martes, 16 de octubre de 2018

Ciudadanos exigen sancionar a quienes tiran basura en la vía pública.



¡Que sucios son!, suelta Minerva cuando pasa por encima de las bolsas negras con desechos orgánicos que fueron arrojados a media calle en pleno centro de la capital.

Hombres y mujeres se aguantan la respiración en el cruce de Hidalgo hacia Guerrero, el olor fétido que sale de las bolsas de plástico roídas por los perros callejeros le dan un mal aspecto a la zona.

La mujer de unos 50 años no da crédito a lo inconsciente de la propia gente a quien poco le importa abandonar sus desechos a la puerta de negocios o en las esquinas de las principales vías de comunicación.

¿De qué nos sirve que exista un reglamento para sancionar y multar con salarios mínimos a quien deje la basura en la calle si nadie la aplica?”, cuestiona la comerciante mientras busca respuesta entre los transeúntes.

Y es que desde el fin de semana, la autoridad municipal suspendió el servicio de recolección de basura en calles y colonias, además de exhortar a la gente a no sacar a la calle sus bolsas de basura.

El llamado de nada ha servido pues, tan sólo en tres días se ha acumulado cerca de 900 toneladas de desechos en varios puntos de la capital; “queremos que saquen las brigadas emergentes para la recolección, no aguantamos más”, dice.

Para Minerva y cientos de ciudadanos, los montones de basura arrojados al aire libre en las principales vías de comunicación son un verdadero foco de infección y de enfermedades gastrointestinales.

La misma postal se puede observar en la calle de Aldama, Hidalgo, Símbolos Patrios y otros puntos de la ciudad.

“Poco le falta para que cierren un carril aquí en Aldama”, dice Martín mientras trata de alejar una de las bolsas que obstruye el paso sobre dicha vía de comunicación aledaña a los mercados 20 de Noviembre y Benito Juárez.

El hombre mayor mueve la cabeza cuando uno de los propios comerciantes de la zona arroja a plena luz del día y frente a los transeúntes sus bolsas con desechos; nadie reclama.

Unos lejanos silbidos de reclamo se dejan escuchar al otro lado de la acera, nada que haga sentir mal al joven que sin reparo ni pudor alguno avienta las bolsas negras, a las cuales unos perros de calle ya merodean.

El Imparcial Oaxaca

No hay comentarios.:

Publicar un comentario