viernes, 20 de octubre de 2017

Suplican a Ejército no destruir cultivos.



El Ejército está destinando miles de elementos, aeronaves, vehículos y recursos para erradicar cultivos de amapola en el Triángulo Dorado, Guerrero y otros estados.

En la Sierra de Chihuahua, personal de la 42 Zona Militar destruye sembradíos de adormidera a un ritmo de 300 plantaciones cada día.

En medio de un paisaje de pinos y encinos, a 15 kilómetros de Guachochi, en el corazón de la Sierra Tarahumara, una treintena de soldados de la Base de Operaciones 76-Brasil arranca a mano limpia las matas de adormidera en un cultivo del tamaño de una cancha de fútbol.

Los hombres bajo el mando del teniente Luis Enrique Trujillo llevan un mes viviendo en un campamento enclavado en el bosque de coníferas. Los días los pasan esperando los mensajes en el radio Harris Falcon 02 con las coordenadas de los plantíos detectados en sobrevuelos de helicópteros M2, apodados Mosquitos. 

Así un día tras otro.

El miércoles 18 les dejaron un mensaje junto a las plantas con las bulbos al punto para ser rayadas y extraer la goma de opio. No se trató de un mensaje con amenazas como los que deja el narco junto a cuerpos descuartizados en Guerrero, San Luis Potosí o Veracruz, sino una súplica, un lamento.

"No me tumben por fabor", decía la nota escrita con faltas de ortografía en una arrugada hoja de papel rayado de un cuaderno. "No tengo ni para comer mis ijas ni trayn zapatos".


"Son de las cosas que te parten el corazón", dice el coronel Vicente Javier Mandujano, comandante del 76 Batallón de infantería, a cargo de todas las operaciones en Guachochi y otros 13 municipios del sur de Chihuahua.

Pero Mandujano, Trujillo y los otros elementos de la Base Brasil, que se parten la espalda arrancando amapolas con 15 kilos de equipo a cuestas, dicen que el esfuerzo y sacrificio valen la pena.

"Estamos haciendo un bien a México", señala Trujillo con seguridad mientras a su espalda se queman la matas en una enorme hoguera improvisada por sus elementos en minutos.

"Es por el bien de México, para que esta droga no llegue a los jóvenes", explica el coronel Mandujano, quien no tiene duda de que la guerra contra el narco, al menos en Guachochi, se está ganando.

El comandante de la 42 Zona Militar, General Martín Salvador Morfín Ruiz, destina gran parte de sus hombres a las labores de erradicación.

En un charla con la prensa, el General dijo que tan sólo este año habían erradicado 17 mil plantíos de amapola en los 41 municipios del sur de Chihuahua bajo su jurisdicción, lo que implica una pérdida de miles de millones de pesos para los traficantes si se considera que de cada hectárea se puede producir unos 11 kilogramos de opio y un kilo de heroína.

Morfín tiene a 2 mil elementos comisionados a tareas de erradicación en toda la zona.

Problema bilateral

Cada operación se planea a detalle e intervienen decenas de especialistas del Ejército, desde pilotos de los helicópteros hasta médicos y mecánicos.

Además, tres veces al año, el General Morfín y el Coronel Mandujano reciben el apoyo de batallones de otras partes del País para concentrarse en la destrucción de los cultivos ilegales.

La erradicación de la amapola es una prioridad para la 42 Zona Militar y para la Secretaría de la Defensa Nacional en su conjunto, aunque el consumo de opio y heroína en México es marginal.


Según las últimas encuestas del consumo de drogas, ni el 1 por ciento de la población mexicana usa heroína. Pero el tema se ha convertido en un asunto central en la relación con Estados Unidos.

Apenas la semana pasada, la Embajadora Roberta Jacobson se reunió con Eugenio Imaz, titular del Cisen, para revisar la agenda bilateral en el rubro de seguridad, y uno de los puntos fue el combate a la producción de amapola y heroína.

Es en Estados Unidos donde el consumo de heroína ha llegado a niveles escandalosos con miles de muertes al año por sobredosis.

El Teniente Trujillo y sus muchachos en la Base Brasil están convencidos que partirse el lomo en parajes aislados en los bosques de la Tarahumara es por el bien de México. Es posible que sea así, pero sin duda su labor es revisada a detalle en las oficinas del Gobierno federal en Washington D.C.

Al final, el combate a la heroína mexicana es un tema central en la agenda de quien despacha en la oficina oval de la Casa Blanca.

Ricardo Pérez/REFORMA

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