Luis Ignacio
El médico valorador de donadores de sangre, del Centro Estatal de Transfusión Sanguínea (CETS) del estado, Anul Ruiz López, advirtió sobre los riesgos de vender o comprar sangre.ARCHIVO
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El actual sistema de donación de sangre conlleva el riesgo de contraer enfermedades infecciosas como la hepatitis C, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) y la sífilis, porque los donadores acuden a los laboratorios por un interés económico, afirmó el médico valorador de donadores de sangre, del Centro Estatal de Transfusión Sanguínea (CETS) del estado, Anul Ruiz López.
Señaló que en la entidad se tiene una baja cultura de donación de sangre. “El sistema de salud se rige principalmente por la donación de reposición o donación familiar, que consiste en solicitar a cada paciente que ingresa al hospital para un tratamiento o cirugía dos donadores de sangre, se use o no, el problema es que en este sistema muchos donadores vienen motivados por recibir una compensación económica, lo que nos lleva a manejar una zona de riesgo bastante alta en el hecho de la transmisión de enfermedades infecciosas que se porten en la sangre”.
Manifestó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve revertir este sistema por la donación altruista al menos dos veces por año. “Hay que concientizar a la población sobre el beneficio de donar sangre, un varón puede donar cada dos meses y una mujer puede hacerlo cada cuatro meses”.
Dijo que con dos donaciones al año bastaría para atender las necesidades de sangre en toda la entidad. “En países como el nuestro los pacientes se ve en la necesidad de que la sangre le llegue y de manera frecuente en pacientes de grupos poco frecuentes, como O- y Rh-, de manera general, hay que esperar, buscar intercambios, llamar a instituciones, para poder dar el abasto a los pacientes”.
Ruíz López subrayó que el sistema estatal de salud no registra un déficit de sangre, pero sí se pretende revertir el modo de donación, porque finalmente esto mejora la calidad de la sangre. “Esta es la forma de obtener la sangre más segura posible, porque no hay sangre ciento por ciento segura, pero si los donadores son personas desconocidas a las que se les ofrece algún incentivo económico, pues obviamente nos van a negar factores de riesgo importantes, antecedentes de riesgo, y finalmente no va a haber prueba de laboratorio que detecte si portan una infección y están en periodo de ventana; no hay prueba de laboratorio que detecte los periodos de ventana, es decir cuando ya existe la infección pero no se ha manifestado”.
Añadió que esta sangre lleva toda la potencia para infectar y contagiar a quien reciba este producto. “El beneficio de un donador es que se le van a hacer estudios de la sintometría hemática en el cual se investiga si tiene anemia, su grupo sanguíneo, la pruebas de Sida, hepatitis, sífilis y la enfermedad de Enfermedad de Chagas”.
Expresó que estas infecciones no se pueden detectar en su periodo de ventana y por lo tanto representan un riesgo para quienes reciben esta sangre.
Comentó que el CETS abastece al hospital civil, los 14 hospitales generales de la entidad y los hospitales comunitarios, que también tienen la posibilidad de transfundir sangre.
Destacó que anualmente la red estatal produce anualmente 24 mil unidades de sangre, de las cuales 10 mil unidades general el centro y los otros hospitales generales producen 14 mil. “La OMS establece que debemos producir el 1 por ciento de la población para atender las demandas de la gente, lo que significa que si rondamos los 4 millones 200 mil habitantes debemos estar produciendo 42 mil unidades de sangre al año, lo que se hace en coordinación con el IMSS, ISSSTE y bancos de sangre privados, por eso no hay desabasto”.
Dijo que sin embargo las pretensiones actuales son transformar el modo con el que se capta la sangre, “porque mientras sigamos con este sistema de reposición vamos a tener abiertas las posibilidades de seguir captando donadores remunerados, que vienen disfrazados de familiares, y representan un factor de riesgo muy importante”.
Sostuvo que la compra-venta de sangre es una práctica que se da de manera tradicional, “pero es el factor de riesgo número uno para que los pacientes puedan adquirir infecciones por transfusión de sangre, de las cuales las más frecuentes son Hepatitis C, Sida y Sífilis”.
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