martes, 1 de agosto de 2017

De Cotzocón a la jaula citadina; indígenas desplazados en Oaxaca

Reynaldo Bracamontes 


Cadenas de la pobreza y la exclusión.
GIOVANNA MARTÍNEZ

A tres años de que un grupo paramilitar expulsara violentamente de su cuna, San Juan Cotzocón municipio mixe enclavado en macizos montañosos, el trauma no ha sido superado para muchas de las 45 familias desplazadas por venganza política el 14 de junio de 2014.

"Somos como unas aves silvestres que nos arrancaron de nuestro hábitat, y nos empujaron hacia la ciudad de Oaxaca, donde llegamos sin conocer a nadie, donde todo se compra, te asaltan en la calle o en tu casa, no hay empleos dignos para personas como nosotros y, si estás con suerte y consigues trabajo, te pagan una miseria", expone Mayco Inocente Toribio, uno de los desplazados


Por ello, la Ciudad de Oaxaca ha significado para nosotros como una gran jaula. No tiene barrotes pero nos sentimos encarcelados, porque no va con nuestro estilo de vida en nuestro pueblo, donde existía libertad plena hasta que un grupo armado, mediante la intimidación y la protección del gobierno estatal, ejerce el control económico y político de la comunidad, agrega.

Martha Toribio Vicente de 70 año, quien enviudó el 10 de noviembre de 2015, recuerda que el grupo paramilitar que encabeza Gorgonio Tomás Mateo, un desertor del Ejército Mexicano, impidió que el cuerpo de su esposo regresará a San Juan Cotzocón, a 175 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, para que recibiera cristiana sepultura.


Son desplazados de San Juan Cotzocón. Rostros de inocencia, pero también de desesperanza. FOTO: Giovanna Martínez


Acosados

Hace memoria y agrega que Indalesio Mateo Reyes se hizo el fuerte y no abandonó el pueblo en junio de 2014, pero fue acosado por el grupo violento, a tal grado que al morir en 2015 por una mordedura de víbora, no le permitieron que el cortejo fuera acompañado por la banda musical de San Juan Cotzocón. La familia contrató la banda de un pueblo vecino.

Un cuarto a base de láminas y madera donde tiene su cama, una pequeña estufa, su ropa en cajas de cartón y una mesa que sirve de altar, es toda la casa de Martha Toribio Vicente. Con veladoras ilumina a los santos de su devoción, incluida la escultura de Nuestra Señora de Juquila.

Se trata de una vecindad que en total abriga a tres familias. Bernardino Nicolás Antonio y su esposa Mariela Victoria Inocente tienen su cama en un pequeño espacio de lámina y madera que a la vez sirve de cocina. Sus hijos Manuel, Julieta y Juan Ángel de 22,18 y 8 años de edad, duermen en otro espacio similar.


La ciudad de Oaxaca no tiene barrotes, pero nos sentimos como encarcelados: Mayco Inocente Toribio. FOTO: Giovanna Martínez


En otro cuarto se guarecen Samuel Sánchez Bartolo, su esposa Hortencia Nicolás Toribio, y sus hijos Samuel y Yael, de 12 y cinco años de edad. "Los techos de lámina gotean y en días soleados generan un calor insoportable", expone Bernardo Nicolás Antonio.

Sin identidad

Recuerda: "nuestra expulsión por razones políticas produjo un cambio radical y profundo. El mayor daño psicológico lo registraron nuestros hijos menores de edad. Los hijos de varios paisanos cayeron en desnutrición y algunos abandonaron sus estudios".

Indicá que en respuesta a las medidas cautelares solicitadas al gobierno estatal por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, "las 45 familias estuvimos albergadas nueve meses en un anexo del templo de Felícitas y Perpetuas en Santa Lucía del Camino".

Después de ese tiempo, "el gobierno de Gabino Cué nos abandonó y cada familia tomó rumbos distintos. Unos paisanos se fueron de 'arrimados' a casa de algunos amigos y parientes, luego se cambiaron a otros domicilios y nos perdimos la pista".

Recuerdan el ámbito doméstico: "en nuestro pueblo no necesitamos un peso en la bolsa para comer. La tierra es fértil porque Cotzocón pertenece a una franja de trópico húmedo. Teníamos café orgánico, chile, plátano, maíz, frijol y verduras, todo libre de químicos. Para la cocción de nuestros alimentos bastaba ir al campo y traerse una brazada de leña seca, sin que nos costara un peso".

Expulsados de Cotzocón, a su llegada hace tres años al albergue de Felícitas y Perpétuas. 
FOTO: Giovanna Martínez

Aquí en la ciudad de Oaxaca no hay empleo y "lo poco que ganamos medio alcanza para comprar tortilla de máquina y si quieres cocinar tus alimentos, tienes que comprar una estufa y consumir gas".

Aquí en las escuelas "los niños consumen alimentos chatarra como frituras y refrescos de cola, mientras que en nuestro pueblo a los niños les permite en el recreo ir rápidamente a sus casas, toman café o comen una tortilla y beben agua que proviene de diversos manantiales", añade.

Expone que en San Juan Cotzocón las propiedades de cualquier jefe de familia se miden en hectáreas, pero el costo del patrimonio no se calcula por el valor comercial de las tierras.

Patrimonio, herencia natural

No se conoce el valor comercial de las parcelas, porque son comunales y no existe la figura de la compra venta. Las tierras se heredan de una generación a otra. Sólo la cabecera de San Juan Cotzocón tiene 54 mil hectáreas de superficie comunal.

Recuerda que el 14 de junio de 2014 las familias expulsadas salieron solamente con lo indispensable. "Dejamos nuestras casas que luego fueron destruidas. El grupo fascineroso se robó nuestro ganado".

En la vecindad que comparten en la colonia Fernando Gómez Sandoval, Hortencia Nicolás, madre de tres hijos, ayuda la economía familiar con la elaboración de huipiles que luego sale a vender.


Sumergida en la pobreza, Hortencia Nicolás contribuye a la economía familiar elaborando huipiles. FOTO: Giovanna Martínez

Móvil político

A tres años de su desplazamiento, las familias recuerdan que su persecución se derivó de una venganza política, por simpatizar con uno de tres candidatos a la presidencia municipal.

En aquella elección municipal habían participado Gorgonio Mateo Tomás, por la planilla blanca" Jaime Regino, por la Verde, y Juan Eliel, por la azul. El triunfo se lo llevó Jaime Regino, originario de María Lombardo.

Gorgonio no aceptó su derrota y al asegurar que por nosotros perdió, emprendió un feroz acoso contra nuestras familias.

De entrada ordenó la expulsión de 250 compañeros comuneros, a quienes luego exigió cinco mil pesos a cada uno para reintegrarlos a la lista comunal.

Recuerdan que el 20 de mayo de 2014 fueron encarceladas 140 personas, entre niños, mujeres y varones y "a cambio de nuestra libertad nos exigieron el pago de hasta cinco mil pesos. Por ese hecho arribaron a la comunidad enviados de la CNDH, pero los cómplices de Gorgonio los privaron de su libertad durante un día".

Jaime Regino asumió la presidencia municipal, el primero de enero de 2014, pero se fue a despachar a María Lombardo, agencia municipal de Cotzocón.

En tanto, Gorgonio, apoyado por sus incondicionales, se erigió ilegalmente como edil de la cabecera municipal.

"Aún cuando Gorgonio estaba en la ilegalidad, tomó fuerza porque fue cobijado por la Secretaria General de Gobierno", acusó.

El 11 de junio de 2014 hubo una incursión policial en San Juan Cortzocón, en la que se suponía que iban a ejecutar las órdenes de aprehensión que existían contra Gorgonio y sus hombres.

El operativo salió mal y terminó con ocho muertos y más de cien detenidos. "Sentimos que Gorgonio Mateo Tomás, 'negoció' sus órdenes de aprehensión, por ello no ha sido detenido".

Recuerdan que el pasado 30 de marzo la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y la Secretaría General de gobierno dieron por cerrado el caso de los desplazados de San Juan Cotzocón, con el supuesto de que las autoridades estatales habían cumplido con las medidas cautelares solicitadas a nuestro favor hace tres años.

Al rechazar lo anterior, "solicitamos el respaldo de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, y estamos espera de que nos apoye favorablemente", dice Mayco Inocente Toribio.

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