Antonio Nieto/REFORMA
Lo último que los padres de Anayetzin Damaris supieron de ella fue que iba a verse con su novio.
La estudiante de Ingeniería, de 26 años, vivía en Ecatepec, y la tarde del viernes salió de su casa para dirigirse al encuentro con Omar, de 23 años.
Por la noche, sus padres no pudieron comunicarse con ella: el teléfono de Anayetzin mandaba a buzón y la angustia creció entre su madre, María del Consuelo, y su padre, Francisco.
Esa misma noche, autoridades del Estado de México y la Ciudad de México elaboraron un boletín de búsqueda que se difundió en redes sociales.
La noche del domingo la joven fue hallada muerta en un departamento de la Colonia Lindavista, en Gustavo A. Madero.
En el inmueble vivía su novio, Omar, quien es el principal sospechoso del crimen, revelaron funcionarios de la Procuraduría capitalina.
Algo similar ocurrió con Karina Quiroz, joven que se reportó como desaparecida desde mediados de septiembre en el Municipio de Ixtlahuaca. Su cuerpo fue encontrado el martes de la semana pasada en un terreno de cultivo de la comunidad de La Concepción Enyege.
Fuentes de la Fiscalía del Edomex informaron que, en las indagatorias se determinó que la joven viajó desde Toluca a Ixtlahuaca, pero antes de arribar a su vivienda, la joven tuvo contacto con su ex novio de 17 años de edad.
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, habría iniciado una discusión con Karina y la habría privado de la vida por medio de la asfixia.
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