Yadira Sosa
Ahora el reto es levantar las miles de toneladas de basura que se han acumulado en las calles de la ciudad y municipios conurbados
12 días obstruyeron la entrada al basurero
10 mil toneladas de basura siguen en las calles
Luego de 12 días de bloquear el acceso al basurero municipal, este jueves, colonos de la agencia Vicente Guerrero, perteneciente a la Villa de Zaachila llegaron a un acuerdo con las autoridades y permitieron el ingreso de los camiones recolectores.
En la madrugada del miércoles los habitantes de al menos 33 colonias de Zaachila acordaron suspender su protesta, con la condición de reanudar las mesas de negociación con las autoridades del Gobierno del Estado.
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Los manifestantes dejaron pasar los camiones recolectores con la promesa de que las autoridades realizarían una limpieza en las zonas donde el 3 de julio los colonos tuvieron un enfrentamiento con militantes de la organización 14 de Junio, mismo que dejó al menos 50 viviendas quemadas. En asamblea, las colonias unidas dieron un voto de confianza a las autoridades y retiraron el bloqueo.
En un primer momento, 40 camiones reiniciaron labores y pudieron ingresar al tiradero sin contratiempo alguno, con la vigilancia y supervisión de los colonos que habían activado el bloqueo desde el 18 de agosto.
Aunque el pasado lunes y martes liberaron el acceso, más de 10 mil toneladas de basura no pudieron ser retiradas de lugares como: la Central de Abasto y algunas calles del Centro de la ciudad.
En un acuerdo entre autoridades y colonos, las acciones de limpieza y recolección se mantuvieron hasta las 19:00 horas, con el apoyo del sindicato de trabajadores de limpia.
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Por su parte, los colonos aseguraron que las autoridades se comprometieron a liberar Zaachila de los militantes del Frente Popular 14 de Junio, así como a agilizar las investigaciones para dar con el paradero de los dirigentes de dicha organización, a la que acusaron de formar parte de la delincuencia organizada.
Del mismo modo, las autoridades estatales se comprometieron a dar seguridad las 24 horas del día en al menos 33 colonias de Zaachila, donde la inseguridad era una constante por los robos, asaltos, violaciones y secuestros que ocurrían diariamente a manos de integrantes de la organización 14 de Junio.
“Mientras las autoridades continúen con su trabajo, nosotros vamos a mantener abierto el tiradero municipal, si ellos trabajan nosotros estamos en la disposición de mostrar voluntad para avanzar”, señalaron los habitantes de Zaachila.
Como parte de los acuerdos, los colonos le permitieron el paso a la colonia Renacimiento a un grupo de siete familias afiliadas a la 14 de Junio, para que recogieran sus pertenencias.
Una vez que las familias desplazadas hayan recogido papeles, muebles o artículos personales, las autoridades deberán limpiar la zona y echar a andar un proyecto que beneficie a los habitantes de la agencia Vicente Guerrero.
De acuerdo a las autoridades, el servicio de recolección de basura prevé normalizarse hasta la próxima semana, después de retirar las miles de toneladas que se mantienen en la vía pública y representan un foco de infección para los oaxaqueños.
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“¡Huele a podrido!”
Decenas de vehículos avanzan a vuelta de rueda en medio de toneladas de basura que se mantienen a un costado del mercado de madera, cerca de las Riberas del Río Atoyac.
Los automovilistas que pasan por el lugar tienen que subir los vidrios para evitar el fuerte olor que se percibe metros antes de pasar junto a los montones de basura, en el lugar algunos perros ya comen parte de los desechos.
El caos se intensifica con la presencia de vendedores de tomate, que acuden con varios camiones y buscan espacios para estacionarse.
Algunas mujeres pasan de prisa por el lugar con los niños en brazos, mientras otras le tapan la nariz a los niños que gritan “¡huele a podrido!”.
Los tomateros y cargadores de bultos y cajas de tomate también pasan de prisa junto a los montículos de basura, en el lugar también se percibe un olor a animal muerto.
Los vendedores de madera se ríen de los conductores que bajan y suben los vidrios para tratar de evitar el olor.
¡Algo se mueve en esa bolsa mamá!, grita un niño que va sentado en la batea de una camioneta, mientras la madre intenta observar lo que le señala el hijo con tanta insistencia.
La basura acumulada ya desprende líquidos de todos colores y en algunas bolsas negras se observan algunos roedores.
El olor es penetrante. Algunos hombres en situación de calle pasan por el lugar y buscan algo que sirva entre la basura, sin mostrar algún gesto de desagrado o molestia por el repugnante olor.
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