Salvador García Soto.
En la sucesión presidencial del PRI la decisión la toma uno, pero la presión la ejercen tres. En torno a la definición del candidato priísta al 2018, que tomará este mes, Enrique Peña Nieto tiene en su círculo más cercano a un triunvirato que busca influir a toda costa en su decisión y aprovecha para ello su enorme influencia y cercanía con el presidente, para empujar la “opción” que conviene a sus intereses de grupo. Esa triada la forman el canciller Luis Videgaray, cabeza de grupo, el secretario de Educación, Aurelio Nuño, y el presidente del PRI, Enrique Ochoa, y los tres empujan con insistencia a su candidato: José Antonio Meade Kuribreña.
En otros grupos de la cúpula priísta ven con recelo la operación desplegada por ese triunvirato y advierten que detrás de la intención de “cercar al presidente” y llevarlo a decidir en un sentido, está lo que algunos liderazgos opuestos a ese grupo, llaman la “reelección de Videgaray”, para referirse al actor central del intento de manipulación a Peña Nieto sobre la candidatura del PRI.
La estrategia del bloque Videgaray-Nuño-Ochoa es evidente en los “destapes” y pronunciamientos de sectores financieros y liderazgos empresariales que se pronuncian a favor de la candidatura de Meade, además de reuniones con grupos de poder específicos que apoyan el perfil “económico y de experiencia” del titular de Hacienda, creando la percepción de que el poder económico lo ve como el “candidato más viable”.
En los señalamientos contra el triunvirato, queda clara la fuerte pugna que se vive en el gabinete y el PRI en vísperas de la definición del candidato: la corriente tecnócrata-economistas, liderada por Videgaray y su apoyo a Meade; y el ala de políticos-militantes, representada por el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, el de Salud, José Narro, y en torno a la cual se ubican liderazgos como Manlio Fabio Beltrones, Ivonne Ortega, José Murat, Ulises Ruiz y varios gobernadores priístas que no aparecen públicamente.
El “dedo” elector de Peña Nieto definirá si opta por un perfil político o un tecnócrata. Con un político tendría a un PRI más cohesionado y un voto duro asegurado, aunque tal vez menos voto externo; con el segundo, que empuja el triunvirato, perdería fuerza su estructura partidista y podría haber fracturas que le harían perder voto priísta, aunque podría ganar votantes apartidistas.
Como sea, político o tecnócrata, en 2018 el presidente utilizará todo su poder, el aparato y los recursos públicos —incluidas “prácticas” legales, extralegales, y hasta ilegales— para evitar dejar el poder. Por eso a Peña hoy se le ve exultante y confiado en que “vamos a ganar la elección”. Más bien está diciendo que no habrá obstáculo, legal, moral o de cualquier otro tipo que los detenga a él y a su partido. Así que, traducido al lenguaje peñista, sería: “Vamos a ganar, a cualquier precio y haciendo lo que se tenga que hacer, esta elección”.
NOTAS INDISCRETAS…A propósito de Meade, su reunión de ayer con la iglesia ortodoxa y líderes de la comunidad libanesa pareció más que para dar la bienvenida al máximo patriarca, Juan Décimo, y para nombrar a Ignacio Samaán como nuevo Arzobispo Metropolitano de esa iglesia, en sustitución del fallecido Antonio Chedraoui. Llamó la atención que fuera el secretario de Hacienda y no el de Gobernación, quien asistiera como representante del presidente a esa comida con más de 800 miembros de la poderosa comunidad libanesa. Una de dos, o es por la ascendencia y el paisanaje de Meade, también libanés, o es que Peña quiso mandar “señales” a los influyentes paisanos… Donde sí hubo señales, pero económicas, fue en Sinaloa. La firma de autopartes japonesa Sumitomo anunció la semana pasada una inversión de 15 mdd para ampliar su planta de Los Mochis, con lo que generarán mil nuevos empleos en la región. El anuncio se hizo luego de la reciente visita a Japón del gobernador Quirino Ordaz que, al parecer, conectó bien con los japoneses en su viaje...Y otro gobernador que quiere conectar, pero a su estado, es Alejandro Moreno, de Campeche. Al campechano lo vieron por Aeroméxico, donde se reunió con su director Andrés Conesa, para pedirle que la aerolínea opere una nueva frecuencia de vuelo a la ciudad de Campeche para atender el repunte de turistas que están llegando desde la Ciudad de México, como resultado de la promoción y la belleza de la ciudad amurallada y de sus majestuosas ruinas mayas y selvas… Será entre el martes y jueves de esta semana cuando se reúnan Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal. El lugar aún no está definido, pero el tema, según reiteró ayer el dirigente de Morena, será “que no se vaya con los de la mafia del poder”. Seguro López Obrador le dirá a Ricardo, parafraseando a Álvaro Carrillo: “Un poco más y a lo mejor nos entendemos luego”; pero en una de esas Monreal le contesta como Los Panchos: “Ya es muy tarde para remediar, todo lo que ha pasado”…Los dados abren con Serpiente. Mal inicia la semana.
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