Los indígenas optaron por resguardarse en la comunidad Xuxchen, a unos ocho kilómetros de la cabecera municipal de Aldama.
De acuerdo con el agente rural municipal de Xuxchen, Santos Gómez López, los desplazados sobreviven con pocos alimentos debido a que no han podido trabajar sus tierras para la siembra de frijol y maíz, principal consumo de los tzotziles, y no cuentan con recursos económicos porque sus cafetales fueron destruidos.
“Necesitamos que nos ayuden con médicos, medicinas, colchonetas, cobertores y alimento para los niños y las mujeres, que son los que más sufren”, señaló la autoridad rural.
El presidente municipal de Aldama, Marcelino Patishtán, explicó que el dinero ha sido insuficiente para alimentar a los más de mil 300 desplazados. “Compré un poco de frijol y maíz, pero ya no hay dinero. Ya solicité despensas a Protección Civil, pero no me han dado respuesta”, lamentó el funcionario.
EL UNIVERSAL dio a conocer a finales del año pasado que grupos armados de Chenalhó ocasionaron el desplazamiento de más de 5 mil personas de varias comunidades de Chalchihuitán, y 11 muertos por la disputa de un territorio de bienes comunales que reclamaban como suyo los tzotziles de Chenalhó, cuyo propietario tuvo que ser definido por el Tribunal Agrario.
Durante más de dos meses, los indígenas tzotziles vivieron en la montaña a la interperie y con el apoyo unicamente de las colectas de la Diócesis de Simojovel.
Cuando el caso fue difundido, los desplazados recibieron el apoyo del gobierno estatal y las fuerzas federales. Actualmente, aún permanecen viviendo en campamentos cerca de 3 mil indígenas, pero sobreviven con el apoyo de las autoridades.
Conflicto añejo. De acuerdo con el representante de los desplazados, Cristóbal Santiz, el conflicto territorial data desde 1975, cuando se logró firmar el primer convenio reconcilatorio por la disputa de 60 hectáreas entre las dos comunidades (Aldama y Santa Martha) y se estableció el plano de tierras comunales.
En 1998, el Congreso del estado aprobó la remunicipalización y Aldama se separó de Chenalhó.
En 2008, los comuneros de Santa Martha interpusieron una demanda ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA) para recuperar las tierras, pero el resultado les fue adverso. El fallo otorgó a Aldama las 60 hectáreas y se ordenó a Santa Martha la indemnización de un millón 300 mil pesos.
En 2014, el conflicto subió de tono debido a que los comuneros de Aldama negaron a los de Santa Martha el aprovechamiento de un manantial de agua y éstos, en represalia, dañaron las siembras de cafetales y al sistema de suministro de agua.
El ataque contra la población de Aldama se recrudeció en 2016 con la quema de 7 viviendas, la destrucción de plantaciones, tala de árboles y el desplazamiento forzado de indígenas. Cristóbal Santiz explicó que recientemente las reuniones entre el gobierno de Chiapas y las partes en conflicto para llegar a acuerdos han sido nulas y en contraste, las agresiones con armas de fuego han ido en aumento. Abundó que el 2 de abril pasado fueron asesinados Manuel Gómez Pérez y sus hijos Alonso y José Antonio Gómez Hernández, de 17 y 11 años, al ser alcanzados por las balas del grupo armado de Santa Martha.
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