viernes, 20 de octubre de 2017

'A los que no les pasó nada, van olvidando'.



Un mes no basta para cerrar un herida tan profunda.

A 30 días del sismo del 19 de septiembre, la muerte de las 228 víctimas se resintió ayer en la Ciudad, principalmente en las zonas de derrumbe, como el Colegio Enrique Rébsamen, el Multifamiliar Tlalpan o la Unidad Habitacional Girasoles, todas al sur de la Capital.

Alumnos, maestras y padres de familias lloraron por los fallecidos en el centro escolar: 19 niños y 7 adultos.

"Dios los invita a amar a nuestros enemigos. A no culpar a nadie, a la reconstrucción. También vamos a pedir por la directora, la señora Mónica Villegas", lanzó el párroco a los presentes.

A unos metros del plantel, los dolientes añoraron los momentos compartidos en ese lugar, donde ahora sólo quedan escombros.

Más al sur, sobre Calzada de Tlalpan, los vecinos damnificados y los que no sufrieron daños recordaron a quienes perdieron la vida bajo los escombros del edificio 1-C.

Por la mañana y frente a un terreno, ahora baldío, familiares, amigos y vecinos recordaron a quienes perdieron la vida al desplomarse dos torres de departamentos en Rancho del Arco 32, en la Unidad Los Girasoles, en Coyoacán.

"A los que no les pasó nada van olvidando, pero quienes perdieron todo son los que quedan con las heridas y requieren apoyo permanente", lamentó la vecina Angélica Ramírez.

Por la noche, durante una marcha por los damnificados, del Ángel al Zócalo, vecinos del Multifamiliar Tlalpan exigieron atención del Gobierno de la CDMX y urgieron a las autoridades emitir dictámenes oficiales sobres los edificios dañados en la Unidad.

Selene Velasco y Shelma Navarrete/REFORMA

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