Joaquín López-Dóriga
Se lo creen porque es su invento. Florestán
La noche del miércoles 24 de noviembre de 2004, una turba linchó a tres personas a las que acusaron de robar niños en San Juan Ixtayopan, delegación Tláhuac.
Tras golpearlos sin piedad durante horas, dos de ellos fueron lanzados a una hoguera donde terminaron de morir, quemados. Al tercero lo arrastraron por las calles al quiosco para rematar el linchamiento popular.
Más tarde se sabría que los tres robachicos eran agentes de la Policía Federal que hacían una investigación encubierta.
Y por eso los mataron.
El director de Seguridad Pública de Tláhuac se llamaba Rigoberto Salgado, actual jefe delegacional, por Morena, y donde el jueves elementos de la Marina llevaron a cabo un operativo para detener al jefe del cártel de esa demarcación, Felipe Pérez Luna (a) El Ojos, donde murieron siete de sus cómplices.
Tras los hechos, decenas de mototaxistas, que liderea Ricardo Salgado, hermano del delegado Rigoberto Salgado, organizaron una serie de bloqueos con autobuses y camiones que incendiaron, al estilo de los cárteles de Reynosa, documentando la existencia de esta organización criminal.
Al día siguiente, en su sepelio, más de un millar de personas corearon el nombre del delincuente a lo largo del cortejo, lo ovacionaron y despidieron con aplausos y lágrimas.
Esto vino a destapar una realidad oculta en las alturas de Tláhuac y que lleva a replantear el concepto de cártel y crimen organizado.
Porque estamos ante una organización criminal con una base social de apoyo y que el título, cártel o no, es secundario ante esa expresión del crimen organizado que se confirma con la disputa por su control cuando ni terminaban de enterrar a su jefe, lo que demuestra, también, que la estructura delincuencial persiste, como persisten sus nexos con las instancias de poder y gobierno, y que hay que acabar con ella porque, de lo contrario, ella acabará con los demás como ha venido haciendo.
La historia es el narcomenudeo, como en 2004, cuando se ocultó.
Hoy aflora.
RETALES
1. ARRIBA. Aquel lance costó a Marcelo Ebrard el cargo de secretario de Seguridad Pública, pero Andrés Manuel López Obrador lo rescató como secretario de Desarrollo Social y lo hizo su sucesor en la Jefatura de Gobierno;
2. AUDITORÍA. En la revisión que la SEP hizo de las nóminas magisteriales, detectó a 7 mil 308 maestros no localizados que ocupaban 10 mil 553 plazas con un costo anual de mil 478 millones de pesos. Seis mil eran maestros de la CNTE de Oaxaca. En una segunda revisión, agregaron otros 3 mil no localizados con los que suman 9 mil aviadores con salarios por 2 mil millones de pesos anuales, que por 18 años de Ulises Ruiz, José Murat y Gabino Cué son 36 mil millones. Y ninguno dijo nada, al contrario;
3. ESTATUTOS. La mesa de estatutos para la asamblea del PRI estará en Campeche y será la Operación Alito la que se encargue de que no cierren los candados que quieren los priistas del ayer.
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