En febrero de 2015, Joaquín Gamboa Pascoe, entonces líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) -uno de los pilares del Partido Revolucionario Institucional (PRI)-, organizó un homenaje para sí mismo y develó una estatua en su honor, arropado por sus correligionarios.
Un año más tarde -en febrero de 2016- murió dejando una herencia a su esposa e hijos de no menos de 15.5 millones de dólares que ocultó durante años en paraísos fiscales.
"¿Qué? ¿Si los trabajadores están jodidos yo también?", solía responder cuando alguien lo interpelaba por sus autos de lujo.
Las finanzas del líder sindical estaban, en efecto, muy lejos del mundo de los trabajadores a los que representaba: sólo entre 2014 y 2015 -poco antes de su fallecimiento- recibió depósitos por millones de dólares en bancos de Alemania, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.
El nombre de este dirigente obrero, que inició su carrera en los sindicatos oficialistas desde la década de los 70 y representó a su partido en varias ocasiones como senador y diputado, fue localizado entre los 13.4 millones de registros revisados en el Paradise Papers, la nueva cobertura global organizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) con base en información conseguida por el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Los archivos involucraron operaciones de la firma de abogados offshore Appleby, así como información de registros de la propiedad en 19 países.
Desde 1982, Gamboa Pascoe creó en Islas Caimán el fideicomiso Burma 2000 como una fachada para ocultar los movimientos de efectivo en Karin Corporation, una offshore panameña. Ambas funcionaban como capas de una cebolla: una escondía a la otra.
En ese año, el líder sindical surgido de la industria textil terminaba su primer periodo como integrante de la Cámara alta, el más importante de su trayectoria política, pues en ese tiempo llegó a ser presidente de la Gran Comisión del Senado y líder de la bancada del PRI. Era el fin del sexenio de José López Portillo, uno de los gobiernos más cuestionados por actos de corrupción.
En noviembre de 2007, el despacho Appleby recibió una carta firmada por Alejandro Gamboa, hijo del líder obrero, pidiendo que cancelaran el fideicomiso en Islas Caimán. La sociedad panameña aún está abierta.
Este dirigente obrero no fue el único mexicano que apareció en el Paradise Papers, existen otros -empresarios en su mayoría- quienes llevaron sus inversiones en paraísos fiscales.
Durante más de un año, 380 periodistas de 67 países revisaron esos documentos, entre ellos quienes trabajan para Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
En los "Paradise Papers" aparecen Javier Miguel Afif, empresario vinculado a gobiernos del PRI; Pedro Aspe, ex Secretario de Hacienda; Alejandro Gertz, ex titular de la SSP con Fox, y Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo.
Utilizan mexicanos escondites fiscales
Los negocios de los mexicanos localizados en paraísos fiscales están esparcidos, en su mayoría, en Bermudas, Islas Caimán, Barbados y Malta, según los documentos contenidos en el Paradise Papers.
En contraste con los millonarios flujos de dinero mexicano que han pasado por esos paraísos fiscales, la recaudación del Servicio de Administración Tributaria (SAT) es mínima: en los últimos 15 años se cobraron 7 mil 466 millones de pesos por Impuesto sobre la Renta (ISR), cifra equivalente a la derrama económica que dejaron los turistas en las últimas vacaciones de Semana Santa.
El monto de la recaudación entre 2003 y 2017 palidece aún más con otro de los hallazgos; Marcial Maciel y la congregación de Los Legionarios de Cristo montaron una estructura fiscal en Bermudas e Islas Vírgenes, en la que incluyeron a los rectores de sus universidades en México y mediante la cual pudieron esconder sus ganancias de dos décadas a través de cuentas bancarias en Estados Unidos.
Un caso más detectado en la investigación incluye cuatro compañías abiertas por dos futbolistas mexicanos, seleccionados nacionales de Primera División, en Malta, una de las zonas consideradas más opacas y uno de los paraísos fiscales más socorrido en Europa.
De hecho, esa pequeña isla alberga a por lo menos 100 compañías mexicanas.
Malta nunca ha firmado un acuerdo de colaboración con México para el intercambio de información fiscal, a diferencia de otros países en la misma situación con privilegios fiscales como podrían ser las Islas Caimán o Barbados, según datos oficiales obtenidos por MCCI.
La mayor recaudación del fisco mexicano sobre el dinero que sus contribuyentes circularon por paraísos fiscales fue en el año 2016 por 2 mil 300 millones de pesos. En ese año, se publicó el Panama Papers. La aparición de por lo menos 31 empresas permitió al SAT recuperar 300 millones de pesos.
REFORMA
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