lunes, 23 de octubre de 2017

Heredará EPN finanzas débiles.



Pese a que ciudadanos y empresas han pagado impuestos como nunca, el Gobierno de Enrique Peña Nieto cerrará con menores ingresos públicos.

Esto, comparado con los de inicio de sexenio y, por lo tanto, con finanzas públicas más débiles.

De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Hacienda, los ingresos presupuestarios cerraron el 2013, primer año de la Administración, con el equivalente a 23.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Para 2017, el paquete económico estimó ingresos por 22.7 del PIB, que a lo mucho podría llegar a 22.9 por ciento con los ajustes hechos por la Cámara de Diputados, lo cuales todavía requieren el aval de los Senadores.

Y para el cierre de 2018 se estima 20.7 por ciento.

En el sexenio, la recaudación ha sido insuficiente para compensar la pérdida de ingresos petroleros, por lo que dejan a la siguiente administración una fuerte presión sobre el gasto, el cual tiene poco margen para financiarse, señalan especialistas.

Se ha observado una 'despetrolización' de las finanzas, ya que los ingresos petroleros pasaron de 40 por ciento del total a menos del 20 por ciento el año pasado.

Esto es favorable, porque la renta petrolera era una amenaza muy grande, explicó Nymia Almeida, analista de Moody's.

"Cuando el Gobierno dependía 30 o 40 por ciento de la renta petrolera era una amenaza muy grande", dijo.

No obstante, esta menor dependencia no ha sido una acción planeada, sino el resultado del debilitamiento de la producción de crudo en México y los bajos precios internacionales, agregó Héctor Villareal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

De hecho, en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para 2015, la propia Secretaría de hacienda proyectó que los ingresos petroleros llegarían a 7.5 por ciento del PIB en 2020.

Con la debacle petrolera, el pronóstico para 2020 se ha recortado a 3.6 puntos del PIB.

Esto, porque se tenía planeado que la reforma energética comenzaría a generar ganancias suficientes para aumentar los ingresos de gobierno.

Almeida señaló que los beneficios de la reforma energética en el sector petrolero se darán en un mediano plazo y no en términos de ingresos, sino en la menor dependencia de Pemex de los recursos públicos.

Para Villarreal, este problema tiene que ver también con la falta de visión a largo plazo en los presupuestos públicos, debido a que se presentan proyecciones a corto o mediano plazo que no permiten dar una idea completa del panorama esperado.

"Como país quisieras tener proyecciones a 20, 25, 30 años que te permitieran hacer una serie de planeación a largo plazo", aseveró.

De acuerdo con Villarreal, el Gobierno federal ha impedido un desplome de los ingresos presupuestarios a través del fortalecimiento de los ingresos tributarios, sin embargo, éstos aún no cubren la afectación provocada por un menor ingreso petrolero.

"No alcanza (la recaudación) a compensar la caída de los ingresos petroleros por completo", concluyó.

Belén Rodríguez/REFORMA

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