Sayra Cruz
La dicotomía en salud, es una acción velada que es impuesta a los pacientes y lastima la economía de las familias al formar parte de una situación ilegal y poco ética del personal médico.
Las partes involucradas, obtienen ganancias entre un 10 y 20 por ciento, así como obsequios y descuentos para atenciones personales.
También está de por medio la entrega de dinero a un colega, a cambio de referir a pacientes para realizar una consulta, exploraciones complementarias o análisis, muchas veces innecesarios.
En Oaxaca, los pacientes o sus allegados se percatan de esta situación, no obstante, al ser recomendaciones médicas, las aceptan y las consideran necesarias.
Esta práctica tan común en el sector salud de Oaxaca, viene a incrementar de manera significativa el costo de las atenciones, las valoraciones extras o en sí, el servicio médico.
Médicos consultados del sector público, reconocieron que al ver a un paciente en situación complicada, los familiares piden recomendaciones para agilizar la atención, no importando su costo.
“Es ahí donde viene la recomendación no escrita, beneficiando a cierta empresa o a alguna especialista en particular”, dijeron.
En los consultorios particulares, es notorio que en las recetas de los médicos, envíen a determinado laboratorio o gabinete de análisis.
La subrogación, otro vicio
Otra forma en la que se presenta la dicotomía es en la subrogación de los espacios públicos a los privados.
Al no tener el equipo necesario, estar en procesos de ampliaciones o remodelaciones los centros de salud y en su caso, hospitales, las instituciones públicas hacen uso de clínicas particulares, sin procesos muy claros de licitación o asignación.
En la ciudad existen clínicas preferidas, denunciaron médicos y enfermeras que conocen del tema. No obstante, esas ya son determinaciones de los altos mandos.
Un acuerdo no escrito… sin ley
“Es un acuerdo no escrito entre proveedores de servicios en la rama médica con el médico de consultorio”, definió un especialista en esta rama a la dicotomía.
Al hablar del tema, los profesionales omiten sus nombres, por temor a recibir señalamientos en su contra de parte de sus compañeros.
No obstante, nuestro entrevistado, médico con más de 30 años en el servicio, reconoció que esta práctica se presenta en un porcentaje mayor en la medicina privada que en la pública.
Aunque se da en la medicina institucional, es más limitado, dijo el especialista de un nosocomio de la ciudad de Oaxaca.
No obstante, en el Hospital Civil, la falta de equipo obliga a los pacientes a buscar la vía privada y pedir al médico especialista la recomendación para algún lugar de atención rápida, hecho que hace visible la dicotomía.
¿Qué es la dicotomía?
Entrega de parte de los honorarios a un colega, que, a cambio, se ha comprometido a remitirle sus pacientes para realizar una consulta, exploraciones complementarias o análisis, muchas veces innecesarios.
La falta de un tomógrafo, pudo ser la razón para referir a los pacientes a centros privados, pues esta atención al ser obligatoria, se subroga. “Hay personas que tienen interés en una atención rápida y quieren que se les diga dónde acudir”, dijo una enfermera.
La autoridad no ha fincado responsabilidades aunque se presenten algunas quejas al no existir una legislación al respecto. Hace años, algunos afectados señalaron la necesidad de poner candados al convertirse esta práctica en una competencia desleal.
“Beneficia a unos y a otros los deja sin trabajo”, expuso el médico.
Y es que los laboratorios beneficiados, gabinetes de rayos X, tomografía y ultrasonidos, por cada estudio que se les envía, regresan una comisión o porcentaje.
Asimismo, otra de las relaciones comunes, es la que se da entre un médico general con el especialista, en caso de cirugías a cambio de porcentajes económicos que benefician a los médicos.
Un negocio redondo
La atención médica privada es cara y un negocio redondo; inicia con una consulta de especialista que oscila entre los 500 y 800 pesos; se incrementa cuando los médicos indican la marca de la medicina como en el caso de los antibióticos, desinflamatorios, antigripales, antivirales, entre otros.
Pero de requerir estudios laboratoriales, indican la empresa a la que se tendrá que acudir, porque ya no es necesario recoger los estudios, pues los resultados los envían directamente con el especialista, sin embargo, el precio del servicio se incrementa.
¿La envía algún médico?, preguntan en los laboratorios, y al observar las indicaciones, ya saben a quién dirigir los documentos.
Algunos espacios de atención se inconforman por el control de ciertos médicos y empresas en este servicio.
Recomendación de fármacos
Otra forma común de dicotomía es la presencia de los representantes de los fármacos en los consultorios para llevar las muestras y el medicamento a utilizar en las atenciones.
Ahí también existe un recurso económico de por medio. O en su caso, los obsequios que las firmas hacen llegar a determinados especialistas para que consideren en sus tratamientos al laboratorio.
“Un médico particular, nunca ordena el activo para comprarlo, siempre viene el nombre de un laboratorio, de una empresa determinada, lo que sale más caro. Porque un antibiótico te puede costar unos 100 pesos, pero con una marca se va a los 500”, se quejan los pacientes.
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