Pemex ganó dos bloques de aguas profundas en la Ronda 2.4 de manera individual, en los que estima invertir entre 150 y 200 millones de dólares para perforar un pozo en cada uno.
José Antonio Escalera, director de Exploración de la empresa del Estado, explicó que realizar un pozo exploratorio requiere entre 70 y 150 millones de dólares, recursos que provendría del presupuesto que tienen asignado.
"No son inversiones para explorar extraordinarias, son inversiones que están cubiertas en el techo que tenemos definido", señaló en entrevista.
Aclaró que una vez firmado el contrato tendrán la libertad de buscar una alianza con un tercero para estos bloques, los cuales tomaron con una regalía atractiva.
"Hay oportunidad de buscar socios, ya sea que los busquemos nosotros o nos vengan a ver", sostuvo el directivo.
Enfatizó que Pemex ha demostrado que sabe explorar en aguas profundas tras los descubrimientos de Trión, Nobilis, Maximino, entre otros.
Donde no tienen experiencia es en el desarrollo del bloque, es decir cuando se ponen en producción estos descubrimientos, además de que se requieren grandes inversiones.
"Sabemos hacer las exploraciones, no quiere decir que por eso ahora que ganamos estos bloques no vayamos a hacer un 'farm out', lo que sí es claro que nos falta desarrollar habilidades ya sea en el desarrollo del campo", dijo.
Además de este par de bloques que ganaron en solitario Pemex también se llevó otro par en consorcio, uno con la petrolera Shell y uno más con Chevron e Inpex.
En cada una de estas áreas también se comprometió la perforación de un pozo, pero en estos casos las inversiones dependerán del porcentaje de participación de cada petrolera, la cual no fue revelada por Pemex.
Escalera sostuvo que tienen cuatro años para perforar estos pozos, según lo que solicita la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Tras resultar ganadores el pasado 31 de enero el siguiente paso será firmar cada uno de los cuatro contratos con la CNH dentro de los próximos 90 días. Posteriormente trabajarán en el Plan de Exploración.
Norma Zúñiga/REFORMA
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