucional de la República”, estableció.
Ya en la sesión, Muñoz Ledo recordó que fue en septiembre de 1997 cuando por primera vez llegó una mayoría opositora al Congreso de la Unión e incluso un día como este 1 de septiembre, pero de 1988, en este mismo Salón de Plenos se dio la primera interpelación a un Presidente luego del fraude electoral de julio de ese año.
En ese sentido aseguró que esta Legislatura también está llamada a hacer historia y realidad la transformación por la que votó la mayoría de los ciudadanos.
“Vivimos hoy la transformación de la República, el pueblo de México nos ha otorgado a todos los representantes el mismo mandato, con funciones diferentes, la cuarta transformación del país”, dijo.
Arranca la LXIV Legislatura con fuerza y rispidez
En la intervención de Claudia Ruiz Massieu, legisladores interrumpieron con un conteo del 1 al 43 exigir justicia por Ayotzinapa / Roberto Hernández |
Gabriel Xantomila / Enrique Hernández / Gabriela Jiménez
En una sesión protocolaria de apertura de sesiones y de recibir el Sexto y último Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, Muñoz Ledo adelantó que la tarea es inmensa; “edificar un andamiaje jurídico fino de la sociedad mexicana y garante de la fortaleza nacional”.
“¡Esta es la hora cero de la nueva República!” y “¡no hay poder superior a nosotros!”.
Ese fue el mensaje contundente de Porfirio Muñoz Ledo durante la Sesión de Congreso General en la Cámara de Diputados. Nos enfrentamos a un desafío constituyente para el que necesitamos como nunca firmeza en las convicciones y un gran suplemento de voluntad. “Que el Poder Legislativo sea motivo de honor y no dé vergüenza”, aseveró el presidente de la Mesa Directiva.
Pero no fue exenta de reclamos, de gritos y de apegarse al reglamento parlamentario. A Muñoz Ledo lo increparon y respondió con energía; y pasó la prueba de conducir en buenos términos una asamblea con presión.
En cambio, los pronunciamientos de la oposición en las voces del PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD, fue crítica y exigente para que se cumplan las promesas ofrecidas en materia de corrupción, erradicar pobreza, reversa al gasolinazo, aumentar los salarios, acabar con la inseguridad e impunidad.
“La oposición nunca ha sido grillete para contribuir”, dijo el coordinador de los diputados del PAN, Juan Carlos Romero Hicks; la priista Claudia Ruiz Massieu exigió honrar el mandato de la ciudadanía el pasado 1 de julio.
Romero Hicks acotó desde la tribuna que ser oposición nunca ha sido grillete para contribuir a lo que el país espera, por el contrario, “cuando hemos sido gobierno nuestra vocación y calidad parlamentaria son un impulso para las mejores condiciones”.
Anunció que el PAN trabajará para poner fin a la inseguridad y tener en paz al país, además de poner fin a los abusos del poder y terminar con la corrupción, así como cumplir el mandato ciudadano para erradicar la pobreza y la desigualdad.
En su oportunidad, la senadora Claudia Ruiz Massieu, a quien la mayoría de la asamblea le contó los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, afirmó que los representantes populares están ante el desafió de definir como honrar el mandato que se recibió el 1 de julio, por lo que pidió tener el nivel que merece el Congreso porque “somos parte de algo más grande que nosotros mismos o de nuestros partidos”.
Reclamó de Morena ser un contrapeso como Poder Legislativo, ya que deben estar conscientes que el Congreso es un poder autónomo, además de dejarles claro que ellos asumieron los costos de una reforma financiera que ahora habrían de disfrutar con finanzas pública sanas.
A su vez, el diputado y coordinador de Morena, Mario Delgado Carrillo apuntó que es tiempo de que sea el gobierno el que se ajuste el cinturón y ya no las familias mexicanas. Dijo que lo ocurrido el pasado 1 de julio les compromete a ser un Congreso con soberanía y ser efectivos en el trabajo.
El objetivo es poner el bienestar de la gente como eje de todas las políticas públicas.
Dante Delgado Rannauro, coordinador en el Senado de Movimiento Ciudadano, destacó que hoy la nueva mayoría es Morena, dar reversa al gasolinazo, está en sus manos y por eso le decimos al presidente electo: aquí están los votos de MC para que le cumpla a los mexicanos.
Mientras el PRD, en voz de su coordinador José Ricardo Gallardo Cardona, reclamó que se cumplan las promesas de campaña, “que no se repita el vicio de las mentiras y del engaño público como método para conseguir votos”.
Al mismo tiempo, el diputado del PVEM, Carlos Puente Salas reconoció el liderazgo y los importantes logros del presidente Enrique Peña Nieto, pero también el liderazgo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador y a los más de 30 millones de mexicanos que votaron por él, sin duda un triunfo histórico.
Por Encuentro Social, Sasil de León Villard, aseguró que no impondrán una sola visión y mucho menos se impondrán en su mayoría, por lo que llamó a todos a trabajar en favor de México. Y el coordinador del PT, Reginaldo Sandoval, dijo que han adquirido un enorme compromiso con el pueblo, por lo que refrendó su postura de defensa de los derechos humanos.
Al mismo tiempo, el temple y la experiencia de Porfirio Muñoz Ledo salió a flote cuando el diputado Gerardo Noroña lo increpó por el Informe de Peña Nieto mañana lunes; y los reclamos del senador Emilio Álvarez Icaza y del diputado Oscar González Yañez.
“No hay poder superior a nosotros, pero desde la Constitución de Apatzingán inspirada por Morelos, este es el órgano creado y reformador del Estado”.
Ante una asamblea expectante y atenta, el líder cameral dijo que le conmueve el fervor y la esperanza de los legisladores, particularmente de los más jóvenes; me entusiasma la composición del Congreso, la mayor participación de mujeres alcanzada en la historia. Son los depositarios de los más profundos anhelos del pueblo mexicano.
Destacó que la reconciliación es un método para construir juntos, pero no un superfluo para olvidar. “Nadie puede abolir la historia, ejercemos tanto el derecho a la memoria como el don de la tolerancia y acatamos el imperativo de la justicia”.
Refrendó la tarea de reconstruir las instituciones nacionales conforme a principios de austeridad, honestidad, transparencia, rendición de cuentas e integridad política. Este será un parlamento abierto a las necesidades y a la participación de la gente, dijo.
“Aquí tendrán cabida todas las demandas y no se perseguirá protesta alguna. La Constitución de la Ciudad de México y sus leyes garantizan, es justamente el derecho a la protesta”.
Nos guiaremos, dijo el líder cameral, por un bicameralismo respetuoso, ágil y eficaz. Iniciamos un régimen distinto basado en la búsqueda incasable del consenso, porque deseamos llevar al país aún estadio superior de convivencia plural, inclusión social y pleno ejercicio de la soberanía popular.
Memorizó que después de muchos años hay comicios libres, auténticos y universalmente reconocidos; el anhelo ancestral de los mexicanos por sufragio efectivo. Hoy se consuma la transición democrática iniciada hace 30 años por una ciudadanía emergente.
Hay leyes, dijo, que están escritas no solo con tinta, sino también con sangre –parafraseando a Jaime torres Bodet-. Es el caso por antonomasia de las normas electorales y de representación política que logramos merced a perseverantes manifestaciones y arduas negociaciones.
Recordó que en 1988 surgió aquí el primer reclamo parlamentario de cara al Ejecutivo federal en contra del “grotesco fraude electoral perpetrado y cometido por el Gobierno. Tiempo después tuvieron que incinerar las urnas y las boletas para desintegrar el cuerpo del delito”.
Escaramuzas en tribuna y curules signan el inicio de la 64 Legislatura
El PRI tiene el mayor oficio político: Ruiz Massieu; es noche de cínicos, dice Delgado
Protestas por la desaparición de los 43 normalistasFoto Yazmín Ortega Cortés |
Integrantes de la bancada priísta en San Lázaro.Foto Yazmín Ortega Cortés |
Arturo Cano
El coordinador de la mayoría en la Cámara de Diputados baja en hombros de la tribuna. La ovación de los morenistas se prolonga hasta que llega a su lugar, en el centro del salón de sesiones, el sitio predilecto de la burbuja, como se conoce al punto donde se sientan el coordinador de la bancada mayoritaria y los legisladores más influyentes: ¡Mario, Mario, Mario!, echan porras los diputados de Morena, duramente criticados en estos días por corear ¡Obrador, Obrador! (la memoria política es tan flaca que a los críticos no les alcanzó para recordar los ¡Peña, Peña, Peña! de hace seis años).
Mario Delgado, colimense, antiguo colaborador de Marcelo Ebrard aunque hace tiempo dejó de ser parte de cualquier grupo que encabece el ex jefe de Gobierno, es rudo en un discurso de izquierda, un tono que no le es natural –es más un tecnócrata que un tribuno de la siniestra– pero que resuelve con eficacia.
El blanco de Delgado es Claudia Ruiz Massieu, la presidenta del PRI, quien poco antes subió a la tribuna en representación de las escuálidas bancadas del tricolor para decir, en pocas palabras, que su partido es tan grande que se despide dejando la mesa puesta al siguiente gobierno con las reformas estructurales. Firmes cimientos para que los morenistas construyan, podría resumirse el discurso de la sobrina de Carlos Salinas.
Entregan un país en ruinas; esta es una noche de los cínicos, responde Mario Delgado. Y más: La gente votó contra las reformas estructurales.
Es de suponerse que Delgado excluye de ese juicio a la reforma educativa que él, como senador, votó a favor. Pero no. Más adelante reiterará: Impulsaremos una verdadera reforma educativa de la mano de los maestros (deshacer en la cámara baja lo que hiciste en la cámara alta, se llama el juego).
Ruiz Massieu sólo mencionó una vez, y como por no dejar, al presidente Enrique Peña Nieto. Ni falta que hacía. La encendida defensa de Peña había sido hecha en el arranque de la sesión y corrió por cuenta de Carlos Puente, quien en nombre de ese club de mirreyes llamado Partido Verde dijo que el liderazgo de Peña sólo tiene espejo en el de Andrés Manuel López Obrador. ¡No compares!, le gritaron desde la bancada de Morena una de las muchas veces que fue interrumpido.
La eficaz oratoria de Ruiz Massieu no se corresponde con la fuerza legislativa de su partido, que tiene lugar en la mesa directiva sólo gracias al éxodo de legisladores del Partido del Trabajo (PT) hacia Morena. Ni con los resultados electorales del tricolor ni con la valoración social de una marca que incluso Peña Nieto sueña desaparecida.
Pero Ruiz Massieu no está para empequeñecer más a su vapuleado instituto: Somos un partido, seremos una oposición valiente, crítica y constructiva, jamás testimonial ni abyecta ni complaciente. Y más, ya instalada en la soberbia de quien no termina de asimilar el golpe, presume frente a los desconocidos de Morena: Representamos el mayor oficio político y parlamentario del país. Tómenla, novatos.
Con una carpeta enorme bajo el brazo, que documenta todas las veces que los legisladores del tricolor rechazaron iniciativas de Peña Nieto, la presidenta del PRI sigue con las lecciones a Morena: “Ustedes pertenecen al partido que gobernará, pero pertenecen a un poder autónomo e independiente, en una democracia auténtica como la que ustedes prometieron, el Poder Legislativo es contrapeso y eso incluye a los grupos parlamentarios oficialistas…”
El acuse de recibo de Morena son chiflidos, mentadas y, finalmente, el conteo del uno al 43 que recuerda simultáneamente a los estudiantes de Ayotzinapa y la crisis de derechos humanos que deja el partido responsable que se despide del poder.
Memorias de Muñoz Ledo
Cuando da lectura a su mensaje de presidente de la mesa directiva, Porfirio Muñoz Ledo arrastra la edad en las palabras. Pero cuando se trata de esgrima legislativo, de conducir la asamblea, la vitamina del poder hace lo suyo y vuelve el político sagaz, el que ha visto pasar –muchas veces como actor central– la historia reciente.
Aquí, recuerda el ajonjolí de todos los moles, se dio el primer reclamo frente al presidente y en contra del grotesco fraude de 1988. Aquí, en San Lázaro, en 1997, se vivió el fin de la mayoría del PRI, un momento luminoso que luego fue anulado por la frivolidad y la entronización de la partidocracia
Antes de la sesión, la llegada de los coordinadores parlamentarios o de los legisladores con fama convoca cámaras y micrófonos. El actor Sergio Mayer compite en reporteros interesados con el coordinador de los senadores Ricardo Monreal.
Miguel Ángel Mancera, coordinador de la pequeña bancada de un partido al que no ha tenido la gentileza de afiliarse, llena de lugares comunes las grabadoras de los reporteros: no seremos un obstáculo innecesario, afirma, en su afán de agregar definiciones a la jerga parlamentaria.
Ya instalada la sesión, el primero en solicitar la palabra es Gerardo Fernández Noroña, quien en su moción de orden solicita que Peña Nieto sea llamado a comparecer ante el Congreso, puesto que entregar el Informe por escrito es una ofensa a esta soberanía. Muñoz Ledo lo batea con facilidad.
Sigue en el micrófono Emilio Álvarez Icaza, quien solicita el uso de la tribuna para hablar en nombre de los legisladores independientes. Usted no es independiente, es senador sin partido, le dice Muñoz Ledo.
El ex alcalde de Metepec, el petista Óscar González Yáñez, sale al ruedo para apoyar a Álvarez Icaza. En el PT siguen enojados porque muchos diputados que llegaron bajo su bandera se pasaron a Morena. El berrinche agarra forma en la tribuna cuando el PT decide donar tres minutos de su tiempo a Álvarez Icaza, quien los dedica básicamente a pegarle a Peña Nieto y su desastrosa herencia. Ruiz Massieu rechazará poco después las amarguras personales del ex directivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Más con afán de figurar que por convicción profunda, el diputado perredista Antonio Ortega –hermano de Jesús, del mismo apellido– le reprocha a Muñoz Ledo haber concedido la palabra a Álvarez Icaza y algo dice de perderle el respeto.
Creo que el respeto que usted me tenía era demasiado frágil, responde Muñoz Ledo en medio una risotada general.
Dante Delgado, dueño de Movimiento Ciudadano, explica, como para sí mismo, lo que significa ser oposición en tiempos de la cuarta transformación.
El panista Juan Carlos Romero Hicks considera decimonónico el anuncio de los delegados estatales de López Obrador, aunque luego afirma que corresponde al siglo pasado. Eso sí, reconoce a sus oponentes cuando expresa una felicitación sincera a la izquierda mexicana y sus forjadores por esta victoria.
Tanto Muñoz Ledo como Delgado hablan de equilibrio y división de poderes, de un Congreso digno y vigilante del poder. Falta por ver si se hacen realidad las palabras de Muñoz Ledo, pronunciadas no ayer, sino en la misma fecha de 1997: “A partir de hoy, esperamos que para siempre, en México ningún poder quedará subordinado a otro’”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario