martes, 15 de agosto de 2017

Crónica de una renuncia anunciada

Redacción Liderazgo

Lo que empezó como una protesta entre los miembros de la judicatura, llegó al foro oaxaqueño, donde connotados juristas se han pronunciado sobre la ilegal e inconstitucional presidencia del Tribunal Superior de Justicia y ha llegado a los medios impresos de la capital del país.

En un desplegado publicado en el diario de circulación nacional, “El Heraldo de México”, página trece, edición del martes 8 de agosto del año en curso, los firmantes piden, con fundamentos legales, la renuncia del Presidente del Tribunal. La petición involucra a los tres poderes del estado, en forma atenta y respetuosa, basándose en la desaseada conducta de Raúl Bolaños Cacho, que atenta contra la división de poderes, vulnera el pacto federal en términos de lo dispuesto por el artículo 116, fracción III, de la Constitución General de la República y solicita la intervención urgente de los poderes Ejecutivo y Legislativo locales para corregir esa situación, tan extraña y ajena al estado democrático de derecho, como plena de una acción que somete al Poder Judicial a tensiones ajenas a él, impidiéndole su libertad y atentando contra su autonomía.

Lo que sigue es la crónica de una renuncia anunciada. Es insostenible la continuación del personaje de marras en la Presidencia del Tribunal: Su designación, que en principio cayó como balde de agua frío en la judicatura estatal, ha tomado los visos de una neumonía cuya única medicina es la salida de Bolaños Cacho.

No hay necesidad de que, estando a la vista la ilegalidad manifiesta de su nombramiento, continúe en el cargo. Causa mucho daño en términos de confianza, de estabilidad, de aplicación del derecho pero sobre todo, de la credibilidad en la democracia y actuación legal e institucional del Estado.

No olvidemos que el Estado de Oaxaca está atravesando por una de las peores crisis de seguridad pública, que las manifestaciones públicas de descontento continúan y que el Poder Judicial es el garante de la aplicación irrestricta e imparcial de la Ley. Poco o nada ayuda a los tomadores de decisiones sostener en ese cargo de vital importancia a quien se ha convertido en el peor lastre del nuevo gobierno.

William Shakespeare, en su mundialmente famosa obra Hamlet, pone en labios de Marcelo, guardia del Príncipe, en la explanada del palacio Elsingor, las famosas palabras “algo huele mal en Dinamarca”. Inmensa fue la tristeza que invadió al Príncipe al saber que su madre había “subido al tálamo incestuoso”, contestando “quisiera que mi cuerpo se desintegrara en lágrimas”. Aquélla lapidaria frase se ha convertido universalmente como sinónimo de que en la vida política las cosas no marchan bien a causa de la corrupción.

Algo huele mal en el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca: Es el nombramiento y actuación de su titular. Y ese aire enrarecido está ya contaminando tanto lo orgánico judicial, como a los otros dos poderes. Y lo más grave es que ese olor ya está teniendo repercusiones a nivel nacional. No somos adivinos ni predecimos el destino; tampoco somos agoreros del desastre, sin embargo, es previsible lo que viene:

Raúl Bolaños Cacho se ha convertido en un peso muy difícil de llevar y la administración pública de Oaxaca o los propios magistrados del Tribunal tendrán que encontrar como lidiar con el apestoso olor que despide ese inconstitucional nombramiento o remediar las cosas.

Dejando de lado las conjeturadas virtudes personales, que en este caso no aplican, porque nos enfocamos en la vida pública, de nada sirve ser buen padre o abuelo si esas supuestas virtudes no se llevan a la vida pública, si no uniforman la actuación del individuo, y son así sólo virtudes aparentes, creadas para el perfil público, como si las personas todavía aceptaran que les dieran atole con el dedo.

¿De verdad vale tanto, políticamente hablando, el magistrado al que califican de espurio? Recordemos que uno de los principales valores en la política es ganar las elecciones. Salvo cuando era priista, con el voto corporativo, las urnas preñadas y toda la carretada de malas prácticas electorales, Bolaños Cacho no ha ganado elecciones en la nueva vida política y recientemente democrática del país.

Perdió las elecciones a la presidencia municipal de la ciudad de Oaxaca, y aunque ello no tiene nada de malo, en la democracia se gana y se pierde, si nos habla de su arrastre popular: Es inexistente. La gente no lo vota y por cierto aseguramos que no lo votará. El lastre de su desaseado nombramiento lo perseguirá más allá de la historia de su vida. Qué triste es entrar a la historia de nuestro terruño por la vía de la ilegalidad.

Antonio López de Santa Anna fue instaurado como dictador vitalicio con el tratamiento de Alteza Serenísima aunque ya sabemos cómo término: Pasó, con razón o sin ella, pero vive en el imaginario popular como traidor a la patria, vendedor de la mitad de nuestro territorio, recordado por muchos como ejemplo de lo que no debe ser en la vida pública nacional. Naturalmente, los seres humanos tendemos a olvidar la historia y las cosas se repiten, al parecer, en forma cíclica, pero siempre, siempre, habrá quién pueda hablar de esas cosas, no sólo cronistas y estudiosos, sino lectores y por supuesto, el hombre que vive su día a día y que al emitir su voto no lo harán por quién, en un acto de corrupción, accede, goloso, al poder.

Si no hay futuro político para el “señor” Presidente del Tribunal, ¿Qué necesidad hay de sostenerlo? El Tribunal no sólo no debe servir de trampolín político, debe ser pilar de honestidad, de transparencia, de congruencia, de conocimiento de la judicatura y de la ley: Todo lo que el presidente no es o no ha querido ser.

Si en nuestros tiempos de apertura democrática nacional, de comunicaciones instantáneas a través de los medios digitales, si ahora que las personas, los ciudadanos, están informados y participan más que nunca, ¿De verdad es necesario mantener ahí a una persona que ya ocupa los medios nacionales como ejemplo de lo que no debe ser? ¿La vida pública del estado de Oaxaca, tolerará este abuso, premiándolo con la impunidad? ¿No les importa a los tomadores de decisiones que se empañe su nombre y su gestión por favorecer a quién sólo ha incendiado las páginas de los medios en papel y digitales y con su conducta ha unido todo tipo de voces en su contra? ¿Qué necesidad hay de ello? Hemos visto en ésta administración y en otras, casi en todas, que los tomadores de decisiones generan enroques que son bien recibidos y salvan el honor de las personas y de las instituciones, sin causar daños colaterales. ¿No se puede hacer lo mismo en éste caso? ¿Qué necesidad hay de sacrificar al Tribunal, enlodar el proceso democrático y la separación de poderes y poner en entredicho a la actual administración gubernamental?

Por salud política, pública y democrática, Raúl Bolaños Cacho, el llamado espurio Presidente del Tribunal, debe renunciar.

Las elecciones están a la vista: Pronto llegarán los tiempos en que los partidos políticos han de designar a sus candidatos. No vemos ni la fortaleza ni que le alcancen los tiempos a nadie para recomponer su trayectoria si ha cometido tales tropelías. Como en todas las latitudes, las nuevas generaciones sepultan a las antiguas, dicho no literalmente, sino en el espectro del quehacer político. Sabemos que las nuevas generaciones de las poderosas familias de nuestra entidad también tienen ambiciones políticas.

Esos jóvenes pueden convertirse en buenos candidatos. ¿Hay necesidad de que sus ancestros sean un lastre para ellos? Recordamos a Rubén Darío en “Canción de Otoño en Primavera” y hacemos con ella, con perdón del ilustre bardo nicaragüense, una sátira irónica de lo que le sucede al anciano hombre que despacha como Presidente del Tribunal: “Juventud, Divino Tesoro/¡Ya te vas para no volver!/Cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer…/Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de poder no tiene fín/con el cabello gris, me acerco a la despedida del jardín…

Y, a reserva de seguir analizando la crónica de ésta renuncia anunciada, citamos un fragmento de la “Oda al Poder” de Jhanohayra quien la publicó en su blog, el jueves dos de septiembre de 2010:

Oh, amado poder, Te quiero…

Porque mi orgullo es más fuerte que mi razón

Porque soy incapaz de ver la espiga en el ojo ajeno

Porque me niego a doblegarme ante el sufrimiento de los que me oponen

Oh, amado poder, Te necesito…

Porque mi verdad debe ser la verdad de todos

Porque mis ideales deben estar por encima de los ideales de otros

Porque nadie jamás sabrá cómo ser el muro indestructible que nadie traspasa

Oh, amado poder, te idolatro

Porque antes de ti, no era nadie, me hiciste lo que soy

Que importa si he perdido el norte, si ahora soy lo que tanto desprecié, si ahora no puedo escuchar a los que opinan distinto

Que importa si el pueblo sufre, igual sufrieron antes de mi

Que importa si los persiguen, igual eran perseguidos antes de mi

Que importa si soy un tirano, igual la tiranía existía antes de mí

Sólo te idolatro, porque a mí me haces rey. Y a los otros esclavos

Sólo te idolatro, porque ahora yo soy la absoluta justicia, y se me olvidó que antes fui una víctima…

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